Corredor cuenta cómo luchó mano a mano con un puma en una pelea de vida o muerte

Advertencia: Algunos lectores pueden encontrar perturbadoras las imágenes y los vídeos

Por Simon Veazey - La Gran Época
15 de febrero de 2019 3:54 PM Actualizado: 15 de febrero de 2019 3:54 PM

Con heridas de garras aún sanando en su cara, un corredor que luchó con un puma hasta la muerte habló por primera vez sobre el enfrentamiento.  El ataque que tuvo lugar en un sendero de Colorado lo dejó con 28 puntos de sutura.

Cuando el Parque de Vida Silvestre anunció por primera vez que un corredor no identificado se había enfrentado a un puma joven el 4 de febrero, a la dramática historia le faltaba algo: ¿cómo se las arregló para matar al puma con sus propias manos?

El 14 de febrero, el misterioso corredor fue presentado como Travis Kauffman, de 31 años, que describió cómo había rodado por el suelo con el puma de 18 kilos durante 10 minutos después de que el animal le lanzara un ataque a la cara, alcanzando a morderlo en la muñeca sin querer soltarlo.

Después de un intento fallido de golpear al animal en la cabeza con una roca, finalmente lo asfixió hasta matarlo pisando su cuello con el pie.

Sangrando por heridas en las piernas, la cara y el brazo, Kauffmann regresó al sendero, donde encontró a otros corredores que lo llevaron a un hospital.

Necesitó 17 puntos en una herida de la mejilla y otros 6 para una herida de la nariz.

Travis Kauffman señala sus heridas, sufridas en un ataque de pumas el 4 de febrero de 2019. (CWP)
Arañazos en las piernas de Travis Kauffman en un ataque de puma el 4 de febrero de 2019. (CWP)

Hablando por primera vez de su terrible experiencia en una conferencia de prensa y en un video proporcionado por el Parque de Vida Silvestre de Colorado, Kauffmann dijo que fue alertado por primera vez de la presencia del animal por un susurro proveniente de los pinos a su espalda mientras corría por el sendero en Horsetooth Mountain Park.

Al darse la vuelta se dio cuenta de que un puma se había estado acercando sigilosamente y estaba a unos tres metros de distancia.

«Uno de mis peores temores se había confirmado…. Simplemente el corazón se me cayó al estómago», dijo.

Travis Kauffman después de un ataque de puma el 4 de febrero de 2019. (CWP)

Empezó a gritar, pero el puma siguió acercándose y luego se abalanzó sobre él.

Lección aprendida gracias a su gato

«Se dirigía hacia mi cara, así que levanté las manos para bloquearlo, momento en el que se agarró a mi mano y a mi muñeca y desde allí empezó a arañarme la cara y el cuello. Y fue entonces cuando mi respuesta de miedo se convirtió más bien en una respuesta de lucha», dijo Kauffman.

Kaufmann trató de quitárselo, pero la fuerza los arrojó a ambos fuera del sendero con el puma todavía agarrándole la muñeca entre los dientes.

Herida punzante en la muñeca de Travis Kauffman, sufrida en un ataque de pumas el 4 de febrero de 2019. (CWP)

«Desde allí fue como un combate de lucha libre», dijo Kauffman.

Pero latente en la mente de Kauffman había un miedo mayor: el temor de que la madre del animal juvenil pudiera aparecer. Las hembras adultas de los pumas pueden alcanzar más de tres veces el peso del puma joven que sujetaba su muñeca. Por suerte ningún puma adulto acudió en ayuda del menor.

En un momento dado, con su mano libre, pudo agarrar una piedra.

ARCHIVO – Un puma en California en noviembre de 2014. (Servicio de Parques Nacionales, vía AP, Archivo)

«Sabía que con dos buenos golpes en la parte posterior de la cabeza… pero no se liberó. Iba a tener que hacer algo un poco más drástico», dijo. «Pude mover mi peso y poner un pie en su cuello» hasta que sucumbió.

Puma. (Brainfreezer[https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/] via Flickr)
Como dueño reciente de un gato, Kauffmann dijo que sabía que tenía que controlar las patas traseras del animal sujetándolas al suelo con su rodilla izquierda para evitar que le arañen el estómago o la ingle mientras presionaba su cuello con el pie derecho.

«Cuando se pone a un gato boca arriba, sus patas traseras se vuelven locas, así que tuve cuidado con sus garras traseras», dijo.

«Finalmente dejó de moverse y entonces las mandíbulas se abrieron y pude volver a subir la colina y salir de Dodge.»

Kauffmann dijo que durante el encuentro gritó al mejor «estilo bárbaro», pero el puma permaneció espeluznantemente callado.

«Solo estaba agradecida de que tuviera sus ojos, sus dedos y todas sus partes, y no se veía tan mal como hubiera creído», dijo su novia, Annie Bierbower, a los periodistas.

Según el Parque de Vida Silvestre de Colorado, el puma pesaba entre 16 y 18 kilos. Sus niveles de grasa corporal indicaban que estaba hambriento, pero no famélico. Los pumas machos adultos pueden llegar a pesar 70 kilos.

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