España sufre una desastrosa tormenta que solo ocurre una vez cada 1000 años

10 de octubre de 2018 Noticias

Las lluvias torrenciales que sacudieron el este de la isla española de Mallorca en las últimas horas y dejaron varias víctimas mortales y desaparecidos, fueron algo completamente extraordinario y excepcional; dijo la Agencia Estatal de Meteorología española.

Si bien la lluvia torrencial es la forma habitual de llover en la “vertiente mediterránea», explicó Rubén del Campo portavoz de esta agencia, las de las últimas horas están más allá de lo habitual y fueron “excepcionales”.

En la zona afectada, la comarca isleña de Levante, las estaciones de observación meteorológica registraron hasta 232 litros de agua por metro cuadrado en apenas dos horas el martes por la tarde.

En Colonia de Sant Pere, por ejemplo en la bahía de Alcúdia, cayeron en solo cuatro horas cerca de una tercera parte de las lluvias normales para todo el año. Los expertos de la Agencia de Meteorología estiman que una lluvia torrencial de esta magnitud solo se repite una vez cada 1.000 años.

«En la localidad de Artá cayeron 161 litros por metro cuadrado en 24 horas, algo que se puede repetir una vez cada 80 años», dijo Del Campo. «Pero los 233 litros por metro cuadrado en cuatro horas recogidos en Colonia de Sant Pere es algo completamente extraordinario que las estimaciones indican que ocurre una vez cada 1.000 años», aseguró del Campo, de acuerdo con el diario El Mundo.

Según los meteorólogos que estudiaron este episodio de lluvias, lo peculiar en este caso fue la intensidad de las precipitaciones y lo extendidas que fueron en el tiempo. Lo normal en este tipo de tormentas, es que caiga una gran cantidad de agua en un período de 10, 15 o 30 minutos, o en una hora en algunos casos más extremos. Pero lo que ocurrió durante la última noche fueron tormentas de gran intensidad que duraron entre cuatro y seis horas.

Como resultado, al menos nueve personas murieron en las últimas horas y seis siguen desaparecidas en la isla mediterránea española de Mallorca debido a las inundaciones y el desbordamiento de torrentes causados por las fuertes lluvias, informaron las fuerzas de seguridad según la agencia EFE.

Estas riadas constituyen una de las tragedias más graves causadas por lluvias en los últimos 25 años en España.

Se trató de un cóctel «muy complicado» y muy difícil de predecir

La causa de que se produjera esta tromba de agua de semejante intensidad, fue la «conjunción de una DANA» —acrónimo de Depresión Aislada de Niveles Altos, es decir, un embolsamiento de aire en capas altas conocido popularmente como gota fría—, que llevaba ya varios días afectando a Cataluña y Baleares con «viento húmedo del este», explicó el portavoz de la agencia Rubén del Campo, según el diario El País.

La gente limpia el barro de sus casas el 10 de octubre de 2018 en Sant Llorenc des Cardassar, Palma de Mallorca, España. (Foto de Clara Margais/Getty Images)

«Teníamos un embolsamiento de aire bastante frío a 5.500 metros de altitud, a lo que se le unía, en el Mediterráneo occidental, viento del este, por tanto de recorrido marítimo y que se va humedeciendo», prosiguió. «Si tenemos humedad e inestabilidad atmosférica, el entorno es propicio a las tormentas, unas condiciones generales en las que se formó una situación muy local de línea de tormentas», resume.

Del Campo hizo hincapié en que se trató de un cóctel «muy complicado y muy difícil de predecir».

La previsión hablaba de lluvias intensas en esa zona de Mallorca, lo que dio lugar a un aviso que fue aumentando de nivel conforme fue evolucionando el fenómeno.

Los autos y los muebles se ven entre escombros y barro el 10 de octubre de 2018 en Sant Llorenc des Cardassar, Palma de Mallorca, España. (Foto de Clara Margais/Getty Images)

Desde las primeras horas de la mañana estaba activo un aviso amarillo, primer nivel de alerta, en el que no existe riesgo meteorológico para la población en general, aunque sí para alguna actividad concreta. Luego el nivel de alerta «se elevó a naranja», que según explicó Del Campo, supone un riesgo importante y cierto grado de peligro para las actividades usuales, con lluvias de 40 litros por metro cuadrado en una hora.

Al final, el aviso ascendió a rojo, que implica riesgo extremo ante fenómenos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto.

En ese momento habían acumulados más de 200 litros por metro cuadrado en seis horas.

Entre las víctimas mortales una continuaba sin ser identificada, y cuatro de los fallecidos fueron encontrados en Sant Llorenç, el municipio más perjudicado por la catástrofe.

Además, se busca al menos a siete desaparecidos, un número que podría aumentar, y hay más de un centenar de personas desplazadas de sus domicilios y realojadas, según la Guardia Civil.