Descubriendo el futuro optimista de Estados Unidos en nuestro pasado

Por Newt Gingrich
09 de julio de 2021 5:37 PM Actualizado: 09 de julio de 2021 5:39 PM

Comentario

En la década de 1770, Gran Bretaña era la mayor potencia imperial del planeta. La idea de que 13 colonias pudieran desafiar militarmente a los británicos de alguna manera —por no hablar de derrotarlos— era casi inimaginable.

Sin embargo, a principios de 1775, los colonos se dieron cuenta de que su relación con Gran Bretaña tenía que cambiar drásticamente y que el conflicto podría estallar como resultado de ello. No estaba claro cómo sería ese cambio.

Algunos abogaban por la independencia, pero otros pensaban que habían otras opciones. De hecho, hasta 1775, ni más ni menos que Thomas Jefferson creía que existía la posibilidad de que Gran Bretaña y las colonias llegasen a un acuerdo que mantuviera a estas últimas como parte del imperio británico.

En cualquier caso, los colonos de norteamérica sabían que se avecinaba algo grande. Solo que no sabían exactamente qué sería.

La respuesta, por supuesto, fue la revolución y la independencia.

En el fondo, la revolución norteamericana no era sobre el derecho a los impuestos; era sobre si los colonos iban a ser libres.

Antes de que los fundadores declararan la independencia, las sociedades se organizaban como jerarquías descendentes. La autoridad comenzaba en la cúspide con un monarca o algún otro líder y descendía a través de la nobleza hasta llegar a los plebeyos.

Pero los Fundadores leyeron a los intelectuales del movimiento de La Ilustración, desde Locke hasta Montesquieu, y tenían una concepción opuesta a la filosofía política. Se oponían a las jerarquías. Ellos creían que las sociedades fluían naturalmente de abajo hacia arriba, con flujo dictado por la ley natural —no del poder y la autoridad.

En otras palabras, la soberanía y la autoridad provienen del pueblo, que luego delega cierta autoridad en los líderes. Pero el valor subyacente es siempre la libertad.

A diferencia de Europa, llena de sociedades jerárquicas, los colonos vivieron el pensamiento de La Ilustración. De hecho, los británicos los dejaron a su propia suerte para que se abrieran camino en el Nuevo Mundo.

Como resultado, los colonos se gobernaron de forma independiente, adoptando lo que leían en la filosofía de La Ilustración. Por ejemplo, las trece colonias crearon sus propias legislaturas, a pesar de vivir a la sombra del imperialismo británico. No tenían ninguna razón para hacer lo que hicieron si no valoraban el autogobierno.

Hablo de esta historia mientras reflexiono sobre el significado del Día de la Independencia de Estados Unidos de la semana pasada en mi podcast Newt’s World. Mi invitado es uno de los historiadores más eminentes del país, Allen Guelzo. Amigo desde hace mucho tiempo y autor de best-sellers, Allen es director de James Madison Program Initiative on Politics and Statesmanship (Iniciativa sobre Política y Estadismo del Programa James Madison) y académico en investigación senior del Consejo de Humanidades de la Universidad de Princeton.

Como me explica Allen, en el periodo 1765-1775, el que precedió a la revolución, los colonos habían «creado su propio mundo», un mundo bastante similar al experimento mental descrito en las obras de los filósofos de La Ilustración.

Allen también detalla cómo, algunas décadas después de la revolución, un joven historiador preguntó a un antiguo capitán de la milicia por qué él y otros colonos se enfrentaron a los británicos en Lexington y Concord. La respuesta del antiguo capitán fue sencilla: Nosotros siempre nos habíamos gobernado a nosotros mismos y ellos pretendían que no lo hiciéramos.

Los colonos se negaron a aceptar un sistema en el que serían gobernados por burócratas sin rostro de Londres.

Los estadounidenses eran históricamente únicos —me atrevería a decir excepcionales— en su forma de gobernar y esto fue dictado en gran medida por la cultura más que nada.

Es importante recordar esta historia, incluso 245 años después de que los Fundadores declararan la independencia. Hoy, muchos estadounidenses son pesimistas sobre el futuro de su país —y por buenas razones. Pero si miramos el panorama general de la historia de Estados Unidos, es difícil no ser optimista. Los Fundadores soportaron la revolución, Lincoln soportó la guerra civil y todos ellos se mantuvieron siempre optimistas sobre este país como la última esperanza de la humanidad.

Como predijo John Adams, la independencia estadounidense sería «la época más memorable» de la historia del país, celebrada durante generaciones como un día de «liberación». Los estadounidenses deberían seguir demostrando que tenía razón.

De Gingrich360.com.

Newt Gingrich, republicano, fue presidente de la Cámara de Representantes de 1995 a 1999 y se presentó como candidato presidencial en 2012.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.


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