A medida que China domina la fabricación de medicamentos, un experto dice que EE.UU. debe proteger la medicina como un activo estratégico

Por Paul Huang - La Gran Época
10 de mayo de 2018 8:05 PM Actualizado: 11 de mayo de 2018 10:45 AM

A medida que las empresas chinas dominan cada vez más la fabricación en el mercado farmacéutico mundial, un experto opina que ya es hora que los responsables políticos de Estados Unidos comiencen a tratar a la medicina como un activo estratégico, para así asegurarse que el público estadounidense tenga una buena reserva de medicamentos esenciales en los tiempos de crisis.

Rosemary Gibson, asesora principal del Centro Hastings, declaró el 7 de mayo que sería un grave error que Estados Unidos estuviera supeditado a un solo país productor de las drogas que los estadounidenses necesitan para su salud y supervivencia básica.

Ese país es China, que estuvo rápidamente expandiendo su industria farmacéutica y ahora es el fabricante de miles de medicamentos que se encuentran en hospitales y farmacias de Estados Unidos. El régimen chino tiene un plan para ser la “farmacia del mundo”, según Gibson, y pronto podría superar a India como el fabricante dominante de medicamentos genéricos.

En abril, La Gran Época informó sobre el nuevo libro de Gibson, “China RX: Exponiendo los riesgos de la dependencia estadounidense de China para la medicina”, escrito en colaboración con Janardan Prasad Singh. El libro documenta las causas que condujo a la dependencia actual de Estados Unidos de las drogas fabricadas en China. Describe cómo el régimen chino superó y, en algunos casos, dejó fuera del negocio a muchas de las principales compañías farmacéuticas de Estados Unidos y del mundo al vender a bajo costo, robar a sus competidores y recortar gastos.

El lunes, Gibson volvió a hablar de su nuevo libro en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, y argumentó que los responsables políticos de Estados Unidos deben tomar medidas inmediatas para cambiar el enfoque actual de la regulación de la medicina, que la trata como “no más importante que una camiseta”.

“Necesitamos ver la medicina como un activo estratégico, al igual que vemos al suministro de petróleo y energía”, enfatizó Gibson. “Si no lo tenemos como activo estratégico es algo que hará que nuestro país se desmorone”.

Gibson advirtió que la creciente dependencia de Estados Unidos y el mundo de las drogas fabricadas en China, podría resultar desastrosa si hay un “evento Fukushima” en China. El régimen chino podría privar fácilmente a los estadounidenses de medicamentos esenciales en caso de conflicto en el mar de China oriental o meridional, por ejemplo.

En la Segunda Guerra Mundial, el gobierno federal de Estados Unidos trabajó con el fabricante farmacéutico estadounidense Pfizer para asegurar que hubiera suficientes medicamentos esenciales para los soldados, especialmente penicilina, que salvó decenas de miles de vidas. Cuando la industria y el gobierno trabajan juntos, se puede aseverar que la política de drogas del país sea consecuente con la seguridad nacional, destacó Gibson.

Irónicamente, la fabricación de penicilina está ahora prácticamente monopolizada por los fabricantes chinos, junto con muchos otros medicamentos esenciales, como la vitamina C y la heparina. El libro de Gibson describe cómo los “carteles de la droga” chinos, apoyados por la agresiva política industrial del régimen chino, se apoderaron del control de los mercados mundiales de drogas.

Dan Slane, exinspector de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China (USCC, por sus siglas en inglés), también expresó en un debate, que el gobierno de Estados Unidos tiene que incentivar a las compañías farmacéuticas para que fabriquen aquí, de lo contrario China “acabará con todo”.

Citando el tenso enfrentamiento de India con China por la disputa fronteriza del año pasado, Gibson señaló que los medios de comunicación indios informaron ampliamente sobre cómo la creciente dependencia de China en materia de drogas podría hacer vulnerable a India en caso de conflicto.

“Imagínese que un soldado indio abre su botiquín de primeros auxilios y descubre que la medicina de emergencia que hay dentro se está acabando y que fue hecha en China”, analizó  Gibson, recordando un informe ampliamente difundido por los medios de comunicación indios y que despertó mucha alarma. “Aún no hemos visto un artículo importante en los medios de comunicación de EE.UU. sobre nuestra dependencia de las drogas chinas”.

Debatiendo cómo el gobierno de EE.UU. podría avanzar para hacer de la medicina un activo estratégico, Gibson remarcó que es más importante asegurar que la industria estadounidense tenga la capacidad continua de fabricar medicamentos esenciales en buena calidad y cantidad, en comparación con el simple almacenamiento de estos medicamentos. Los legisladores también deberían apoyar una mayor innovación en la fabricación de medicamentos, alegó Gibson, ya que no hubo muchos avances en la tecnología farmacéutica en las últimas décadas.

 

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