Amable mecánico arregla silla de ruedas de mujer parapléjica y su gesto de bondad se extiende

Por The Epoch Times
20 de abril de 2021 1:54 PM Actualizado: 20 de abril de 2021 6:09 PM

En un mundo en el que las acciones ejemplares de «humanidad» son escasas y distantes, un acto amable de un vecino puede llegar muy lejos. Un mecánico de Rhode Island cambió la vida de una mujer con discapacidad, haciéndole su rutina diaria más llevadera, al ofrecerle una mano amiga.

Christian Barber, residente en North Smithfield, hizo un esfuerzo adicional por una de sus clientes, Linda Abrants.

Según Abrants, ella sufrió un accidente hace 20 años cuando estaba en California, a unos 5000 kilómetros de donde vive ahora.

Linda Abrants (izq.) y Christian Barber. (Cortesía de Linda Abrants)

«A causa del accidente, soy parapléjica T-6. Tengo entumecido de la cintura para abajo», dijo Abrants en una entrevista con NBC 10 sobre sus lesiones. «Después de mi accidente, estaba en California y estuve entrando y saliendo de residencias de ancianos durante toda mi vida. Sabía que nadie vendría por mí. Hice lo que tenía que hacer para salir de allí y cuando lo hice, durante dos años, alquilé habitaciones a desconocidos».

Como no puede realizar algunas tareas cotidianas, Abrants se desplaza en silla de ruedas y utiliza un ascensor para entrar y salir de su camioneta. Cuando se averió, tuvo que llevarla a arreglar.

Barber, que trabaja en Phantom Motor Works, se encargó de la tarea y pasó semanas arreglando el ascensor de la camioneta de Abrants.

Le costó encontrar piezas de repuesto para el elevador, pero no se rindió. Dice que pudo entender la situación de su cliente por motivos personales.

(Cortesía de Christian Barber)

«Mi esposa es discapacitada, así que entiendo su lucha. No me importa hacer lo más que pueda», explicó.

Barber logró reparar el ascensor y solo cobró una cantidad simbólica por el trabajo.

«Esta fue la forma en que me educaron. Una mano ayuda a la otra [expresión que indica que todos se ayudan mutuamente]», dijo.

Abrants está muy agradecida y le alegra que «haya gente buena en el mundo».

Ambos se conocieron unas semanas antes mientras Abrants hacía ejercicio en su silla de ruedas al aire libre debido al cierre de los gimnasios.

Barber ayudó a Abrants con su silla de ruedas y ambos entablaron una conversación. Al tener dificultades con el ascensor de la silla de ruedas, Abrants acudió a Barber para que inspeccionara su vehículo al no recibir respuesta de los fabricantes.

«Confié en él y es muy difícil encontrar un mecánico en el quien confiar», dijo.

«Si un humano lo armó, un humano puede arreglarlo», dijo Barber, contento de poder ayudar.

Según Abrants, otros notaron la buena acción del mecánico y decidieron hacer algo más. Otro negocio local, Ideal Lawnmower, organizó una carrera de bicicletas para ayudar a recaudar dinero para una furgoneta con acceso a la silla de ruedas para ella.

«¡Qué maravilla!», dijo Abrants a The Epoch Times. «Solo quería reparar mi ascensor». Dijo que el club rotario local también decidió aportar dinero para la furgoneta, que cuesta 35,000 dólares, mucho más de lo que ella puede pagar.

«La historia de amabilidad tuvo un efecto dominó de cosas buenas», añadió Abrants.


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