Nevada tiene la mayor población de jóvenes sin hogar en el país, y la ciudad de Las Vegas también tiene muchos niños en riesgo. Ludan Taquiqui, quien asesora a estos jóvenes al ofrecer clases de boxeo gratuitas, está marcando una diferencia significativa en sus vidas, tanto dentro como fuera del ring.
Taquiqui, de 36 años, vive en Las Vegas y ha estado boxeando desde 2003. Fue Manny Pacquiao quien lo inspiró a practicar el deporte; lo admiraba porque él también es filipino.
Si bien hay muchos jóvenes sin hogar que se quedan en túneles debajo de la franja. Incluso los niños que tienen un hogar pueden terminar en riesgo, sin la orientación adecuada de los padres. Los vicios de la ciudad, como el alcohol y el juego, también pueden destruir la unidad familiar. Sin un sistema de apoyo sólido, muchos jóvenes terminan tomando el camino equivocado.
Taquiqui entrena a jóvenes sin hogar y en riesgo como una forma de retribuir a su comunidad. Durante los últimos dos años, aproximadamente 100 niños han pasado por su gimnasio.
Su objetivo es proporcionarles un espacio para que puedan aprender de forma segura a boxear y también aprender valores positivos.
«El boxeo está prácticamente sincronizado con la vida. En la vida, usted va a pasar por lo que va a pasar. También tendrá estos obstáculos, que son muy parecidos a los golpes que recibe», dijo Taquiqui a The Epoch Times.
Boxeo y habilidades para la vida
El boxeo infunde una fortaleza mental que los jóvenes pueden aplicar a otros aspectos de sus vidas, y crea una mentalidad de búsqueda de soluciones. El deporte también inculca disciplina y enfoque. Además, proporciona a los jóvenes una forma de expresarse de una manera sana y segura.
Cada vez que Taquiqui y sus alumnos entrenan, en sus sesiones también presentan un estudio bíblico relacionado con el deporte.
«[Es como] David y Goliat. No importa cuán grande sea el problema, si tienes a Dios de tu lado, puedes manejarlo», dijo Taquiqui.
Mientras enseña a sus estudiantes cómo pelear, también les instruye a usar sus habilidades para el bien y defender a los que están siendo acosados, en lugar de convertirse en intimidadores.
Ha tenido un impacto en la vida de numerosos jóvenes.
Los padres de uno de sus alumnos se estaban separando, y Taquiqui se convirtió en un mentor para él. Las calificaciones del alumno mejoraron y se volvió más centrado y respetuoso.
El padre de otro estudiante murió y lo dejó sintiéndose perdido. El boxeo le dio un sentido de propósito y lo ayudó a lidiar con el dolor.
Fuera del ring, el boxeo brinda a los estudiantes confianza en sí mismos, fortaleza mental y gratitud por la vida. Taquiqui también trata de inculcar los valores de gratitud, respeto, integridad y lealtad. Trabajar con los niños es increíblemente gratificante, y dice que le gusta ver a sus estudiantes entrenar a los recién llegados.
«Verlos desarrollarse, ver cómo terminan mejorando cada vez más cuando pelean, ver cómo hablan con la gente, cómo se defienden, definitivamente es gratificante», dijo Taquiqui.
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