El senador Ted Cruz (R-Texas) y 19 colegas republicanos del Senado, además de 71 republicanos de la Cámara, quieren que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) prohíba el uso de Mifeprex, comúnmente conocido como RU-486, para interrumpir embarazos de hasta 10 semanas después de la concepción.
«Ya es evidente que la industria del aborto y sus aliados en los medios de comunicación, los círculos filantrópicos multimillonarios y los grupos especiales de interés, quieren una píldora abortiva no regulada y desmedicalizada desde el momento en que la FDA la aprobó por primera vez en el año 2000», dijeron Cruz y los demás al comisionado de la FDA, Stephen Hahn, en una carta del 1 de septiembre de 2020.
«Como ustedes saben, la administración Clinton aprobó esta droga letal bajo la presión de estos mismos grupos y bajo un proceso de aprobación altamente politizado».
«Creemos que esta píldora mortal nunca debió ser aprobada, pero la industria del aborto fue recompensada políticamente con un proceso de aprobación acelerado, normalmente reservado a las drogas de alto riesgo que abordan enfermedades que amenazan la vida como el SIDA».
La píldora abortiva Mifeprex se ha utilizado para poner fin a la vida de unos 3.7 millones de bebés no nacidos, causó 24 muertes maternas y provocó más de 4100 reacciones adversas en las usuarias, entre ellas hemorragias, dolor abdominal extremo e infecciones que amenazan la vida, según los firmantes. La droga también se conoce como «mifepristona».
Es casi seguro que hay un número significativamente mayor de muertes y reacciones asociadas con el fármaco que las que se han notificado oficialmente, ya que es probable que las víctimas vayan a los hospitales en lugar de volver a la clínica de abortos que les proporcionó la píldora.
«Por supuesto, los eventos adversos son notoriamente subreportados, lo que hace que el número verdadero sea imposible de evaluar. Además, a partir de 2016, los fabricantes de píldoras abortivas solo están obligados a informar sobre las muertes maternas», dijeron los firmantes a Hahn.
«Sin embargo, la mayoría de las mujeres que sufren reacciones adversas (como hemorragias) tienen más probabilidades de buscar atención de emergencia en hospitales y salas de emergencia, en lugar de regresar al centro de aborto donde se les recetó la píldora», continuaron los firmantes.
Los firmantes alentaron a Hahn a ejercer la autoridad existente de la FDA para declarar el Mifeprex «un peligro inminente para la salud pública» que plantea «una amenaza de peligro significativa».
Los senadores que se unieron a Cruz para firmar la carta a la FDA incluyen al senador Kevin Cramer (R-N.D.), al senador Steve Daines (R-Mont.), al senador Joni K. Ernst (Iowa), senador Mike Braun (R-Ind.), senador James M. Inhofe (R-Okla.), senador Roger F. Wicker (Miss.), senador Michael B. Enzi (R-Wyo.), senador M. Michael Rounds (R-S.D.), senador Kelly Loeffler (R-Ga.) senador Mike Lee (R-Utah), senador Rob Portman (R-Ohio), senadora Cindy Hyde-Smith (R-Miss.), senador James Lankford (R-Okla.), senador Pat Roberts (R-Kan.), senador Tom Cotton (R-Ark.), senador Mike Crapo (R-Idaho), senadora Marsha Blackburn (R-Tenn.), senador James E. Risch (R-Idaho), y senador John Hoeven (R-N.D.).
Por parte de la Cámara, la representante Jody Hice (R-Ga.) hizo circular el borrador de la carta a Hahn y obtuvo las firmas de 70 colegas republicanos.
Un portavoz de la Liga Nacional de Acción por el Derecho al Aborto (NARAL) no respondió a la petición de comentarios de The Epoch Times.
La vicepresidenta de Susan B. Anthony List (SBAL), Mallory Quigley, dijo el miércoles a The Epoch Times que «las drogas para el aborto químico son peligrosas y ponen a las mujeres en grave riesgo de hemorragias fuertes, infecciones e incluso la muerte».
Quigley añadió que su grupo provida cree que los funcionarios demócratas que presionan «para expandir el aborto químico durante este tiempo incierto para la salud y seguridad de nuestra nación… repetidamente ponen las ganancias de la industria del aborto por encima de la protección de las mujeres y sus hijos».
En su carta, los firmantes también animaron a Hahn a montar «un examen serio de las prácticas éticas y el cumplimiento de la FDA de los ensayos clínicos como el proyecto TelAbortion llevado a cabo por Gynuity, un grupo de investigación asociado con el gigante del aborto Planned Parenthood».
«El experimento de Gynuity de enviar por correo la píldora para abortar directamente al consumidor, ha estado en marcha durante casi cinco años y ahora se ha expandido a 13 estados. Además de poner en peligro la vida de las mujeres y los niños estadounidenses al ofrecer su estudio clínico a niñas de tan poco como 10 años de edad, utilizan a mujeres de Burkina Faso en su segundo trimestre como sujetos de investigación, a pesar del alto riesgo de infección y ruptura uterina».
«Esta es también una región en la que escasean los servicios de emergencia y los productos sanguíneos para transfusiones. Consideramos que estas prácticas y usos de los sujetos humanos son altamente sospechosos, y pedimos a la FDA que tome medidas inmediatas para revisar estas actividades».
Cruz es uno de los mayores opositores al aborto que se escuchan en el Congreso y patrocina la Ley de Protección de Sobrevivientes del Aborto y la Ley de Protección de Niños No Nacidos con Capacidad de Dolor. Ambas medidas fueron firmadas como ley a principios de este año por el presidente Donald Trump.
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