En medio de protestas por sospechas de fraude electoral, Evo Morales denuncia un «golpe de Estado»

Por Agencias
23 de octubre de 2019 11:55 AM Actualizado: 23 de octubre de 2019 12:21 PM

El presidente de Bolivia, Evo Morales, denuncia un «golpe de Estado» tras acusaciones de la oposición de fraude electoral y llamó a sus seguidores a mantenerse «en estado de emergencia» para defender la democracia ante quienes no reconocen que va a ganar en primera vuelta por cuarta vez consecutiva.

Evo Morales compareció este miércoles ante los medios en La Paz tras dos días de protestas en el país por la sospecha de un fraude electoral a su favor.

Morales se vio ya vencedor «por cuarta elección consecutiva», mientras el recuento oficial de votos llega a casi el 97 por ciento, con un 46,49 por ciento a su favor y un 37,01 para el opositor Carlos Mesa.

Este porcentaje sitúa al mandatario boliviano a solo un 0,52 por ciento de votos para evitar una segunda vuelta.

El presidente auguró que contará con mayoría parlamentaria, «a poco» de mantener los dos tercios con que cuenta ahora, y destacó que saca más de medio millón de votos de ventaja a Mesa.

Un «gran triunfo», en palabras de Morales, quien calificó de «imparable» el proceso de cambio que le llevó al poder en 2006.

En este punto, denunció «ante el pueblo boliviano y el mundo entero que está en proceso un golpe de Estado» por parte de la derecha opositora.

«Se prepararon la derecha (…) para un golpe de Estado», aseveró.

Evo Morales dijo que su partido, el Movimiento al Socialismo, no va a entrar en la confrontación, porque aguanta «humildemente» las protestas que vive el país desde el pasado lunes.

No obstante, llamó a los suyos a mantenerse en «estado de emergencia y movilización pacífica para defender la democracia».

Morales acusó a los opositores de obstaculizar el recuento de votos, con actos violentos como ataques a sedes del órgano electoral en varias regiones y a locales de campaña de su partido.

«No estamos en tiempo colonia y ni de monarquías para designar presidentes» al margen de la voluntad popular, advirtió antes de reiterar el llamado a sus bases «a organizarse para defender la democracia».

«Casi segurísimo que con el voto de las áreas rurales vamos ganar en primera vuelta», manifestó, para denunciar que la derecha no quiere reconocer su triunfo.

Hizo hincapié en que no es responsable «del enfrentamiento entre bolivianos» y acusó a la derecha de «instigar al odio y desconocer el voto del movimiento indígena. Vuelve el racismo».

El mandatario alertó de que los paros de protesta convocados en algunas regiones del país para esta jornada solo perjudican la economía y los calificó de políticos. «Un golpe de Estado», agregó.

La comparecencia, de nueve minutos, no incluyó preguntas de los periodistas.

El pueblo protesta contra el Tribunal Electoral Departamental, tras los resultados de las elecciones, en Sucre, Bolivia, el 22 de octubre de 2019. (JOSE LUIS RODRIGUEZ/AFP vía Getty Images)

Paro cívico a la espera de resultados oficiales de las elecciones

Representantes del Comité Cívico de Santa Cruz, plataformas ciudadanas y opositores iniciaron un paro indefinido en esta región con un llamado a que se extienda en toda Bolivia, en medio de las protestas por el polémico conteo de los resultados de parte del Tribunal Supremo Electoral y ante denuncias de fraude en las elecciones generales del pasado domingo.

«Nuestra democracia no puede seguir esperando, tenemos que tener una respuesta del Órgano Electoral del 100% de los conteos totales de los votos ratificando lo que el pueblo decidió que es una evidente segunda vuelta», dijo el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.

«Vamos al paro hasta que ustedes nos lo digan. Desde la 00:00 del miércoles no se tiene que mover un sepe (hormiga) en Santa Cruz», dijo Camacho.

Además del rechazo de sectores en Bolivia, países como Estados Unidos, Colombia, Brasil y Argentina y organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), expresaron su preocupación por los resultados preliminares anunciados el lunes, que dieron la victoria al presidente Evo Morales.

El descontento popular manifiesto en las protestas de los últimos días ha generado alarma en la ciudadanía y temor, causando desabastecimiento en los supermercados y en las gasolineras, con centenares de personas llenando sus autos con combustible ante cualquier escalada en la violencia.

Camacho pidió a la ciudadanía previo al inicio del paro que se abasteciera de insumos, alimentos y otras productos.

Como parte de la crisis y en una sorpresiva decisión, el vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Antonio Costas, presentó su renuncia, argumentando su inconformidad con la interrupción del sistema de conteo rápido que desató la polémica.

«Y esta decisión totalmente precipitada de la sala de no publicarlo, de hacerlo un día después y provocar una situación tan compleja como ésta no tiene racionalidad», dijo Costas.

La posición de la OEA y las expectativas en Bolivia

La OEA Organización de Estados Americanos confirmó que realizará una auditoría al proceso electoral boliviano, luego de la solicitud del canciller, Diego Pary, a este organismo.

Las conclusiones tendrán carácter vinculante.

Mientras tanto crece la expectativa entre los bolivianos por conocer los resultados finales de las elecciones.

Morales, en el poder desde 2006, evitaría el balotaje si obtiene en primera ronda más del 50% de los votos válidos o 40% con al menos una ventaja de 10 puntos sobre el segundo candidato más votado, Carlos Mesa.

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