Abuelo maneja hasta el hospital después de cortarse la cara a la mitad con una motosierra

Advertencia: las imágenes contenidas en el artículo pueden perturbar a algunos lectores

Por Tom Ozimek - La Gran Época
14 de marzo de 2019 6:05 PM Actualizado: 14 de marzo de 2019 6:05 PM

Un abuelo australiano compartió recientemente su dramática historia de supervivencia después de que accidentalmente se cortara la cara a la mitad.

Bill Singleton, de 68 años, se partió la cara y la lengua en dos con una motosierra y luego tuvo que conducir 32 kilómetros hasta el hospital más cercano para recibir ayuda médica.

Singleton detalló su lucha por la vida en un podcast el 7 de marzo: «Cómo sobreviví».

El hombre de Melbourne le dijo a su esposa, Lynette, que iba a cortar leña en ese fatídico día de 2016, y que regresaría pronto a casa. Se dirigió a un lugar remoto y comenzó a procesar la madera.

«Dos motosierras»

» Conseguí un par de buenos troncos y volví a mi casa», dijo, según The Daily Mail.

«Tenía dos motosierras, una pequeña y otra grande. Saqué la sierra grande, la puse en marcha y, por supuesto, entró en acción».

Sin embargo, en vez de atravesar la madera, la cadena rebotó en el tronco y retrocedió hacia su cara. La afilada cierra penetró en su boca, le cortó el labio inferior y avanzó hasta las muelas del juicio.

«Oí un crujido. No sentí nada en ese momento, y pensé «Dios mío».

¿Qué sigue?

Con la cara destrozada, Singleton cayó de rodillas y febrilmente presionó un pañuelo contra la herida para intentar detener la hemorragia.

«Por supuesto me dije unas cuantas palabras a mí mismo», dijo. «Me puse a pensar: ‘Bueno, ¿qué sigue?'»

El abuelo tenía su teléfono con él, pero se dio cuenta de que pedir ayuda sería inútil ya que su lengua había sido cortada en dos.

Así que se arrastró hasta su camioneta, improvisó un cabestrillo y usó su otro brazo para conducirse casi 32 kilómetros hasta el hospital, informó el Daily Mail.

«¿Qué se supone que tenía que hacer? Sentarme en la base de un árbol, recostarme y esperar a que se apaguen las luces», musitó.

El cirujano que dirigió el equipo encargado de arreglarle la cara dijo que Singleton podría no haber sobrevivido si se hubiera visto con detenimiento en el espejo retrovisor de su vehículo.

«Creo que un poco de ignorancia fue lo que salvó el día… y el buen humor australiano», dijo a The Age el profesor adjunto Alf Nastri, jefe de cirugía maxilofacial del Royal Melbourne Hospital.

Una radiografía de su cráneo mostró la terrible extensión del daño.

Los cirujanos trabajaron durante horas para reconstruir la cara de Singleton. Perdió la mayoría de sus dientes y su mandíbula tuvo que ser fijada con una placa de metal.

Al parecer, también había estado muy cerca de seccionar su arteria carótida y su laringe.

El cirujano catedrático Nastri fue citado diciendo: «Básicamente parecía alguien que había sido víctima de una herida de bala. Se abrió toda una parte de la cara. Era como algo salido de una película de ciencia ficción».

A Singleton le tomó semanas aprender a hablar de nuevo debido al daño nervioso que dejó su lengua permanentemente adormecida. Sin embargo, a los pocos días de su salida del hospital, salió a buscar leña.

Tres años después, Singleton se ha sometido a dos procedimientos quirúrgicos más para fijar su mandíbula metálica y preparar sus encías para una nueva dentadura.

Dijo que lo peor de la prueba fue el cambio forzado en su dieta. Según su mujer, «se muere por un filete».

*******************************

Te puede interesar:

Cómo el comunismo en China hace casi 20 años intenta eliminar a 100 millones de chinos

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.