La montaña rusa de los últimos años ha hecho que incluso los más optimistas entre nosotros de vez en cuando luchen por mantener la esperanza. Aunque parece que en estos días aparecen crisis, una tras otra, y el futuro parece incierto, si se mira con atención, se encontrarán una serie de razones, grandes y pequeñas, para tener esperanza.
La gente sigue sonriendo
Uno de mis pasatiempos favoritos es dar un paseo por uno de los muchos senderos costeros de mi ciudad. No hay nada como el aire del mar para levantar el ánimo y darnos cierta perspectiva.
Algo que también me da perspectiva en esos paseos es ver pasar a gente amable y sonriente, con la que me cruzo mientras subo y bajo. «Buenos días», me dicen una y otra vez, o «Había una manada de delfines un poco más atrás. Vaya a ver», o «Bonito día, ¿cierto?». Casi todos saludan con una sonrisa. Se percibe un sentimiento colectivo de gratitud y aprecio por la belleza circundante y por el día en curso.
Además, descubrí que cuando uno busca caras sonrientes, las encuentra en todas partes. Están en la gasolinera, en la tienda, en el parque, en la calle, en todas partes. Supongo que ayuda que uno sea uno de ellos.
Los rostros sonrientes son contagiosos, compasivos, tranquilos y esperanzadores. No todo es pesimismo; mire a su alrededor.
Las familias se han fortalecido
Aunque no hayan previsto montar una oficina en su comedor o una escuela en su cocina, muchas familias han atravesado juntas esta tormenta. Por supuesto, no ha sido fácil, pero para muchos ha sido una experiencia que los ha unido y les ha abierto los ojos.
Aunque estén estresados por los acontecimientos mundiales y por las dificultades específicas que este tiempo les ha planteado, muchas familias han logrado convertir su hogar en un refugio. Disfrutaron de tiempo familiar de calidad en cantidades que antes no habrían creído posibles.
Además, muchos han reevaluado los lugares en los que viven, las formas de pasar el tiempo, las carreras que ejercen, la educación que reciben sus hijos, los valores que aprecian y mucho más. Han aprendido que tienen más opciones de las que creían y sus prioridades se han aclarado.
La familia es la columna vertebral de la sociedad, y creo que muchas familias son hoy más fuertes de lo que han sido en mucho tiempo.
La historia está siendo estudiada
Tal vez sea el aumento de la educación en casa o la naturaleza histórica de los acontecimientos actuales, pero cada vez más personas parecen estar interesadas en aprender la historia que tal vez nunca aprendieron realmente en la escuela. El estudio de la Constitución de Estados Unidos y la fundación de América es popular, al igual que la historia del comunismo y los principales acontecimientos mundiales que dieron forma al siglo XX.
Una población más informada constituye, sin duda, una perspectiva esperanzadora.
Se valora la libertad
En tiempos normales, quizá algunos de nosotros considerábamos nuestras libertades personales básicas como algo garantizado. Con muchas de esas libertades amenazadas en diferentes partes del mundo en diferentes grados, el valor de la libertad se ha abierto paso al centro del escenario, y las implicaciones de la restricción de las libertades son cada vez más claras para más personas.
La espiritualidad está aumentando
Cuando los tiempos son difíciles, cuando la vida es difícil de entender y cuando las circunstancias se sienten fuera de nuestro control, es natural dar un paso atrás y buscar una sabiduría superior. Muchas personas se han embarcado en un viaje espiritual durante este tiempo. En esto, hay esperanza.
Aún sale el sol
Soy una persona que se levanta temprano. Una de mis partes favoritas de despertarme antes que el sol es ser testigo de la lenta belleza del amanecer de cada mañana. La oscuridad de la noche da paso a una luz gradual, un esquema de colores único para cada día, acompañado por el sonido festivo del coro matutino de las aves.
Esto nos recuerda que la vida sigue adelante y que la Tierra continúa girando alrededor del sol sin interrupción y exactamente a tiempo. Hace que las preocupaciones parezcan inútiles en el gran esquema de las cosas. Cada día es un regalo y una oportunidad, un nuevo comienzo lleno de esperanza.
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