Tres hermanos de Houston, Texas, tuvieron una impresionante transformación gracias a una promesa que le hicieron a su madre antes que de morir.
Los hermanos, Abe, Gus y Rudy Peña, eran obesos extremos, perdieron entre todos 300 libras (aprox. 136 kg) y ahora juntos dirigen una empresa de preparación de comidas saludables.
«Mi madre me dijo: ‘Hey, tiene que empezar a hacer ejercicio. Necesita hacer algo porque va a terminar como yo», dijo con lágrimas en los ojos Abe, de 35 años, a ABC13.
«Ella estaba un poco consciente de, ‘Hey, tiene que cuidarse'», confirmó Rudy.
Lourdes Peña sufría de diabetes y tenía una insuficiencia renal antes de morir en 2015, dejando a sus tres hijos desconsolados. Minutos antes de morir de un ataque al corazón a los cincuenta años, la devota madre llamó a cada uno de sus hijos individualmente y les pidió que cambiaran sus hábitos.
Los padres de los hermanos Peña se habían separado en 2012. Su padre se fue, y los hermanos eligieron permanecer al lado de su madre, según el Houston Chronicle.
Para ayudar a cuidar de Lourdes a medida que su salud declinaba, Abe comenzó a cocinar alimentos saludables en casa bajo la atenta mirada de su madre, mientras ella asistía a la diálisis tres veces por semana.
«Fue un estudio constante», recordó Abe, «sacaba esto, ponía esto». Más de esto, menos de esto. (…) todo comenzó a repetirse en mi cabeza, aprendiendo sobre los macronutrientes».
Después de perder a su madre, los hermanos lucharon contra la depresión. «Perdimos la casa de nuestra familia un año después de que nuestra madre murió», explicó Abe a Good Morning America. «Dormimos en los sofás de nuestros amigos y en nuestro auto hasta que pudimos volver a ponernos de pie».
Gracias a una amable donación de un desconocido que se enteró de lo de la situación de los hermanos, finalmente pudieron dar un anticipo para una nueva casa. También se unieron en su deseo de cumplir con su promesa de salud y bienestar a su madre; empezaron a hacer levantamiento de pesas juntos.
Para mejorar su estado físico, Abe, junto con Gus, de 27 años, y Rudy, de 24, decidieron unirse al gimnasio Texas Elite Fitness y hacer ejercicio cuatro o cinco veces a la semana. Rápidamente, los hermanos comenzaron a perder algunos kilos.
Abe transformó su recién descubierto amor por la alimentación saludable en su propio servicio de preparación de comidas, Abe’s Fitty Foods, un proyecto que su madre había defendido antes de su muerte. Después de un par de difíciles inicios, el negocio despegó, y Gus y Rudy se unieron al equipo.
Cinco años después de perder a su madre, Abe ha perdido unos increíbles 105 a 115 libras (aprox. 48 kg a 52 kg) de una forma saludable. Gus ha perdido 100 libras (aprox. 45 kg) y Rudy unas 105 libras (aprox. 48 kg).
En el momento de escribir este artículo, Abe’s Fitty Foods se está disparando, preparando hasta 500 comidas saludables a la semana, según ABC13.
Los hermanos se permiten un «día de trampas», cada año: El día de la madre. «El día de la madre siempre me afecta», admitió Abe. «Pienso en cómo después que mi padre dejó a mi madre, ella no se rindió. Así que ese día es difícil. Pero luego seguimos adelante».
«Estoy haciendo lo que amo», dijo, «y me llevo a mis hermanos conmigo».
Los tres hermanos saben que hay más en su viaje de pérdida de peso que números de la balanza; están invirtiendo en el futuro. «La razón por la que me mantengo motivado es porque progresivamente me veo a mí mismo mejorando», reflexionó Gus, en una entrevista con ABC13.
«Sé que [nuestra madre] puede ver sobre nosotros», dijo. «Ella estaría muy orgullosa de nosotros en este momento. Orgullosa de los hombres en los que nos hemos convertido».
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