Más de 100 empleados del Hospital Metodista de Houston presentaron una demanda contra su jefe por exigir a todos los miembros del personal que se pusieran la vacuna contra la COVID-19, o de lo contrario perderían sus puestos de trabajo.
Los 117 empleados dijeron que las vacunas contra la COVID-19 son experimentales y que no quieren ser «conejillos de indias», y argumentaron ante el tribunal que es ilegal que sus empleadores les obliguen a ponerse las vacunas.
«El Hospital Metodista está obligando a sus empleados a ser ‘conejillos de indias’ humanos como condición para seguir trabajando», afirma su demanda (pdf). También dijeron que la exigencia de vacunación contra la COVID-19 por parte del hospital «obliga a los empleados a someterse a experimentos médicos como requisito previo para alimentar a sus familias», y escribieron que se oponían a recibir vacunas «experimentales contra la COVID-19 mRNA», como las fabricadas por Pfizer y Moderna.
«Por primera vez en la historia de los Estados Unidos, un empleador está obligando a un empleado a participar en un ensayo de vacunas experimentales como condición para continuar con su empleo», afirmaba su demanda.
Los demandantes citaron una carta —incluida en la demanda— del CEO y presidente del Hospital Metodista de Houston, Marc Boom, quien supuestamente indicó a los empleados que «por favor, vieran la política de RRHH que describe las consecuencias de no cumplir antes del 7 de junio, que incluyen la suspensión y eventualmente el despido».
Mientras tanto, en la parte superior de la demanda, se incluyó una supuesta cita de David Bernard, un CEO de la sucursal del Hospital Metodista de Houston. Bernard supuestamente dijo a un empleado que «la vacunación al 100 por ciento es más importante que su libertad individual (…) Todos [sic] ustedes son reemplazables. Si no os gusta lo que hacéis [sic] podéis iros y sustituiremos vuestro puesto».
Pero un portavoz del Hospital Metodista de Houston refutó la cita en unas declaraciones a The Epoch Times, diciendo el domingo que Bernard «NO le dijo eso a este empleado descontento» y que «respeta a todos sus empleados; somos una organización basada en valores y el respeto es uno de nuestros valores fundamentales».
La demanda también afirmaba que la imposición por parte de los empleadores de las vacunas contra la COVID-19 es problemática porque «hay muchas cosas» que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) «desconoce sobre estos productos incluso cuando los autoriza para su uso de emergencia, incluida su eficacia contra la infección, la muerte y la transmisión del SARS-CoV-2, el virus que supuestamente es la causa de la enfermedad de la COVID». La FDA aprobó una autorización de uso de emergencia para las vacunas fabricadas por Moderna y Pfizer en diciembre, y dio la autorización de emergencia para la vacuna de Johnson & Johnson a principios de 2021.
La demanda fue presentada por Jared Woodfill, un abogado del área de Houston, quien dijo en una entrevista que la orden del Hospital Metodista de Houston viola el Código de Nuremberg de 1947 que fue escrito después de la caída del régimen nazi en Alemania.
«Para promover su negocio y aumentar los beneficios a expensas de otros proveedores de atención sanitaria y de la salud de sus empleados, los demandados anuncian al público que ‘exigen a todos los empleados y médicos contratados que se vacunen contra la COVID-19’. Más claramente, los empleados de los demandados están siendo forzados a servir como ‘conejillos de indias’ humanos para aumentar los beneficios de los demandados», dijo Woodfill a ABC News, añadiendo que se trata de una violación «severa y flagrante» de la ley de Texas y del Código de Nuremberg, un conjunto de principios éticos de investigación relacionados con la experimentación humana.
El Hospital Metodista de Houston, afirmó el abogado, obligó a los empleados a ponerse la inyección para «promover su negocio» por encima de la «salud de sus empleados». Señaló que la mayoría de los demandantes en el juicio no son proveedores de atención sanitaria.
Boom, el presidente del hospital, emitió una declaración después de que se presentara la demanda, diciendo que el 99 por ciento de los casi 30,000 empleados del hospital han recibido la vacuna: «Estamos orgullosos de nuestros empleados y de nuestra misión de proteger a nuestros pacientes».
«Es lamentable que los pocos empleados restantes que se niegan a vacunarse y a poner a nuestros pacientes en primer lugar respondan de esta manera», continuaba la declaración de Boom, según un portavoz del sistema hospitalario. «Es legal que las instituciones sanitarias obliguen a vacunarse, como hemos hecho con la vacuna de la gripe desde 2009».
Todavía no se ha presentado una respuesta legal completa del Hospital Metodista de Houston.
El portavoz del Hospital Metodista de Houston también incluyó un enlace a la Comisión Federal de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) que el viernes publicó directrices actualizadas que sugieren que los empleadores pueden obligar a los empleados a vacunarse contra la COVID-19.
Según las orientaciones de la agencia publicadas el 28 de mayo, las leyes de la EEOC «no impiden que un empleador exija a todos los empleados que entran físicamente en el lugar de trabajo que se vacunen contra la COVID-19, siempre y cuando los empleadores cumplan con las disposiciones de ajustes razonables», estipulando que «los empleadores deben tener en cuenta que, debido a que algunos individuos o grupos demográficos pueden enfrentarse a mayores barreras para recibir la vacuna contra la COVID-19 que otros, algunos empleados pueden ser más propensos a ser impactados negativamente por un requisito de vacunación».
La demanda fue presentada en un tribunal estatal del Condado de Montgomery, Texas, y alega despido improcedente así como una violación de la excepción de política pública de la doctrina del empleo a voluntad.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
