Ayudar a China en el ámbito espacial es un suicidio

Por Gordon G. Chang
04 de febrero de 2022 5:01 PM Actualizado: 04 de febrero de 2022 5:01 PM

Comentario

El régimen de China quiere que Estados Unidos ayude a su programa espacial, y algunos, incluidos aquellos de la comunidad espacial estadounidense, están deseosos de prestarle asistencia. Sin embargo, dicha cooperación sería extremadamente desventajosa para Estados Unidos, como siempre ha sido.

El 28 de enero, Beijing publicó «China’s Space Program: A 2021 Perspective«, su quinta documentación técnica sobre el tema. Entre las prioridades enumeradas se encuentran los alunizajes, la defensa contra asteroides y la eliminación de la basura espacial.

Beijing también cree que las naciones deben compartir esfuerzos en los cielos. «La exploración, el desarrollo y la utilización pacíficos del espacio exterior son derechos de los que disfrutan por igual todos los países», afirma el documento. «China pide a todos los países que trabajen juntos en la construcción de una comunidad global de futuro compartido y lleven a cabo intercambios y cooperación exhaustivos sobre el espacio exterior basándose en la igualdad, el beneficio mutuo, la utilización pacífica y el desarrollo inclusivo».

En la presentación de la documentación ténica, Wu Yanhua, subdirector de la Administración Espacial Nacional de China, dijo que Beijing estará aún más dispuesta a cooperar con socios internacionales «en niveles más altos y proyectos más grandes».

Wu mencionó que China y Rusia «lanzarán conjuntamente el plan de la estación internacional de investigación científica lunar, que es un importante proyecto de cooperación científica internacional a largo plazo». Sin embargo, Beijing está mirando más allá de su socio tradicional. «Damos la bienvenida», dijo, «a la participación de todos los países interesados, organizaciones internacionales y científicos e ingenieros».

La petición china de ayuda es atractiva para muchos. «Necesitamos diferentes maneras de cooperar», dijo el canadiense Chris Hadfield, exastronauta y en su día comandante de la Estación Espacial Internacional, al hablar de Estados Unidos y China con el South China Morning Post de Hong Kong. «Es una locura repetir los esfuerzos del otro. Es un despilfarro. Cuando se trata de algo tan complejo y peligroso, y por tanto tan caro, como los vuelos espaciales es muy bueno poder cooperar».

«Hadfield», dice a Gatestone Richard Fisher, del Centro de Evaluación y Estrategia Internacional, «ha defendido constantemente la cooperación con China en el espacio, sin reconocer nunca cómo el Partido Comunista Chino busca dominar la órbita baja de la Tierra y la Luna para conseguir el dominio militar en la Tierra e imponer una nueva hegemonía global».

«¿Ha reconocido alguna vez Hatfield que la ‘paz en el espacio’ nunca ha precedido a la ‘paz en la Tierra’?» se pregunta Fisher, uno de los primeros estadounidenses en advertir de las ambiciones militares de China. «La cooperación espacial pacífica y expansiva entre Estados Unidos y Rusia solo fue posible tras el colapso del Partido Comunista de la Unión Soviética».

Parece descabellado que la cooperación china en el espacio pueda seguir adelante mientras el Partido Comunista mantenga su objetivo de destruir a Estados Unidos. No obstante, muchos quieren derogar la Enmienda Wolf, promulgada en 2011, que prohíbe a la NASA trabajar con China. «Los utópicos que pueblan la política espacial nacional de Estados Unidos vuelven a hacer de las suyas», afirma Brandon Weichert, autor de “Winning Space: How America Remains a Superpower», explica a Gatestone.

Los utópicos, sin embargo, están teniendo algunos problemas estos días, gracias a Beijing. Por ejemplo, David Dodwell, columnista de opinión en Hong Kong. «Para muchos expertos, ya ha quedado claro que limitarse a bloquear el diálogo y la cooperación con China es contraproducente y peligroso, tanto para abordar las pandemias y el calentamiento global como para gestionar la actividad en el espacio», escribió en un artículo de opinión publicado el 22 de enero en el South China Morning Post.

La «lucha contra las pandemias» no es en absoluto un argumento para la cooperación espacial con China. Independientemente de la procedencia del SARS-CoV-2 —sea o no de un laboratorio chino de armas biológicas— los dirigentes chinos propagaron deliberadamente el COVID-19 más allá de sus fronteras, entre otras cosas, mintiendo sobre su carácter contagioso y, al mismo tiempo que cerraban su propio país, presionando a los demás para que aceptaran las llegadas de China sin restricciones ni cuarentenas.

Eso significa que los casi 5.7 millones de personas que perecieron por esta enfermedad fuera de China fueron asesinados. Y como el objetivo era un grupo específico —no chinos— el crimen constituye un «genocidio» según la definición del artículo II de la Convención sobre el Genocidio de 1948. Ese número incluye 884,000 personas en Estados Unidos.

Así pues, ¿cómo podría Washington considerar la posibilidad de cooperar, en el espacio o en cualquier otro ámbito, con un régimen que deliberadamente acabó con la vida de cientos de miles de estadounidenses?

A los estadounidenses y a otras personas de las democracias les resulta difícil comprender la malicia del Partido Comunista de China. «Todos tenemos nuestros mejores ángeles y nuestros peores demonios en cada uno de nosotros», señala correctamente Hadfield, que ha trabajado para la NASA. El problema es que lo peor de la humanidad dirige ahora el régimen chino, y la cooperación con China, en el espacio o por debajo de él, es moral y estratégicamente incorrecta.

Estratégicamente, se trata de los Acuerdos Artemis, liderados por Estados Unidos y otros 14 países, para trabajar en el regreso a la Luna. La coalición se enfrenta a una asociación China-Rusia que, como señala la documentación técnica china, contempla el establecimiento de una base lunar conjunta. Es posible que la cooperación chino-rusa sea tan estrecha que Rusia se retire de la Estación Espacial Internacional en 2025, como amenazó en junio.

«Es completamente alucinante cómo, después de décadas de hacer tratos con China sobre una variedad de temas que solo parecen terminar con el mayor debilitamiento de Estados Unidos y el fortalecimiento de China, las mismas voces están ahora pidiendo una cooperación espacial masiva con Beijing, que solo sería la mayor transferencia tecnológica de la historia», dice Weichert, que también produce The Weichert Report. «La locura debe detenerse y Estados Unidos debe mantenerse firme contra el canto de las sirenas de la cooperación con China en el espacio».

De Gatestone Institute


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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