Tricia Barker estaba deprimida. Tenía 21 años, estudiaba inglés en la universidad, no estaba segura de qué carrera seguiría y, en general, sentía que la vida era desesperanzada y dolorosa. Trató de quitarse la vida tomando un puñado de pastillas con alcohol.
Despertó 36 horas más tarde aún en su propia habitación. Ella no le dijo a nadie que había intentado suicidarse, pero decidió seguir adelante con su vida. Como símbolo de volver a encarrilar su vida, comenzó a entrenar para correr un maratón de 10 kilómetros.
Después de semanas de entrenamiento, estaba en camino a correr el maratón cuando tuvo una colisión frontal en su automóvil. Tenía la espalda rota en varias partes, no podía sentir sus piernas, y tenía heridas internas.
Sin seguro de salud, le llevó cerca de 20 horas encontrar un cirujano que la operara. Pasó esas 20 horas en el hospital sin analgésicos que la aliviaran.
Finalmente en la mesa de operaciones, Tricia fue anestesiada.
En un instante, su espíritu abandonó su cuerpo
«El anestesiólogo me puso la máscara y luego quedé fuera de mi cuerpo», dijo, chasqueando los dedos para mostrar lo rápido que sucedió.
«En ese tiempo, yo era agnóstica y estaba tan conmocionada al saber que el espíritu no moría. Quería volver a aparecer en mi cuerpo, despertarme y decirles a todos mis amigos: ‘¡Oigan, seguimos vivos!'», dijo en un video que publicó sobre su experiencia completa.
Ella vio su propio cuerpo sobre la mesa, con la espalda abierta y sangre por todos lados. Dos ángeles acudieron a ella y la calmaron. Ella los vio enviar luz a través de los cirujanos y dentro de su cuerpo.
En ese momento, sabía que los cirujanos podrían hacer su trabajo y caminaría de nuevo. Pero fue entonces cuando vio el monitor plano.
Mientras su cuerpo yacía muerto, ella visitó a sus seres queridos y vio eventos que más tarde se verificaron que realmente habían sucedido.
Angustiada al ver que su cuerpo estaba muerto, sin saber cómo los médicos podrían revivirla, no quería ver la escena por más tiempo. Con ese pensamiento, ella estaba instantáneamente en el pasillo.
Aquí es donde sucedió algo que hizo que su caso fuera de gran interés para los investigadores de experiencias cercanas a la muerte (ECM). Ella vio a su padrastro, un fanático de la salud que nunca tocaría dulces, comprando una barra de chocolate de una máquina expendedora en el pasillo del hospital y comiéndosela. Esto más tarde se verificó que realmente sucedió.
Tal evento se denomina «percepción verídica». Las percepciones verídicas son observaciones que una persona recuerda de una experiencia extracorpórea que puede verificarse independientemente. Estas son cosas que no podría haber conocido por medios ordinarios.
Algunos científicos, como el neurólogo Kevin Nelson en la Universidad de Kentucky, intentan explicar las ECM como procesos en el cerebro similares a los que ocurren cuando una persona sueña o pierde oxígeno repentinamente.
La Dra. Jan Holden, profesora de la Universidad del Norte de Texas, es investigadora de ECM desde hace mucho tiempo, y ha identificado cerca de 100 casos de percepción verídica. Ella ha determinado a través del examen de cientos de casos de ECM, que este fenómeno poco común no se puede explicar a través del tipo de procesos ordinarios propuestos por Kevin Nelson.
«Cualquier explicación material que se haya intentado no tiene en cuenta algunas de las cosas que suceden en las ECM», dijo Jan Holden en una conferencia que dio para presentar su libro, «El manual de experiencias cercanas a la muerte».
«Ninguno de esos modelos puede explicar cómo Tricia sabía que su padrastro estaba comprando una barra de caramelo mientras estaba inconsciente y echada en la sala de cirugía», dijo Jan. Tricia es uno de los muchos casos de ECM que Jan ha investigado.
