Bebé prematuro que nació diminuto venció al COVID y ahora es un próspero niño de dos años

Por Louise Bevan
06 de mayo de 2021 4:18 PM Actualizado: 06 de mayo de 2021 4:18 PM

Apodado el «milagro andante de Stanford» por su voluntad de sobrevivir, el bebé prematuro Haven Greyson Smith nació pesando menos de medio kilo y con el tamaño de una lata de gaseosa.

Dos años después, este pujante niño ha superado importantes obstáculos y, además, ha vencido al COVID-19.

Haven, que nació con tan solo 25 semanas de gestación el día de Año Nuevo de 2019, ha sido el bebé más pequeño que ha nacido en el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford.

(Cortesía de Baby Haven Greyson’s Life Journey)

Amanda Smith, una madre soltera de Mississippi, contó a The Epoch Times cómo su historia de supervivencia milagrosa pudo «traer esperanza y un poco de luz a otros que realmente necesitaban algo en este momento», y cómo «su sonrisa parece simplemente iluminar el mundo de las personas que lo siguen [en las redes sociales]».

Cuando Haven nació, sus pulmones no estaban completamente formados. Como no crecía en el útero, adelantaron el parto para salvarle la vida. Los médicos le dieron un 10 por ciento de posibilidad de sobrevivir.

La Dra. Rachel Hopper, cardióloga pediátrica de Stanford, comparó el estado de sus pulmones con las ramas de los árboles en invierno.

(Cortesía de Baby Haven Greyson’s Life Journey)

«Cada pulmón tiene un conjunto de vasos sanguíneos, con forma de árbol», dijo Hopper en el sitio web de Stanford Children’s. «Cuando un bebé nace antes de tiempo, este árbol vascular es como un árbol en invierno. Le faltan todas sus pequeñas ramas y las hojas entre ellas».

Haven también necesitó una intervención quirúrgica urgente para una hernia estrangulada antes de los 6 meses. Perdió un tercio de sus intestinos y le pusieron una sonda gastrointestinal para suministrarle leche de fórmula.

Sin embargo, rápidamente demostró que era un luchador. Su madre añadió a su creciente lista de apodos «el señor milagro» y «Cazador de dragones».

A las seis semanas le quitaron el respirador y a los ocho meses salió de la UCIN, con un peso de poco más de 3.6 kg, aunque seguía padeciendo varias enfermedades, como neumopatía crónica, hipertensión pulmonar, complicaciones renales, problemas intestinales y retrasos en el desarrollo.

(Cortesía de Baby Haven Greyson’s Life Journey)

En lugar de regresar a su casa en Mississippi, Amanda —un soldado con la Medalla de Honor de la OTAN que prestó servicio en Afganistán— junto con sus padres, Judy y Bob, se quedaron en Stanford para que Haven pudiera continuar los programas de atención especializada las 24 horas del día, con el apoyo de padres mentores.

El Dr. David Bergman, pediatra de Haven, afirmó que los padres de niños con enfermedades médicamente complejas suelen comparar el hecho de dejar el hospital con «caer por un precipicio».

«Pasan de tener un gran equipo que cuida de su bebé las 24 horas del día a estar solos a las 2 de la mañana», explicó. «Nos aseguramos de que el apoyo esté en su sitio antes de que se vayan».

Amanda dijo: «Soy una madre soltera, así que no rechazo la ayuda. Se sienten como en familia porque saben, día a día, lo que le pasa a Haven».

Cunado Haven se fue a casa aún necesitaba un tanque de oxígeno por la noche y una bomba que le administraba un medicamento para mejorar el flujo sanguíneo en sus pulmones, mejorar su circulación y permitir que su cuerpo se desarrollara.

(Captura de pantalla/Google Maps)

«No siempre ha sido fácil, pero nada de eso importa», reflexiona Amanda. «Tengo un niño de dos años prometedor, algo que no siempre creí que tendría».

A pesar de sus complejas necesidades, Haven hace honor a sus animados apodos. Haven, enérgico, emotivo y cariñoso, «corre, nunca camina», dijo Amanda, y añadió que «se ríe constantemente y ama la vida».

Sin embargo, Haven no ha terminado de vencer sus obstáculos.

En 2020, se convirtió en el tercer bebé registrado en Estados Unidos en contraer el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido comúnmente como el nuevo coronavirus. Luchó contra la fiebre, la falta de oxígeno y la pérdida de una quinta parte de su peso corporal, pero gracias al equipo de cuidados de Haven, el niño se recuperó.

(Cortesía de Baby Haven Greyson’s Life Journey)

Aunque algunas de las enfermedades de Haven durarán toda la vida, el niño está mejorando y pesa 22 libras (10 kg).

Amanda comparte los progresos de su hijo, el «milagro andante de Stanford», con publicaciones diarias en su página de Facebook, que ha acumulado 40,000 seguidores, y el equipo de atención de Haven también está sorprendido por los progresos del pequeño paciente.

«Estoy sorprendido por la capacidad de recuperación de Haven», dijo Bergman, «y de cómo, después de todo lo que ha pasado, sigue siendo capaz de darle un gran mordisco al mundo».


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