El congresista Matt Rosendale (R-Mont.) encabezó un grupo de 30 republicanos de la Cámara de Representantes para instar al jefe del Pentágono a luchar contra la «extremismo de izquierda que progresa» en el ejército estadounidense.
Rosendale y sus colegas del Partido Republicano (GOP) dijeron en su carta del 25 de mayo, dirigida al secretario de Defensa Lloyd Austin, que están preocupados por «la creciente tendencia al extremismo de izquierda y a la politización de nuestras fuerzas armadas», al tiempo que citaron varios ejemplos en apoyo de su argumento de que el legado no partidista de las fuerzas armadas estadounidenses «está ahora en peligro».
Los legisladores expresaron su preocupación por el despido de un comandante de la Fuerza Espacial por sus comentarios de que la capacitación sobre la diversidad e inclusión en las fuerzas armadas estaba «arraigada en la teoría crítica de la raza, que tiene sus raíces en el marxismo»; por la capacitación de West Point que, según ellos, era «antipolicial» y «racista»; y por el nombramiento y posterior reasignación del primer Jefe de Diversidad e Inclusión en el Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, después que se dieran a conocer «su gran cantidad de publicaciones en las redes sociales de extrema izquierda», incluyendo una en que comparaba al expresidente Donald Trump con Hitler.
Los republicanos también objetaron algunos de los esfuerzos de Bishop Garrison, un alto asesor de Austin, que en abril fue nombrado para dirigir el recién creado Grupo de Trabajo para Contrarrestar el Extremismo (CEWG, por sus siglas en inglés) del ejército, un organismo encargado de definir más específicamente lo que constituye un comportamiento extremista, entre otros objetivos.
Bajo el pretexto de revisar el «extremismo» dentro de las filas del Departamento de Defensa, pareciera que actores políticos como el Bishop Garrison (…) recibieron una amplia libertad tanto para catequizar como para desarraigar a los miembros del servicio que no afirmen las doctrinas de extrema izquierda», sostuvieron los legisladores.
Aunque los legisladores no proporcionaron más detalles sobre el trabajo de Garrison, un informe de The Intercept, citando documentos internos del Departamento de Defensa, afirmó que Garrison estaba diseñando un programa de detección en las redes sociales que supervisaría «continuamente» a los miembros del Ejército para detectar «comportamientos preocupantes».
The Epoch Times se puso en contacto con el Pentágono para pedirle que comente la carta, pero no recibió respuesta al cierre de esta edición.
John Kirby, el secretario de prensa del Pentágono, negó la existencia de tal programa. La semana pasada dijo a los periodistas de Virginia que «no hay ningún programa piloto dirigido por el Sr. Garrison o el grupo de trabajo de extremismo para examinar las redes sociales.»
«No hay ningún esfuerzo dentro de este grupo de trabajo de extremismo para espiar de alguna manera a cada individuo en el Ejército o pasar horas y horas solo espiando a través de la actividad de las redes sociales, solo por el hecho de hacerlo. No se trata de una especie de programa de vigilancia de nuestra propia gente», añadió Kirby.
Kirby sí reconoció los esfuerzos del Pentágono anteriores al grupo de trabajo de extremismo que «miran la huella de las redes sociales cuando estamos considerando a los reclutas a medida que llegan», como parte de la selección rutinaria de los candidatos, del que insistió en que era solo en el «buen sentido común».
Al anunciar las acciones para contrarrestar el extremismo en el Ejército y establecer el grupo de trabajo dirigido por Garrison, el Pentágono dijo que el grupo «discutirá la búsqueda del Departamento sobre capacidades escalables y rentables para examinar la información electrónica disponible públicamente de los que se incorporan y la investigación continua de los puestos de seguridad nacional».
El grupo «hará recomendaciones sobre el desarrollo adicional de dichas capacidades y la incorporación del aprendizaje de los equipos y el procesamiento del lenguaje natural dentro de las plataformas de control de las redes sociales», dijo el Pentágono y añadió que el grupo «también garantizará que la capacitación aborde las cuestiones planteadas por los comandantes y supervisores sobre «áreas grises», como la lectura, el seguimiento y gusto por material y contenido extremista de los foros y las plataformas de redes sociales».
En febrero, el jefe del Pentágono ordenó una «retirada» de 60 días de todas las unidades para abordar el problema, vagamente definido de «extremismo» en las filas del ejército.
Días después de ese anuncio, el excapitán de corbeta de la Marina estadounidense, Steven Rogers, dijo a NTD que la orden de Austin no tenía precedentes, era innecesaria y era un camino peligroso que conducía a la «China comunista».
«Esto para mí, es peligroso, parece una prueba de fuego política y es un camino que uno solo encontraría en la China comunista o en la anterior Unión Soviética», dijo Rogers.
A principios de mayo, los legisladores republicanos anunciaron un proyecto de ley para combatir la teoría crítica de la raza en los programas de formación militar de Estados Unidos.
El representante Dan Bishop (R-N.C.) dijo entonces que la teoría crítica de la raza «es una ideología divisoria que amenaza con envenenar la psique estadounidense».
«Las raíces de esta ideología son inconfundibles. Al igual que Karl Marx abogó por una ética social crítica del clasismo de la sociedad —el opresor frente al oprimido— esta es la ideología neomarxista, el marxismo cultural disfrazado de historia y diseñado para engañar», dijo Bishop.
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