El banco central afgano perdió la mayor parte de sus reservas de efectivo en dólares estadounidenses en las semanas previas a la toma de control de Kabul por los talibanes, según una evaluación preparada por entes financieros internacionales.
La grave escasez de efectivo en Afganistán comenzó antes de que el grupo terrorista talibán tomara el control de Kabul, según un informe confidencial de dos páginas obtenido por Reuters. El documento fue escrito a principios de este mes por altos funcionarios económicos internacionales de instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El escrito criticaba cómo el antiguo liderazgo del banco central manejó la crisis en los meses previos a la toma de poder de los talibanes. Esto incluyó decisiones de subastar cantidades inusualmente grandes de dólares estadounidenses y mover dinero de Kabul a las sucursales provinciales, lo que aumentó la suma mantenida en estas sucursales de USD 12.9 millones en 2019 a alrededor de USD 202 millones a fines del año pasado. Parte de ese dinero terminó siendo robado, según el informe, sin especificar cuánto.
“Las reservas de FX (divisas) en las bóvedas del CB (banco central) en Kabul se han agotado, el CB no puede satisfacer… las solicitudes de efectivo”, dijo el informe, según el cable de noticias. “La mayor fuente del problema es la mala gestión en el banco central antes de la toma de posesión de los talibanes”.
Shah Mehrabi, presidente del comité de auditoría del banco central, que ocupó su cargo luego de la toma de posesión de los talibanes, defendió el manejo de la crisis por parte del banco central y dijo que el liderazgo estaba trabajando para evitar una corrida de la moneda local afgana.
El alcance de la escasez de efectivo se puede ver en las calles de las ciudades afganas, donde la gente ha estado haciendo cola durante horas para retirar ahorros en dólares. Tales retiros tienen límites estrictos.
La economía estaba pasando apuros antes de la toma de poder de los talibanes el 15 de agosto, pero el regreso del grupo terrorista y el abrupto fin de miles de millones de dólares en ayuda exterior han dejado al sistema económico afgano en una profunda crisis.
Poco después de que los talibanes tomaran el control, el FMI y el Banco Mundial suspendieron el acceso del país a los recursos financieros globales tras la incertidumbre sobre el reconocimiento al grupo militante islámico como gobierno legítimo de Afganistán.
El Banco Mundial en ese momento citó su preocupación por el “impacto en las perspectivas de desarrollo del país, especialmente para las mujeres”. Por otra parte, el gobierno de Biden congeló en agosto las reservas del gobierno afgano en cuentas bancarias de Estados Unidos, lo que impidió que los talibanes tuvieran acceso a miles de millones de dólares, informó por primera vez el Washington Post.
Deborah Lyons, representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, advirtió a principios de este mes sobre un inminente colapso económico, a menos que se entreguen fondos congelados al país.
“Se debe permitir que la economía respire durante unos meses más, dando a los talibanes la oportunidad de demostrar flexibilidad y una voluntad genuina de hacer las cosas de manera diferente esta vez, en particular desde una perspectiva de derechos humanos, género y lucha contra el terrorismo”, dijo.
Con información de Reuters.
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