En su segunda presentación en la Ciudad de México, Shen Yun, la compañía neoyorkina de música y danza clásicas chinas, logró conmover nuevamente al público local con el despliegue de cuarenta bailarines sobre el escenario, orquesta en vivo, una impactante pantalla audiovisual, y centenares de coloridas y deslumbrantes piezas de vestuario.
A pesar de ser la tercera vez que Shen Yun actúa en el país azteca, muchos mexicanos recién conocieron a la compañía este año y, por supuesto, quienes pudieron presenciar estas nuevas presentaciones quedaron asombrados.
Martha Bravo, abogada mercantil y amante del ballet, concurrió al Centro Cultural Teatro 1 para experimentar lo que transmite Shen Yun sobre el escenario. “Es algo que nunca había visto, algo nuevo; desde el vestuario, las danzas, las historias, todo es totalmente nuevo. ¡Estuvo increíble!”, destacó en entrevista con La Gran Época.
La danza clásica china tiene su origen en los 5000 años de cultura china y está “colmada de poder expresivo”, afirma el sitio oficial ShenYun.com. “A través de la expresión del porte y de la forma, los bellos movimientos permiten exteriorizar el significado interno de pensamientos y sentimientos intrínsecos, reflejando las peculiaridades de la naturaleza humana, el parámetro para la conducta humana, los conceptos morales (…)”, agrega.
Esta profundidad de la expresión artística sorprendió gratamente a la Dra. Bravo: “Me encanta el ballet en general, pero nunca me esperé este tipo de movimientos, son muy fluidos e inesperados a la vez, me gustó mucho, fue algo muy, muy bonito, no hay otra palabra”, señaló.
El director, los bailarines, la orquesta, la música, todo te pone en ese ambiente celestial y espiritual
Mucho más que un espectáculo
A través de la música y la danza, Shen Yun transporta al espectador por un viaje de 5000 años de cultura divina que incluye reinos celestiales, antiguas leyendas e historias modernas de heroísmo. La danza clásica china constituye la base de este trayecto que ha conmovido a millones de personas en todo el mundo. “Fue un espectáculo de belleza, de paz, de mucha tranquilidad”, describió la profesional y puntualizó que percibió una “una belleza muy tranquila, muy pacífica, es como una belleza natural, no forzada”.
“Te transmite un poco esa parte celestial, un poco mágica, un poco de tratar de hacer algo mejor y esa búsqueda por alcanzar una perfección espiritual”, agregó la Dra. Bravo y señaló que esa belleza viene “del cielo”: “No puede venir de otra parte, es algo inhumano”.
Además del numeroso cuerpo de bailarines, Shen Yun posee una orquesta que combina instrumentos milenarios de la antigua China con la base de otros occidentales, conformando un sonido único, sólido y armonioso. “El director, los bailarines, la orquesta, la música, todo te pone en ese ambiente celestial y espiritual”, describe la abogada.
Uno de los actos que presenta la compañía representa la actual persecución que sufren actualmente en China los practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual milenaria basada en ejercicios suaves, meditación y enseñanzas morales. Al igual que otros espectadores mexicanos, la Sra. Bravo se conmovió ante este hecho.
“En las partes donde se ve el conflicto con el gobierno que los persigue, te da un cierto coraje al ver que esa es la realidad de la humanidad: en cuanto ven algo bonito, algo perfecto, buscan destruirlo, entonces te mantiene en ese estado espiritual”, destacó.
Para los mexicanos que aún no han visto Shen Yun, todavía tienen oportunidad de hacerlo: mañana domingo la compañía realizará las dos últimas presentaciones en la capital mexicana para luego trasladarse a la ciudad de Puebla, donde brindará una función el 1° de marzo en el Auditorio Metropolitano. “No se lo pueden perder, es algo que probablemente no van a ver en otro lado”, enfatizó la abogada.
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