5 sustancias que ayudan a proteger su hígado

Este órgano tan trabajador tiene varios papeles fundamentales que realizar y usted le puede facilitar el trabajo

Por GreenMedInfo
06 de Noviembre de 2021 10:59 PM Actualizado: 06 de Noviembre de 2021 10:59 PM

En un mundo plagado de exposiciones tóxicas, debe proteger su hígado como si su vida dependiera de él, porque así es. Estas son cinco sustancias que pueden ayudar a mantener en funcionamiento el órgano que más trabaja en el cuerpo.

El hígado tiene muy pocos descansos y tiene la difícil tarea de regular una serie de procesos biológicos que son vitales para la salud, como el metabolismo, el azúcar en la sangre, la producción de plasma y colesterol, y la eliminación y descomposición de las toxinas en la sangre, por nombrar sólo algunos.

Las enfermedades del hígado, también llamadas hepáticas, se encuentran entre las amenazas más graves para la salud del ser humano. A este riesgo se suma la falta de tratamientos seguros y eficaces, ya que la mayoría de las intervenciones basadas en fármacos sintéticos conllevan advertencias sobre efectos secundarios potencialmente graves.

Sustancias hepatoprotectoras

Con la vida moderna produciendo más contaminantes que nunca y la dieta americana estándar suministrando un derroche de azúcar y alimentos ultraprocesados, no es de extrañar que su hígado pueda beneficiarse de un impulso ocasional de apoyo nutricional suave.

Hemos identificado cinco de las principales sustancias hepatoprotectoras del planeta para facilitar a los entusiastas de la salud natural el abastecimiento de sus botiquines. De hecho, es posible que algunas de ellas ya se encuentren en la despensa de su cocina. Añadir dosis terapéuticas de estos cinco alimentos no solo es sencillo y conveniente, sino que también puede proporcionar un aporte de nutrientes para mantener su hígado nutrido y protegido mientras lo protege a usted.

1. Cúrcuma

La cúrcuma, uno de los polifenoles activos de la especia cúrcuma, tiene numerosos beneficios para la salud validados científicamente, entre ellos la protección del hígado. Los curcuminoides son los responsables del color amarillo brillante de la cúrcuma y también se cree que aportan muchas de las propiedades beneficiosas de esta especia, entre las que se encuentran sus potentes efectos antioxidantes.

El estrés oxidativo puede causar una serie de lesiones inflamatorias que dañan las células sanas. Un equipo de investigación chino estudió el uso de la curcumina para aliviar los daños en las células del hígado causados por la exposición al etanol, el ingrediente embriagador que se encuentra en muchas bebidas alcohólicas.

En el estudio, las ratas que fueron pretratadas con cúrcuma antes de la exposición al etanol demostraron un menor daño oxidativo a través de la actividad enzimática medida. Los investigadores concluyeron que el daño oxidativo en las células del hígado mejoró significativamente con el tratamiento con curcumina.

2. Café

Aunque es sabido que el consumo excesivo de alcohol puede dañar el hígado, llevar una dieta basada en alimentos procesados puede ser igual de hepatotóxico a largo plazo. La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es un problema de salud mundial que afecta a personas que beben poco o nada de alcohol. En Estados Unidos, la EHGNA es la forma más común de enfermedad hepática crónica, probablemente debido al triste estado de la dieta estadounidense estándar.

Cuando se trata de hábitos dietéticos populares, tal vez no haya ninguno más arraigado que el café de la mañana y, afortunadamente para los muchos fans del café, también puede ayudar a proteger contra las enfermedades del hígado.

Un meta-análisis de 2016 comparó el riesgo de NAFLD en individuos que bebían y no bebían café. También se comparó el riesgo de fibrosis hepática, la acumulación excesiva de proteínas que se produce en muchas enfermedades hepáticas, entre los pacientes con HGNA que tomaban y no tomaban café. El análisis mostró un riesgo significativamente menor de NAFLD entre los bebedores de café, así como un riesgo significativamente menor de fibrosis hepática entre los pacientes con NAFLD que bebían café de forma regular.

3. NAC (N-Acetil Cisteína)

La N-acetil cisteína, o NAC, es un precursor del aminoácido L-cisteína que actúa como un potente antioxidante. Mientras que la L-cisteína se encuentra en alimentos como las aves de corral, los huevos, el yogur y las verduras ricas en azufre, la NAC solo puede obtenerse en forma de suplemento. La NAC actúa eliminando los radicales libres, especialmente los de oxígeno, lo que la convierte en un poderoso aliado en el tratamiento del estrés oxidativo, un factor crucial en las enfermedades hepáticas.

La prescripción de altas dosis de paracetamol (APAP) para el tratamiento del dolor leve o moderado sigue siendo habitual, aunque cada vez se reconoce más su alto riesgo. A raíz de los datos que revelan sobredosis involuntarias, en 2011 la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. pidió a las empresas farmacéuticas que limitaran la cantidad de APAP utilizada en los analgésicos de venta con receta debido a los riesgos de insuficiencia hepática grave, incluso letal, inducida por el medicamento.

La NAC ha demostrado ser muy prometedora como sustancia hepatoprotectora, en parte debido a su capacidad para bloquear eficazmente la toxicidad del paracetamol. Un estudio de 2015 demostró que la administración de NAC en las ocho horas siguientes a la sobredosis de APAP mitiga eficazmente la hepatotoxicidad, aconsejando que este suplemento de venta libre “puede proporcionar una forma conveniente y eficaz de prevenir la toxicidad asociada a grandes dosis de APAP”.

4. Ginsenósidos

Responsables de los efectos farmacológicos del ginseng, los ginsenósidos desempeñan un papel fundamental en las respuestas inflamatorias y patológicas del organismo y han demostrado un impresionante potencial en la prevención y el tratamiento de las enfermedades hepáticas. Los estudios clínicos han demostrado los efectos curativos de los ginsenósidos contra la hepatotoxicidad inducida por el paracetamol.

Otro estudio reciente ha demostrado que el poder antiinflamatorio de los ginsenósidos favorece el metabolismo saludable de las grasas por parte del hígado y puede aliviar las lesiones hepáticas en pacientes con enfermedades del hígado graso. Este potente polifenol se presenta en forma de suplemento como un extracto de la raíz de Panax ginseng y es una gran opción para añadir a un smoothie o batido nutricional.

5. Vitamina E

La vitamina E es un nutriente liposoluble que se encuentra en muchos alimentos, como el germen de trigo, los frutos secos, las semillas y las verduras. Importante para la salud ocular y la calidad de la sangre y los tejidos, las propiedades antioxidantes de la vitamina E también desempeñan un papel en la función saludable del hígado. Un análisis de de estudios controlados y aleatorios reveló que la administración de suplementos de vitamina E mejoró significativamente la función hepática y la calidad de las células y tejidos del hígado en pacientes con HGNA.

La vitamina E también protege el hígado contra el daño oxidativo causado por la exposición al formaldehído. El formaldehído es una de las toxinas domésticas e industriales más comunes en la actualidad, y se encuentra en productos como alfombras, cortinas, armarios de madera y muebles, así como en pegamentos, pinturas, pesticidas, cosméticos y detergentes.

Proteger el hígado de por vida

En nuestro mundo moderno, repleto de productos químicos, un hígado sano es esencial para mantenerse alejado de corriente tóxica actual. Proteja el suyo de forma natural: su vida depende de ello. Para saber más sobre las enfermedades del hígado y las sustancias naturalmente hepatotóxicas, consulte la base de datos de investigación de GreenMedInfo.com para obtener información actualizada sobre salud natural basada en la ciencia.


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