Activistas y expertos están preocupados por las operaciones de deforestación de China en África

Por AMINDEH BLAISE ATABONG
20 de Enero de 2020 2:02 PM Actualizado: 20 de Enero de 2020 2:02 PM

YAOUNDE, Camerún – Expertos y activistas dan la voz de alarma sobre la creciente presión de la deforestación en África debido a los proyectos financiados por China en el continente.

China aumentó significativamente su huella en África en los últimos años. Según los datos de la Iniciativa de Investigación de China en África, el intercambio comercial entre África y China se ha multiplicado por lo menos ocho veces desde la década de 2000.

Según Liu Kyong, de la Administración Nacional de Bosques y Pastizales de China, unas 180 empresas madereras chinas están operando en África.

“La cooperación entre China y África y el comercio que resulta de ello solo aumentará”, dijo Liu recientemente.

El enorme apetito de China por productos madereros como el palo de rosa, la ha convertido en un destino importante para la madera procedente de zonas vulnerables, y en algunos casos incluso de sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO en diferentes partes de África, como las naciones de la cuenca del Congo, incluyendo Camerún.

El Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo estima que en 2017, el 75 por ciento de la madera africana fue enviada a China, y se espera que la tendencia siga aumentando con la creciente demanda en China.

En muchos casos, los productos destinados a China son el resultado de la tala ilegal. La Agencia de Investigación Ambiental (EIA), con sede en Estados Unidos, dice que China es el mayor importador de madera ilegal.

“La preferencia de China por la madera en bruto para alimentar sus fábricas, ha creado una situación sin precedentes en la que han surgido largas cadenas de suministro de América del Sur, África y Asia para canalizar los troncos hacia el país para su procesamiento”, dice la EIA en un informe.

Samuel Nguiffo, secretario ejecutivo del Centro para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CED), con sede en Camerún, dice que la huella ambiental de China en Camerún está aumentando debido a la gran dependencia del país africano de la financiación china.

Según Nguiffo, los grandes volúmenes de inversiones chinas en Camerún, incluso en proyectos mineros en las regiones orientales del país, han creado las condiciones para que las áreas forestales sean explotadas por empresas chinas.

Como informó anteriormente The Epoch Times, desde 2011, Sud-Cameroun Hevea (Sudcam), una empresa controlada por un conglomerado de propiedad estatal china que opera en Camerún, ha reemplazado casi 25,000 acres –equivalentes al tamaño de París– de la densa selva tropical con una plantación de monocultivo de caucho. El proyecto de expansión de Sudcam se ha acercado a la Reserva de Fauna Dja, un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, y ha desplazado a la población local de sus tierras y recursos.

Según el consultor de investigación Samuel Assembe-Mvondo, de Camerún, los chinos de la capital económica del país, Douala, se dedican al flujo financiero ilícito para facilitar sus negocios de madera ilegal. Él dice que las compañías violan las leyes comerciales locales con impunidad mientras que los funcionarios locales, que no quieren molestar a los chinos, miran hacia otro lado.

Assembe-Mvondo, quien ha llevado a cabo una investigación sobre el asunto, dijo que las transacciones financieras en el comercio son logradas por los comerciantes que envían los productos madereros a China, y luego la parte receptora en China paga por los productos enviando de regreso bienes de consumo como ropa y electrónicos a Camerún.

“China está exportando efectivamente la deforestación en todo el mundo”, dijo Faith Doherty, jefa de la Campaña Forestal de EIA en una declaración.

En su informe, los investigadores de EIA dicen que las empresas estatales de China “juegan un papel estratégico” en el envío de recursos forestales a China, ya que representan cerca de la mitad de los productos de la tala que se envían desde diferentes partes del mundo a China.

“El 45 por ciento de todos los troncos de Papúa Nueva Guinea se enviaron a empresas estatales [chinas] y el 44 por ciento desde Mozambique”, dice el informe de 2012.

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