4 peligros para la salud al beber refrescos de dieta: de la diabetes a la salud mental

Por Robert Jay Watson
07 de Enero de 2020 3:07 PM Actualizado: 07 de Enero de 2020 3:07 PM

Todos lo hemos escuchado de profesionales de la salud, asesores de acondicionamiento físico o en la televisión: el azúcar es malo para usted. Ya sea que se trate de un aumento de peso, caries o el riesgo de diabetes, sabemos que demasiadas bebidas y postres dulces pueden matarnos. Pero cada vez más, las noticias que rodean a los refrescos dietéticos, es decir, los refrescos sin azúcar, son igual de alarmantes.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue, entre los que se encuentra Susan Swithers, ha estado realizando investigaciones que muestran los graves problemas causados por el consumo excesivo de refrescos ligeros endulzados artificialmente.

Como declaró en un comunicado de prensa sobre sus estudios:

“Los hallazgos de una variedad de estudios muestran que el consumo rutinario de sodas dietéticas, incluso una al día, puede estar conectado con una mayor probabilidad de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, síndrome metabólico e hipertensión, además de contribuir al aumento de peso”.

Diabetes tipo 2 y síndrome metabólico

Entonces, ¿cuál es el problema de consumir bebidas endulzadas con sustitutos artificiales del azúcar, como el aspartame, la sacarina y la sucralosa? Para empezar, la afirmación más básica de los fabricantes de estos productos es que un menor consumo de calorías en general conduce a la pérdida de peso.

Como señala Swithers, beber refrescos dietéticos envía mensajes erróneos a nuestros paladares, creando un antojo de productos cada vez más dulces, y diciéndole a nuestro cerebro que no hay penalización por comer cosas con sabor azucarado. También dan excusas para dejar que otras partes de nuestra dieta fallen. “Algunas de las conexiones podrían estar relacionadas con el comportamiento de las personas al decirse a sí mismas: ‘Me estoy tomando un refresco dietético, así que esta hamburguesa con queso está bien'”, dice Swithers.

Imagen ilustrativa. (CorrieMiracle/Pixabay)

Swithers también señaló: “Estos datos sugieren que en lugar de usar refrescos de dieta como sustitutos de las bebidas azucaradas, los niños podrían en realidad añadirlos a su ingesta normal de azúcar”. Además de no lograr disminuir la obesidad y la diabetes, cuando se comparan con el agua u otras bebidas no endulzadas, la investigación médica ha vinculado a los refrescos endulzados artificialmente con toda una serie de otros problemas.

Depresión

Imagen ilustrativa. (Free-Photos/Pixabay)

Un estudio patrocinado por el Institutos Nacionales de Salud y la Academia Estadounidense de Neurología evaluó un grupo de muestra grande, comparando a los que consumían bebidas endulzadas artificialmente con los que bebían café, agua o bebidas de fruta naturalmente endulzadas. Las personas que bebían varias bebidas libres de azúcar (de dieta) al día eran mucho más propensas a sufrir de depresión, hasta un 30 por ciento más que las que bebían cantidades similares de café.

“Nuestra investigación sugiere que reducir o eliminar las bebidas dietéticas endulzadas o reemplazarlas por café no endulzado podría ayudar a reducir naturalmente el riesgo de depresión”, señaló en un comunicado de prensa el autor del estudio Honglei Chen.

Daño renal

Mientras tanto, el muy respetado Nurses’ Health Study analizó los efectos del consumo de gaseosas de dieta sobre la función renal y también obtuvo resultados alarmantes. Después de observar una gran muestra de mujeres y controlar las variables, los investigadores publicaron sus resultados en la revista Clinical Journal of the American Society of Nephrology.

Llegaron a la conclusión de que:

“El consumo de [2 o más] porciones por día de refrescos endulzados artificialmente se asocia con un aumento del doble de las probabilidades de que la función renal disminuya en las mujeres”.

Aunque es necesario realizar más estudios para demostrar si se pueden obtener resultados similares en sujetos masculinos, hay motivos de preocupación, especialmente para las personas mayores que intentan mantener una función renal saludable.

Un cerebro menos protegido

Imagen ilustrativa. (VSRao/Pixabay)

Noticias igualmente inquietantes han llegado del mundo de la investigación neurológica, donde un estudio de la Neurociencia Nutricional mostró que un edulcorante artificial en particular, el aspartame, puede perturbar el equilibrio químico natural del cerebro. Los autores señalaron:

“El aspartame actúa como un estresante químico al elevar los niveles de cortisol en plasma y causar la producción de un exceso de radicales libres”.

Esto significa que el cerebro es más vulnerable al “estrés oxidativo”, el proceso asociado con el envejecimiento que resulta en una disminución de la función cognitiva, otro efecto secundario perjudicial asociado con el refresco sin azúcar.

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