Acaparamiento chino del mercado de anteriores generaciones de chips preocupa a expertos de EE. UU.

Por Naveen Athrappully
16 de diciembre de 2022 11:58 AM Actualizado: 16 de diciembre de 2022 12:00 PM

Las empresas chinas están cada vez más centradas en impulsar la producción de semiconductores de generaciones anteriores y los expertos de Estados Unidos y el mundo occidental están preocupados de que el desarrollo plantee una amenaza significativa para la seguridad internacional.

Los chips de generaciones anteriores siguen siendo fundamentales para diversas tecnologías. Por ejemplo, los chips de 28 nanómetros se usan desde 2011 en armas, vehículos y dispositivos de Internet, entre otros. La importancia de estos chips para la economía mundial se ha puesto de manifiesto en los últimos años, cuando su escasez provocó una interrupción generalizada a nivel mundial en la fabricación de productos electrónicos de consumo y automóviles.

En el pasado, China ha aprovechado su dominio en tecnologías clave para inundar los mercados internacionales con productos baratos y aplastar a la competencia.

China podría hacer lo mismo con chips más antiguos, apuntado a cómo la nación domina los equipos de telecomunicaciones 5G y los mercados de paneles solares, dijo Matt Pottinger, exasesor adjunto de seguridad nacional durante la administración Trump, en una entrevista con Reuters.

«Esto daría a Beijing una influencia coercitiva sobre todos los países e industrias —militares o civiles— que dependen de chips de 28 nanómetros, y eso es una gran, gran parte del universo de chips», dijo Pottinger.

El mayor fabricante de chips de China, Semiconductor Manufacturing International Corp. (SMIC), que cuenta con el respaldo de Beijing, anunció cuatro nuevas instalaciones de fabricación a partir de 2020. Cuando las instalaciones entren en funcionamiento, podrían más que triplicar la producción de la empresa, según Samuel Wang, analista de chips de Gartner.

«Todo esto empezará a tener un impacto a principios de 2024 y será total en 2027», declaró Wang a Reuters.

El temor a que China utilice chips avanzados en su beneficio llevó a Washington a establecer nuevas medidas de control de las exportaciones en octubre. Las restricciones impiden a China el acceso a determinados chips semiconductores avanzados y a equipos de fabricación de chips de última generación fabricados con tecnologías estadounidenses.

En septiembre de 2020, el Departamento de Comercio de EE. UU. escribió a las empresas estadounidenses que las exportaciones a SMIC planteaban un «riesgo inaceptable» de ser desviadas para «uso final militar».

Washington está preocupado por la estrategia de fusión militar-civil del Partido Comunista Chino (PCCh), que busca aprovechar la cooperación entre las industrias privada y militar para impulsar la innovación.

«El PCCh está aplicando esta estrategia, no solo a través de sus propios esfuerzos de investigación y desarrollo, sino también mediante la adquisición y el desvío de las tecnologías de vanguardia del mundo —incluso a través del robo— con el fin de lograr el dominio militar», declaró el Departamento de Estado de EE .UU. en 2020.

Causa ante la OMC y compra de plantas de chips occidentales

China abrió un litigio comercial contra Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por sus medidas de control de chips. Beijing acusa a Washington de actuar en contra de los intereses chinos y de amenazar la estabilidad de las cadenas mundiales de suministro industrial. Sin embargo, Washington desestimó tales alegaciones por considerarlas inválidas ante la organización.

«Nosotros hemos recibido una solicitud de consultas de la [República Popular China] en relación con ciertas medidas de Estados Unidos que afectan a los semiconductores», dijo Adam Hodge, portavoz de la oficina del Representante de Comercio de EE. UU., en una declaración a Reuters.

«Como ya hemos comunicado a la RPC, estas acciones específicas están relacionadas con la seguridad nacional, y la OMC no es el foro apropiado para discutir asuntos relacionados con la seguridad nacional».

China está intentando adquirir activos de semiconductores en Occidente, pero se enfrenta a dificultades, ya que muchos gobiernos no ven con buenos ojos que Beijing ejerza el control sobre una industria tan crítica.

En noviembre, el gobierno británico ordenó a una empresa holandesa de capital chino que vendiera la mayor parte de la participación que había adquirido de una planta de semiconductores de Gales. El gobierno concluyó que la adquisición infringía las leyes de seguridad nacional del país.

El mes pasado, Berlín bloqueó la venta de una fábrica de microchips a una filial sueca de una empresa de capital chino.


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