Más de dos tercios de los presos de una prisión de Texas totalmente vacunados contrajeron COVID-19 durante un brote, según informan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en un estudio.
La vacuna, dijeron los CDC, protegió a los prisioneros contra los síntomas graves de COVID-19. COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
La agencia dijo que 129 de 185 prisioneros completamente vacunados contrajeron el virus del PCCh, según datos compilados por la Oficina Federal de Prisiones y los CDC en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de la agencia, publicado el martes. Por separado, de 42 prisioneros no vacunados, el 93 por ciento contrajo el virus durante el brote en la prisión no revelada.
Una persona no vacunada murió, mientras que cuatro personas necesitaron tratamiento médico, según los datos. Tres de los cuatro que no habían recibido la vacuna fueron hospitalizados, dijo la agencia.
Los datos de los CDC mostraron que siete prisioneros no vacunados y 21 completamente vacunados habían tenido contacto con un contagiado de COVID-19. Algunos estudios han demostrado que las personas que contrajeron previamente el virus del PCCh desarrollan una protección sólida y duradera contra la variante delta.
Con base en los nuevos datos, los CDC dijeron que vacunar a la mayoría de la población de EE.UU. debería seguir siendo una prioridad.
La agencia dijo, además, que «incluso con altas tasas de vacunación, mantener estrategias de prevención de componentes múltiples», como «pruebas y enmascaramiento para todas las personas, el aislamiento médico inmediato y la cuarentena para las personas encarceladas sigue siendo fundamental para limitar la transmisión [del virus del PCCh] en entornos congregados donde el distanciamiento es un desafío».
“Aunque las tasas de ataque, hospitalizaciones y muertes fueron más altas entre las personas no vacunadas que entre las personas vacunadas, la duración de los resultados positivos de las pruebas seriadas fue similar para ambos grupos. El virus infeccioso se transmitió en personas vacunadas y no vacunadas”, escribieron también los CDC.
La mayoría de los prisioneros en la instalación eran hombres blancos y habían recibido la vacuna de ARNm, de dos dosis, de Pfizer al menos cuatro meses antes, mostraron los datos.
A principios de este mes, el presidente Joe Biden anunció un plan amplio que obligaría a los trabajadores de las empresas con 100 o más empleados a someterse a pruebas semanales de COVID-19 o vacunarse. El plan también exige vacunas para los trabajadores de la salud en instalaciones financiadas por Medicaid o Medicare, así como vacunas obligatorias para los contratistas y empleados federales.
El plan de Biden también implica ofrecer inyecciones de refuerzo de las vacunas Pfizer y Moderna para el 20 de septiembre, aunque esos planes tuvieron un inconveniente la semana pasada cuando el panel asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomendó no proporcionar el refuerzo de Pfizer a la población en general. En cambio, el panel votó para recomendar dosis de refuerzo para personas de 65 años o más.
Algunos científicos del comité asesor de la FDA, que se reunieron la semana, pasada expresaron su preocupación por los posibles efectos secundarios de los refuerzos en los estadounidenses más jóvenes.
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