China inyecta drogas desconocidas a los prisioneros, causando discapacidad y muerte

Por Daniel Holl - La Gran Época
02 de Marzo de 2019 7:46 PM Actualizado: 03 de Marzo de 2019 12:01 AM

La producción de nuevos medicamentos es un proceso largo y complejo que requiere ensayos con animales y luego ensayos con voluntarios humanos, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.

Los pacientes con afecciones o enfermedades existentes pueden ofrecerse voluntariamente para probar medicamentos nuevos y experimentales. Estos grupos de pacientes probarán los medicamentos durante varios meses a varios años, dependiendo del caso. Estos procesos se utilizan para probar la eficacia del medicamento, los posibles efectos secundarios y la seguridad en general.

El término “medicina” por lo general hace pensar en un material que traerá buena salud, o al menos alivio a la persona que lo recibe. Sin embargo, varios médicos en China corrompieron la definición de curación de la palabra y convirtieron a la “medicina” en el extremo opuesto.

Veneno

Falun Dafa, una disciplina de meditación tradicional china, está siendo brutalmente perseguida por el Partido Comunista Chino (PCCh). Dentro de China continental, un practicante de Falun Dafa entrevistó a un doctor de medicina tradicional china sobre pruebas médicas. Tanto el nombre del entrevistador como el del médico se omiten por su seguridad.

Cuando se le preguntó si el PCCh usa a personas como sujetos de prueba sin su consentimiento, el médico respondió tranquilamente “esto es común”.

El médico dio un ejemplo de cómo se utiliza la medicina como veneno en China. “Si hay alguien que no solo ofrece un soborno a un funcionario corrupto, sino que también está en el hospital, ese funcionario, para silenciarlo, le pedirá al hospital que le ponga inyecciones”, dijo el médico. “Esas inyecciones pueden causar enfermedades cardíacas, cerebrales u otro tipo de síntomas”.

“Todos estos síntomas pueden ser causados por los medicamentos”, dijo el médico. “Cuando algunos fabricantes de medicamentos están probando medicamentos, esos síntomas serán inducidos por esos medicamentos, y entonces se puede ver la efectividad de las nuevas drogas”.

Los abusos médicos son notorios en una ciudad particular de la provincia de Shandong. En la ciudad de Jining, los prisioneros de conciencia son inyectados a la fuerza con drogas no identificadas. Según los informes sobre Jining, la industria médica por sí sola tiene un valor de más de 14.000 millones de dólares anuales.

Muchas empresas médicas y farmacéuticas no solo de China sino también de otras partes del mundo, tienen fábricas y laboratorios en Jining. Muchos de los anuncios de empleo en la ciudad solicitan administradores de pruebas clínicas de drogas.

Pruebas tóxicas

Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que sirve como centro de intercambio de información sobre la persecución a Falun Dafa en China, informó sobre muchos incidentes en los que practicantes de Falun Dafa fueron inyectados a la fuerza con drogas desconocidas.

El excabecilla chino Jiang Zemin, quien inició la persecución en 1999, dijo en referencia a la represión a Falun Dafa: “debemos usar el método de tratamiento médico”. Jiang también dijo que se debían usar la medicina y los experimentos clínicos.

En muchos hospitales de la provincia de Shandong, a las personas arrestadas se les aplican inyecciones a la fuerza. Las edades oscilan entre los 22 y los 50 años, y la mayoría de las víctimas están entre los 37 y los 44 años de edad. Algunos quedaron debilitados, otros enloquecieron, y algunos incluso murieron repentinamente.

“En todos estos ejemplos se puede ver la evidencia de un experimento médico”, dijo la persona que realizó la entrevista. Cualquier practicante de Falun Dafa que haya sido arrestado y enviado arbitrariamente a un hospital mental tendrá un “historial familiar de enfermedad mental” escrito en sus registros.

A continuación se presentan varios ejemplos de los innumerables crímenes cometidos contra individuos dentro de China continental por mantener su fe.

Víctimas

Su Gang era un hombre de 32 años de edad de un condado en los alrededores de Jining. Trabajaba como ingeniero informático. Fue arrestado y enviado a un hospital psiquiátrico el 23 de mayo de 2000. Le pusieron inyecciones que dañaron los nervios de su columna vertebral.

Después de nueve días recibiendo inyecciones, lo entregaron a la familia. Su padre contó que Su tenía una mirada sin vida en los ojos, y ninguna expresión en su cara. Respondía con lentitud a su padre, mientras que su cuerpo estaba duro y rígido, y débil al mismo tiempo.

Su falleció un mes después de ser liberado.

Un hombre llamado Yu Fenglai trabajaba como oficial en las fuerzas de la policía armada. Fue llevado a un campo de trabajo y obligado a tragar una medicina desconocida. Tampoco se le permitió dormir.

“Después de mucho tiempo, días, privándome el sueño, junto con los efectos de esa medicina, mi capacidad para soportarla se fue quebrando lentamente”, dijo Yu. “Lentamente me perdí”.

Yu dijo que hacia el final no podía discernir nada y estaba en un estado vegetativo, incapaz de controlar su cuerpo.

Una mujer llamada Xu Guiqin fue arrestada a la edad de 38 años y enviada a un campo de trabajo de mujeres. Antes de ser liberada recibió cuatro inyecciones dirigidas a la columna vertebral. Su cara se hinchó, su lengua se volvió rígida, su cuerpo se entumeció y sufrió una severa pérdida de memoria.

Cuando fue liberada del campo y enviada a casa, poco a poco comenzó a perder el control de sí misma.

Xu falleció nueve días después.

Otra mujer, llamada Liu Zhimay, estudiaba en la universidad más prestigiosa de China. Fue arrestada a finales de 2002.

Le ponían tres inyecciones por día. En 2003, otras prisioneras dijeron que se había vuelto anormal y que podían oír sus gritos en toda la cárcel. “¡No tengo una enfermedad, no me pongas inyecciones, no me den medicinas!”, gritaba Liu.

Liu fue liberada el 13 de noviembre de 2008. Durante los dos primeros días después de volver a su casa, pareció estar bien. Al tercer día, comenzaron a surgir problemas mentales.

Liu no podía quedarse quieta, hablaba de una manera que no se le entendía, no dormía por la noche y empezó a perder la memoria. También bebía cantidades excesivas de agua, y no se daba cuenta de que mojaba la cama, por lo que seguía acostada en ella.

Después de varios años así, Liu falleció.

Lu Meihua fue arrestada el 11 de septiembre de 1999. Fue alimentada a la fuerza con píldoras, y cinco o seis personas la sostenían para aplicarle inyecciones.

Después de recibir las inyecciones, sus piernas comenzaron a moverse descontroladamente, incluso cuando se acostaba e intentaba dormir. Quedó exhausta y era incapaz de hacer nada.

Su postura se deformó, con los brazos y la cabeza torcidos a un lado del cuerpo, incapaz de sentarse o pararse de manera normal.

Gao Jing, de La Gran Época, colaboró en este artículo.

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