Cómo las emociones negativas se convierten en dolor

Diferentes sentimientos pueden provocar diferentes tensiones en nuestro cuerpo

Por Lynn Jaffee
19 de Octubre de 2021 12:04 AM Actualizado: 19 de Octubre de 2021 1:12 AM

Alguna vez habrá oído las expresiones “dolor en el cuello” o “dolor en las nalgas” y habrá asumido que solo son figuras retóricas para describir a una persona o una situación desagradable. Sin embargo, sé de primera mano que el estrés, los traumas y los problemas emocionales pueden convertirse en un dolor en el cuello, en las nalgas y en muchos otros lugares del cuerpo.

Así es como sucede: cuando se siente frustrado o abrumado, sus músculos se tensan y, al cabo de un tiempo, las capas de esos músculos tensos empiezan a “pegarse” a las capas de músculo que hay por encima y por debajo. Esas adherencias se llaman nudos, que puedes sentir como un bulto en el músculo por debajo de la superficie de la piel. Pueden ser dolorosas, tensas y a menudo difíciles de eliminar.

Cuando se relaja, los nudos también pueden relajarse o distenderse por completo. Después de un masaje o cuando ha estado de vacaciones, puede notar que los nudos han desaparecido. Lamentablemente, es muy probable que los nudos vuelvan a aparecer cuando vuelva a la rutina diaria, lo que indica que cuando usted se relaja, sus músculos también lo hacen.

Si tiene un problema de salud o un dolor crónico, sus emociones y su forma de pensar sobre ese dolor pueden aliviar o agravar sus síntomas. Los investigadores saben desde hace tiempo que aferrarse a las emociones negativas y preocuparse por los síntomas y la ansiedad, puede empeorar el dolor. Esto se debe a que el cuerpo y la mente están interconectados y trabajan juntos. Así que sus pensamientos, actitudes y miedos afectan la forma en que su cuerpo procesa el dolor.

El miedo a tener dolor también puede hacer que evite las actividades físicas y sociales que antes disfrutaba. Con el tiempo, esto puede alimentar una espiral negativa de pérdida de fuerza y función y de pérdida de relaciones sociales, todos ellos factores que contribuyen aún más al dolor.

¿Se puede hacer algo contra el dolor causado por las emociones negativas? La respuesta es sí, pero hay que dar un par de pasos. En primer lugar, piense en cómo se siente realmente. Es muy fácil echarle la culpa de todo al estrés, pero es mucho más útil determinar exactamente qué está pasando con sus emociones.

Por ejemplo, estar “estresado” podría significar que está lidiando con un trauma, que se siente ansioso por un problema o evento próximo, o que tiene la sensación de estar abrumado y fuera de control por las circunstancias de su vida. Cuando se acerca a lo que siente exactamente, también se acerca a lo que está causando el dolor.

También es importante entender dónde se siente el dolor. Esto se debe a que ciertas emociones tienden a ser expresadas por diferentes grupos musculares. Al igual que los músculos de la cara cuando está contento y sonríe, tiende a sentir tensión en la parte superior de la espalda y el cuello cuando está frustrado y agobiado, y experimenta opresión en el pecho cuando está ansioso.

Los músculos de las costillas también forman parte de la ecuación emoción/dolor. Cuando está feliz, inspirado y animado, los músculos de las costillas abren el pecho y le facilitan la respiración.

Sin embargo, cuando está deprimido, un conjunto diferente de músculos de las costillas se contrae, tirando del pecho hacia dentro y dificultando la respiración profunda.

La solución obvia es hacer algo con respecto a la situación y las emociones que están causando el dolor. Por desgracia, a menudo eso no es posible ni realista. A veces, no tiene más remedio que convivir con un jefe odioso, lidiar con un hijo problemático o cuidar de un padre anciano. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que, en lo que respecta a sus sentimientos, puede “actuar como si” en lugar de obsesionarse con los aspectos negativos de su vida.

“Actuar como si” significa que puede:

Sonreír. Al activar los músculos que intervienen en la sonrisa, en realidad se activan neurotransmisores en el cerebro que mejoran el estado de ánimo.

Cultivar su sentido del humor y buscar motivos para reír. La risa también activa esas sustancias químicas del cerebro que le hacen sentir bien.

Abrir el pecho y respirar profundamente, especialmente cuando se sienta abrumado. La respiración profunda suele ser uno de los primeros pasos para meditar, porque le ayuda a relajarse rápidamente.

Meditar. Ayuda a calmar el cerebro y a liberar neurotransmisores que alivian el dolor.

Prestar atención a su postura. Esto le ayudará a abrir el pecho y la caja torácica, a elevar los músculos de la espalda y a respirar mejor.

Pensar bien. Cuando esté luchando con emociones negativas, intente elegir un pensamiento que sea un paso más positivo que el que tiene en ese momento.

Cuidar de sí mismo, especialmente cuando esté ansioso, frustrado o abrumado. Una buena dieta, un sueño adecuado y mover el cuerpo pueden ayudar a evitar que las emociones negativas se conviertan en dolor.

La realidad es que todo el mundo lucha contra la pérdida, las circunstancias difíciles y las emociones negativas. Sin embargo, con algo de autoconciencia y un poco de esfuerzo, esas emociones negativas no tienen por qué transformarse en dolor.

Lynn Jaffee es una acupunturista licenciada y autora de “Pasos simples: El camino chino hacia una mejor salud”. Este artículo fue publicado originalmente en AcupunctureTwinCities.com


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