Si alguna vez estuvo en China, probablemente observó que a la gente le gusta practicar varias formas de ejercicios de qigong al aire libre, principalmente en parques.
Sin embargo, había una forma de qigong que se volvió cada vez más popular. Innumerables personas de todos los estratos de la sociedad y de todas las edades se reunían cada mañana para realizar estos ejercicios suaves y lentos durante una o dos horas antes de ir al trabajo o a la escuela. Pero, ¿qué era esta práctica armoniosa? ¿Por qué la gente se sintió tan atraída por este qigong en particular? ¿Y por qué toda esta gente desapareció de los parques mediados de 1999?
Los orígenes del qigong en China son profundos y la gente se siente atraída a él, por su efecto positivo en la salud. El qigong es un sistema chino de ejercicios de meditación y hay muchos tipos. Sin embargo, en China hay más prácticas de qigong falsas que genuinas, lo que llevó a mucha decepción y desconfianza en el qigong pues muchos de los llamados maestros de qigong estafan a la gente.
Pero en 1992, surgió una forma de qigong de la que nadie había oído hablar antes. Era completamente gratuito y animaba a la gente a mejorar desde dentro. El pueblo chino lo identificó como una forma genuina de qigong.
Presentado por el Maestro Li Hongzhi, Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, se convirtió en un nombre muy conocido durante la década de 1990. La gente de todo el país le decía a sus amigos y familiares que practicaran esta forma de qigong porque era la verdadera. Mucha gente que le dio una oportunidad a Falun Dafa reportó una mejora en el bienestar mental y físico y la curación de enfermedades que la medicina y los tratamientos hospitalarios no podían curar.
Una practicante en Wuhan recordó en un informe de Minghui sus cambios positivos cuando comenzó a practicar Falun Dafa en abril de 1993. «En menos de un año, todas mis dolencias desaparecieron: migrañas, un hombro congelado, colitis, bronquitis, problemas de riñones… ¡Estaba libre de enfermedades!».
Otro practicante que asistió a las conferencias del Maestro Li en la ciudad de Lingyuan, provincia de Liaoning, en 1994 escribió: «En los siete días de lecciones, muchos estudiantes experimentaron milagrosas recuperaciones de enfermedades, incluyendo a una mujer en la segunda etapa de cáncer de mama, un hombre cuyas piernas estaban dañadas por un accidente en bicicleta, una mujer que estuvo en cama por años, un estudiante con bronquiectasia crónica y una mujer que tenía medio cuerpo paralizado».
Dado que fue demasiado milagroso, un practicante que asistió al quinto seminario de Falun Gong del Maestro Li en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en octubre de 1993, comentó, «¡Nuestro Maestro es un Buda viviente!».
En 1993, el Maestro Li Hongzhi ganó todos los primeros premios en la Exposición Oriental de la Salud de Beijing en 1993, incluyendo el «Premio al Progreso Científico de Vanguardia» y el «Premio Especial de Oro», siendo galardonado con el título de «Maestro de Qigong más Popular». Falun Dafa también fue reconocida como la escuela «Estrella Qigong».
La gente aceptó a Falun Dafa, no solo por sus ejercicios meditativos sino también por su componente de enseñanza moral, que puede resumirse en tres palabras: Verdad, Benevolencia, Tolerancia.
Aquellos con mal genio fueron capaces de mejorar y volverse más tolerantes. Aquellos con relaciones tensas con su cónyuge o miembros de la familia fueron capaces de lograr un ambiente hogareño armonioso. Los que eran estudiantes o trabajadores se centrarían en cómo ser un mejor estudiante o un mejor trabajador. Estas personas fueron inspiradas a comportarse de acuerdo con normas morales más elevadas.
Los medios de comunicación estatales de China informaron sobre las virtudes de Falun Dafa y estimaron que en 1999 el número de practicantes era de alrededor de 100 millones.
Esta disciplina mente-cuerpo se difundió de boca en boca, e incluso altos funcionarios del régimen chino la practicaban. Sin embargo, todo esto cambió cuando el ex líder del Partido Jiang Zemin percibió la popularidad de Falun Dafa como una amenaza al régimen totalitario. El dictador Jiang ordenó a las fuerzas de seguridad del régimen que «erradicaran» la práctica, y se puso en marcha una campaña de desinformación y persecución que incluía a todo el aparato mediático estatal de China, con la intención de volver a la opinión pública en contra de Falun Dafa.
«Arruinar su reputación, arruinarlos financieramente y destruirlos físicamente», fue la instrucción de Jiang al Ministerio de Seguridad Pública y a la policía.
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Este hombre ayuda a 100 millones de personas a mejorar su salud y elevar su estándar moral asimilándose a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia
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