Un director de una funeraria de Nueva Zelanda afirma que el 95 por ciento de los cadáveres que ha estado viendo recibieron la vacuna contra COVID-19 en las dos semanas antes de su fallecimiento.
«El 95 por ciento de las personas que han fallecido, pasando por el trabajo que he realizado, habían sido vacunadas en un plazo de dos semanas», dijo Brenton Faithfull.
Faithfull lleva 41 años trabajando como director de una funeraria y 26 años dirigiendo su propio negocio de pompas fúnebres. Recientemente habló sobre la aparente relación entre las vacunas contra COVID-19 y las muertes que ha estado observando.
«Es muy evidente, ellos mueren a las dos semanas de recibir la vacuna, muchos de ellos (…) casi parecen haber muerto de anafilaxia, casi una reacción inmediata a la vacuna de refuerzo».
La anafilaxia es una reacción aguda del organismo a un antígeno, como el de una picadura de abeja, o una inyección.
«Ellos mueren el mismo día, al día siguiente de recibir la vacuna COVID-19. No se trata de un caso aislado, sino de la mayoría de los casos que han pasado por nuestras instalaciones», dijo Faithfull en una entrevista.
Director de funeraria del Reino Unido
Datos similares han sido comentados por el director de una funeraria en el Reino Unido, John O’Looney, y por Richard Hirschman, de Alabama, informó anteriormente The Epoch Times.
«Desde el mismo momento en que estas inyecciones se aplicaron en los brazos, la tasa de mortalidad se disparó de forma increíble. Las etiquetaron a todas como muertes por COVID, pero la realidad es que fueron casi exclusivamente las personas vacunadas», dijo O’Looney a The Epoch Times.
«Ahora vemos un número récord de muertes en los vacunados y en un número récord de jóvenes. Ellos mueren de una mezcla de cánceres repentinos muy agresivos o de coágulos sanguíneos, que provocan ataques al corazón y derrames cerebrales», añadió.
Comentario de los médicos
El doctor Sherri Tenpenny, que lleva más de dos décadas informando al público sobre los peligros de las vacunas, opinó sobre el testimonio de Faithfull.
«El 2 de diciembre de 2020, los reguladores del Reino Unido concedieron la autorización de uso de emergencia (EUA) a la vacuna contra COVID-19 de Pfizer. En una semana, la directora ejecutiva de la MHRA [Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios], June Raine, dijo en una declaración que ‘cualquier persona con un historial de anafilaxia a una vacuna, medicamento o alimento no debería recibir la vacuna BioNTech de Pfizer’. Además, ella afirmó que ‘las reacciones alérgicas no habían sido una característica de los ensayos clínicos de Pfizer'», dijo el Dr. Tenpenny a The Epoch Times.
Sin embargo, Tenpenny señaló también que la anafilaxia fue el «primer riesgo identificado».
«Pfizer fue obligada por un juez federal de Texas en enero de 2022, a publicar sus hallazgos. Dentro de ese primer tramo de documentos, usted encontrará la Tabla 3-Preocupaciones de Seguridad-en la página 10 de este documento [pdf]. El primer riesgo identificado es la anafilaxia. En un estudio de riesgos (…) realizado entre el 1 de diciembre de 2020 y el 28 de febrero de 2021, apenas tres meses, se observaron 1833 casos de anafilaxia y cuatro personas murieron por esta causa», indicó Dr. Tenpenny.
The Epoch Times se puso en contacto con Pfizer para pedirle comentarios.
En algunos casos, Faithfull y su personal intentaron involucrar al forense.
Faithfull compartió un caso en el que un hombre insistió en que su padre no debía vacunarse, pero su hermana presionó a su padre. Cuando el padre cedió y se vacunó, murió cuatro días después.
«Cuando empecé a contar en agosto del año pasado, fue uno tras otro, tras otro, tras otro, y cuando llegué a los 20, eran 19 los que habían muerto en dos semanas [de recibir la vacuna]», dijo Faithfull.
«Así que en los primeros 20 días conté 19 de ellos, es decir, el 95 %», explicó el director de la funeraria. «La siguiente cifra fue que el 100 % de las personas que murieron se habían vacunado en las dos semanas».
El Dr. Sanjay Verma es un cardiólogo que ejerce en California y que ha observado un dramático aumento de los problemas cardíacos desde la puesta en marcha de las vacunas.
«Un trabajo anterior del Dr. Gundry demostró un aumento de los marcadores inflamatorios cardíacos después de la vacunación contra COVID-19. Curiosamente, desde diciembre de 2021 hasta junio de 2022, el 100 % de los pacientes que necesitaban un cateterismo cardíaco urgente por un ataque al corazón habían sido vacunados, muchos de ellos con dosis de refuerzo. Más de la mitad habían sido vacunados recientemente (en pocas semanas). En un condado en el que el 60 % de la población está vacunada, esta tendencia era preocupante», declaró Verma a The Epoch Times.
«Se han registrado 31,470 muertes tras la vacunación contra COVID-19 en el VAERS. La gran mayoría de ellas se agrupan en los siete días posteriores a la vacunación. Además, hay otras tendencias preocupantes. Los datos de los CDC indican que hubo 60,000 muertes en septiembre de 2019 y septiembre de 2020. Sin embargo, en septiembre de 2021 ese número aumentó a 90.000. También tenemos numerosas publicaciones en las redes sociales sobre personas, especialmente atletas, que ‘murieron repentinamente’ sin causa aparente», dijo Verma.
El Dr. Verma cree que cualquier muerte inexplicable a las pocas semanas o incluso a los meses de la vacunación debería «investigarse con una autopsia exhaustiva», evaluando específicamente la presencia de la proteína spike en el cerebro, los principales vasos sanguíneos y el corazón.
«Nosotros sabemos que la proteína spike es tóxica para los vasos sanguíneos, al causar una disfunción endotelial. La proteína spike también es tóxica para el músculo cardíaco, causando lesiones miocárdicas. También hay informes de casos de encefalitis (inflamación del cerebro) mediada por la vacuna, miocarditis y vasculitis, que pueden causar la muerte», añadió el Dr. Verma.
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