Criterios ESG son una «estafa» globalista dirigida a instaurar «un gobierno global», dice James Lindsay

Por Cindy Drukier y Tom Ozimek
23 de julio de 2022 3:36 PM Actualizado: 23 de julio de 2022 3:36 PM

James Lindsay, autor de Race Marxism —Marxismo Racial— y otros libros que desafían las narrativas woke, puso en su punto de mira en las puntuaciones ESG de criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo y las calificó como un arma en manos de los «guerreros de la justicia social» para sacudir a las corporaciones y una herramienta en manos de aquellos que buscan imponer a «un gobierno mundial».

El sistema de puntuaciones ESG se concibió inicialmente como una forma de que los inversores rastreen la probabilidad de que una corporación fuera una buena apuesta para la inversión a largo plazo, dijo Lindsay en una entrevista reciente en el programa The Nation Speaks de NTD.

«A principios de la década de 2000, unos cuantos inversores socialmente activistas se reunieron y pensaron en la idea de que, bueno, probablemente las empresas que son malas en política medioambiental, malas en responsabilidad social y malas en gobierno corporativo serían malas apuestas en la inversión a largo plazo», dijo a continuación.

¿Sólo un chantaje criminal?

Lindsay cree que el criterio de la puntuación ESG ha sido sospechoso desde el principio y no está claro si las puntuaciones más altas se traducen en una buena rentabilidad a largo plazo para las empresas participantes.

Peor aún, argumentó que, con el tiempo, las puntuaciones ESG han sido secuestradas y «convertidas en armas» por los «guerreros de la justicia social».

«Ellos tienen la ventaja de poder utilizar esto como una (…) pistola financiera en la cabeza de cualquier corporación que no haga lo que ellos quieren que hagan», por lo que lo califica de una «descarada armamentización».

«De hecho, eso es chantaje, es lo que es, es solo un chantaje criminal, utilizando como mecanismo que parece ser una herramienta de medición responsable. Así que nadie es directamente responsable de participar en lo que realmente es el chantaje de la mafia a las empresas», argumentó.

La falta de transparencia en la determinación de las puntuaciones ESG es una puerta abierta a los abusos, añadió Lindsay.

«Existe la posibilidad de que un número muy reducido de personas que ejercen un enorme poder sobre los mercados puedan tomar esas decisiones. Es una vuelta casi a un sistema feudal (…) los Señores deciden lo que está bien y lo que está mal», dijo a continuación.

Una «agenda global más amplia

De hecho, las puntuaciones ESG son muy parecidas al sistema de crédito social de China, pero aplicado a nivel corporativo, argumentó Lindsay.

«Esto es idéntico al sistema de crédito social de China, sólo que tiene un nombre bonito que se ajusta a los valores occidentales (…) no sólo a los occidentales (…) que es como ellos lo venden al público o consiguen que la gente los respalde y piensen que estarán haciendo el bien al mundo».

Aún más preocupante, agrega el autor, de acuerdo a su argumento la ESG encaja en una «agenda global más amplia» que quiere convertir a Occidente en un país pobre en energía —en beneficio de países como China— y como forma de control social.

«Ellos quieren implantar exactamente el mismo sistema de control porque ven que funciona para controlar a la población en China», añadiendo que, en su opinión, la «élite del poder» en Occidente «suele querer controlar a la gente».

«El objetivo es convertir a China en un modelo y a Occidente en su inversión. China es un país comunista que dirige un mercado fascista y el objetivo es utilizar las corporaciones para crear un mercado fascista que instale el comunismo en Occidente, esto es lo que es su puntuación crediticia social, su justicia ambiental, etc.», dijo Lindsay.

«La razón de eso es que la religión del comunismo cree que cuando uno toma los opuestos que están dispuestos así, y los pone en unos en relación a los otros, las contradicciones se manifiestan y eventualmente funcionan en un todo sintético».

«Así estarían usando eso como una herramienta para tratar de llegar a un gobierno mundial», añadió Lindsay.

Insider Intelligence estimó que en 2022 había 41 billones de dólares gestionados en activos ESG en todo el mundo.

Para 2025, se espera que esta cifra ascienda a 50 billones de dólares.


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