Una de cada cinco personas tiene una experiencia extracorpórea en situaciones de posible muerte
Jan descubrió que aproximadamente una de cada cinco personas que tienen cercanía con la muerte, tiene una experiencia extracorporal similar. Muchas personas no las discuten abiertamente, por temor a la burla. Algunos ECM incluso han sido puestos en cuidado psiquiátrico por hablar de sus experiencias.
Pero Jan Holden ha descubierto que la salud mental de los ECM refleja la de la población en general. Estas personas son tan sanas y racionales como cualquier otra persona. Los impactos de estas experiencias son muy positivos. Alrededor del 90 por ciento de las personas que tienen una ECM encuentran que es una experiencia placentera, y muchos de ellos vuelven más felices y con un fuerte sentido de propósito.
La experiencia de Tricia no terminó con la barra de chocolate. Oyó las silenciosas oraciones de su madre, su tía y otros. Cuando escuchó el dolor en las oraciones de su familia, casi quiso regresar. Pero una luz hizo señas. «La luz era increíble, nunca había sentido un amor como ese: el amor de una madre, el amor romántico, nada se podía comparar«.
Se encontró en un campo más real y hermoso que cualquier cosa en la Tierra. Su abuelo, que ya había muerto, estaba allí con ella.
Luego vio cientos de luces, y sabía que cada una representaba a un futuro alumno de ella. Sabía que debía ser maestra, esa sería su carrera profesional. No solo enseñaría inglés, sino que enseñaría a otros sobre lo que había experimentado en la muerte.
Ella sintió el impacto que tenía en los demás
Tanto el pasado como el futuro brillaban ante ella. No fueron necesariamente los principales eventos o relaciones en su vida los que se enfatizaron, sino sus interacciones con personas que habían desempeñado pequeños papeles. Había personas con las que no se había conectado porque pensaba que eran diferentes a ella, pero vio que habían orado por ella y se habían preocupado por ella cuando estaba deprimida.
Pudo sentir y ver cómo sus acciones hacia los demás los impactaban. Jan Holden dijo que esta es una experiencia común durante las ECM. A menudo hace que los ECM estén más comprometidos a considerar a los demás en sus acciones, porque saben que al final de sus vidas tendrán que experimentar de nuevo todos los sentimientos que causan en los demás.
Aunque Tricia sintió remordimiento por algunas de sus acciones, sintió que los ángeles y Dios no la juzgaban negativamente por las cosas que había hecho. Se sintieron tristes por algunas de las decisiones que tomó, pero no la juzgaron de mala manera. Solo querían lo mejor para ella.
Cuando intentó suicidarse, vio que tenía múltiples caminos a su alrededor que pudo haber tomado en su lugar. Podría haberse acercado a las personas a su alrededor.
Ella vio que la elección principal que debería haber hecho era ser buena consigo misma, atesorarse y tratarse a sí misma con compasión. «Cuando crees que eres digno de tu propio amor, comienzas a crear una vida a tu alrededor que es mucho mejor», dijo.
Aunque fue difícil ver sus errores en la vida, la experiencia general fue inmensamente alegre. Ella no quería regresar a su cuerpo, pero Dios le dijo que tenía que volver. Ella ayudaría a otros a entender que hay una vida futura y ayudaría a las personas a superar su miedo.
Cuando volvió a deslizarse dentro de su cuerpo, se sintió limitada después de su experiencia trascendente. Su cuerpo se sentía como un «disfraz», y al principio ella habló de sí misma en tercera persona, como si «Tricia Barker» fuera solo una encarnación limitada de su ser eterno.
Tricia se recuperó de las heridas en la espalda, como lo había visto durante su experiencia extracorpórea. Solo un año después, corrió la maratón de 10 kilómetros. No solo simbolizaba su recuperación después del intento de suicidio, sino también su vitalidad después de una experiencia cercana a la muerte que la cambió profundamente.
Mira el video de la experiencia completa de Tricia a continuación:
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Su espíritu abandona su su cuerpo cuando se suicida
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