El Departamento de Comercio de EE. UU. anunció el 14 de enero nuevas regulaciones que permiten al gobierno federal impedir que las empresas estadounidenses compren tecnología de información y comunicaciones a cinco adversarios extranjeros, entre ellos China.
Las nuevas normativas se elaboraron para aplicar una orden ejecutiva (E.O. 13873) que el presidente Donald Trump firmó en mayo de 2019 para salvaguardar las cadenas de suministro de los Estados Unidos en materia de tecnología, servicios de información y comunicaciones (ICTS) para que no sean explotadas por adversarios extranjeros, incluso mediante el espionaje industrial.
Según el decreto, la ICTS incluía «hardware, software u otro producto o servicio destinado principalmente a cumplir o permitir la función de procesamiento, almacenamiento, recuperación o comunicación de información o datos por medios electrónicos, incluyendo la transmisión, el almacenamiento y la visualización».
En otras palabras, las nuevas normas podrían hacer que el Departamento de Comercio supervisara las compras estadounidenses de una amplia gama de tecnologías, incluidos los productos tecnológicos utilizados en la infraestructura crítica y las aplicaciones móviles que recogen información de los usuarios.
Ajit Pai, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), describió la orden de Trump como un «paso significativo para asegurar las redes de Estados Unidos» en un comunicado en mayo de 2019.
Aparte de China, las nuevas reglas se aplican a las importaciones de Rusia, Irán, Corea del Norte y Venezuela, según un comunicado de prensa del Departamento de Comercio.
Las nuevas regulaciones entrarán en vigor dentro de 60 días.
«Desde el primer día, el presidente Trump ha estado comprometido con la protección de la seguridad nacional de todos los estadounidenses, y la ejecución de esta norma supone un punto de inflexión en los planes de esta administración que pretende poner a Estados Unidos en primer lugar y hacer responsables a los malos actores», dijo el secretario de Comercio Wilbur Ross en el comunicado de prensa.
Ross añadió: «Asegurar agresivamente la cadena de suministro de ICTS protegerá a los ciudadanos y empresas estadounidenses de aquellas vulnerabilidades que podrían socavar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de su información personal o datos sensibles, y que podrían ser obra de adversarios extranjeros malintencionados y de aquellos que desean hacer daño a Estados Unidos».
El anuncio se produjo el mismo día en que el Departamento de Comercio añadió al gigante petrolero estatal Chinese National Overseas Oil Corporation (CNOOC) a su «lista de entidades», una medida que impide a las empresas estadounidenses hacer negocios con las empresas de la lista negra a menos que obtengan una licencia especial del gobierno.
Ross dijo que la CNOOC actuó como «matón del Ejército Popular de Liberación para intimidar a los vecinos de China» en el Mar de China Meridional, donde Beijing ha construido islas artificiales para reivindicar sus pretensiones territoriales.
Además, el Departamento de Comercio también añadió a la empresa aeroespacial estatal china Skyrizon a su nueva lista negra de comercio llamada «Usuario final militar» (Military End User, MEU). Ross dijo que el plan de la compañía para «adquirir y nacionalizar tecnologías militares extranjeras representa una amenaza significativa para la seguridad nacional de Estados Unidos».
Skyrizon, cuyo nombre completo es Beijing Skyrizon Aviation, recibió críticas de EE. UU. por querer adquirir Motor Sich, un fabricante ucraniano de motores de helicópteros y aviones.
Skyrizon compró una participación mayoritaria en la empresa ucraniana en 2017, pero las acciones compradas fueron congeladas por un tribunal local a la espera de una investigación del servicio de seguridad de Ucrania. Según el periódico ucraniano Kyiv Post, Skyrizon presentó un caso de arbitraje contra Ucrania en diciembre del año pasado por haber bloqueado dicha compra.
El mes pasado, el departamento incluyó 58 entidades chinas y 45 rusas en la lista MEU.
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