Acusan a expolicía mexicano de traficar suficiente fentanilo para matar a 10 millones de personas

Por Anastasia Gubin
27 de julio de 2019 1:16 PM Actualizado: 27 de julio de 2019 1:16 PM

Un ex oficial de la policía mexicana que residía ilegalmente en Estados Unidos fue acusado formalmente de tráfico y posesión de fentanilo, con una cantidad que podría haber matado a más de 10 millones de personas, anunció el Departamento de Justicia el 26 de julio.

El ex policía, Assmir Contreras Martínez, de 30 años, de Tucson, Arizona, había sido arrestado en mayo de 2019.

El fentanilo es un opioide sintético poderoso, se considera 50 veces más potente que la heroína.

«Esta incautación sola ha salvado potencialmente millones de vidas», dijo en un comunicado Clyde E. Shelley, Jr., agente especial de la Administración de Control de Drogas (DEA) a cargo de la División de Dallas Field.

«El fentanilo es la amenaza número uno que causa nuestra epidemia de opioides en Estados Unidos», agregó Shelley.

Un soldado del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas revisó el vehículo de Contreras Martínez y encontró 33 kilogramos (73 libras) de una sustancia blanca en polvo que creía que era cocaína, pero luego las pruebas demostraron que se trataba de fentanilo.

Contreras Martínez luego dijo a las autoridades que le pagaron USD 6000 para contrabandear la sustancia de California a Florida y que ya es el segundo viaje que hace de ese tipo.

Añadió que había estado viviendo ilegalmente en Estados Unidos durante siete meses y que antes había servido como oficial de la policía municipal en Cananea, Sonora, México, durante ocho años.

Si Contreras Martínez es condenado, enfrenta desde 30 años hasta prisión perpetua en una cárcel federal y además podría ser deportado después de su sentencia.

Bolsas de heroína, algunas con fentanilo, se exhiben ante una conferencia de prensa sobre una importante redada de drogas, en la oficina del Fiscal General de Nueva York, en la ciudad de Nueva York, el 23 de septiembre de 2016. (Drew Angererer/Getty Images)

«El fentanilo está devastando comunidades en todo el país», dijo la abogada estadounidense Nealy Cox en el anuncio del Departamento de Justicia.

«No podemos tolerar el tráfico de esta droga mortal en el norte de Texas, especialmente por parte de quienes están a cargo de proteger a nuestras comunidades, extranjeras o nacionales», añadió Cox.

La Oficina del Fiscal estadounidense para el Distrito Norte de Texas tiene una política de tolerancia cero con el fentanilo y lleva todos los casos relacionados con la droga o sus análogos a un tribunal federal sin importar la cantidad, debido a su alto potencial para matar.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informan en sus registros provisionales de inicios de julio que el fentanilo y otros opioides sintéticos son los responsables de las sobredosis que mataron a casi 32.000 estadounidenses el año pasado.

La mayoría del fentanilo proviene de China

El fentanilo pertenece a una clase de medicamentos conocidos como opioides, medicamentos que se asemejan a las propiedades del opio y que son usados para el alivio del dolor extremo. Los opioides farmacéuticos comúnmente recetados incluyen oxicodona y morfina.

El fentanilo es un opioide sintético que se ha usado farmacéuticamente desde la década de 1960, administrado por lo general en pacientes terminales con cáncer, para ayudarlos a lidiar con los fuertes y continuos dolores que los invaden. Sin embargo en los últimos años la droga comenzó a usarse como un sustituto más económico de la heroína. Los productores ahora lo utilizan para aumentar los lotes de la heroína y así obtener una mayor potencia a un costo más barato.

Según el CDC, el fentanilo es aproximadamente 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína y tan sólo unos dos miligramos se considera una dosis letal para la mayoría de las personas.

Según un informe de los CDC publicado el 21 de marzo (pdf), las muertes por fentanilo en Estados Unidos han aumentado más del 1000 por ciento desde 2011 hasta 2016.

«El número de muertes por sobredosis de drogas con fentanilo aumentó de 1663 en 2011 a 18.335 en 2016», señala el informe.

En 2017, en el país se registraron más de 28.000 muertes por sobredosis de opioides sintéticos, y la mayoría de estas fueron relacionadas con el fentanilo, según CDC.

Los agentes de la DEA reportan que gran parte del fentanilo sintético se produce en China o se fabrica en laboratorios de aficionados en Estados Unidos.

En particular un 68 por ciento de todo el fentanilo del mundo proviene de China, según la Agencia de Inteligencia de Defensa.

Importantes cantidades de fentanilo también llegan a México y otros países.

En agosto de 2018, el presidente Donald Trump instó al Senado de Estados Unidos a aprobar una medida para evitar que las drogas opioides sintéticas como el fentanilo se transporten en el país a través del sistema del Servicio Postal nacional.

El envío de fentanilo de China a Estados Unidos es «casi una forma de (situación de) guerra», dijo Trump en agosto.

«En China, hay algunas empresas bastante grandes que envían esa basura y matan a nuestra gente», dijo en ese momento.

La Ley de prevención de sobredosis y tráfico sintético (Ley STOP) mencionada por Trump se convirtió en ley en octubre de 2018.

El senador eepúblicano Chuck Grassley, de Iowa, dijo en una declaración de ese mes que «China es el problema número uno cuando se trata de la entrada ilegal de fentanilo en Estados Unidos».

Grassley señaló que tanto la DEA como el Departamento de Estado citan al país asiático como la fuente principal para el suministro de esta droga sintética y sus sustancias químicas subyacentes, o «precursores».

“Los clientes pueden comprar productos de fentanilo de los laboratorios chinos en línea a través de un envío expreso o correo directo”, dijo el senador, añadiendo que “los exportadores chinos lo envían directamente a individuos de Estados Unidos o a los carteles de la droga en México, que luego canalizan fentanilo ilegal a través de la frontera sur”.

La administración estadounidense ha estado presionado repetidamente al régimen chino para reprimir la producción y distribución de esta droga que alimenta la crisis de los opioides en el país.

En diciembre de 2018, el líder chino Xi Jinping le prometió a Trump durante la cumbre del G-20 en Argentina, que Beijing tomaría medidas contra el flujo de todas las sustancias relacionadas con el fentanilo, pero los funcionarios chinos siguen negando que su país sea la fuente de gran parte del flujo que ingresa a Estados Unidos.

El 1 de abril, Beijing prometió que a partir del 1 de mayo ampliaría la lista de narcóticos sujetos al control estatal para incluir más de 1400 análogos conocidos de fentanilo, que tienen una composición química ligeramente diferente pero todos son igualmente adictivos y potencialmente mortales, al igual que cualquier otro nuevo que se desarrolle en el futuro.

Los expertos, funcionarios y legisladores estadounidenses se muestran escépticos acerca de si el régimen chino aplicará las medidas.

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