El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó al régimen comunista chino a compartir información sobre el actual brote de COVID en China, en la medida que este pueda afectar al resto del mundo. También reiteró que Estados Unidos está dispuesto a proporcionar ayuda.
«Es muy importante que todos los países, incluida China, se centren en que la gente se vacune, en que las pruebas de detección del virus y el tratamiento estén disponibles y, lo que es más importante, en compartir información con el mundo sobre lo que están experimentando», declaró Blinken en una rueda de prensa celebrada el 22 de diciembre.
«Esto tiene implicaciones no solo para China, sino para todo el mundo. Así que a nosotros nos gustaría que se haga», añadió.
China solo ha informado oficialmente sobre ocho muertes este mes hasta el 22 de diciembre, una cifra que suscita un alto grado de escepticismo entre los observadores externos. Además, contrasta fuertemente con las escenas de salas de hospital abarrotadas y crematorios desbordados en las principales ciudades del país, que están inundando Internet. El régimen también dejó de contabilizar las infecciones asintomáticas tras suavizar las restricciones de «Cero COVID».
A lo largo de la pandemia, el Partido Comunista Chino ha infravalorado sistemáticamente el recuento de infecciones y muertes como parte de su práctica de censurar los acontecimientos que puedan empañar su imagen.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), también pidió a China que comparta datos sobre el agravamiento del brote de COVID en el país.
La OMS está «muy preocupada por la evolución de la situación en China, con informes cada vez más numerosos de casos graves de la enfermedad», afirmó el director general en una conferencia de prensa celebrada el 21 de diciembre, a la vez que pidió al régimen chino que proporcione información detallada sobre la gravedad de la enfermedad, los ingresos hospitalarios y las necesidades de cuidados intensivos.
También reiteró la petición de que el régimen comparta datos sobre el origen del coronavirus que causó la pandemia COVID-19.
Tedros dijo que aún existen vacíos que impiden comprender plenamente cómo se originó la pandemia y añadió que sin los datos necesarios es difícil prevenir futuros brotes. COVID-19 brotó por primera vez en Wuhan alrededor de noviembre de 2019.
«Nosotros seguimos pidiendo a China que comparta los datos y realice los estudios que hemos solicitado, y que seguimos solicitando. Como ya he dicho muchas veces, todas las hipótesis sobre los orígenes de esta pandemia siguen sobre la mesa», indicó a continuación.
Oferta de ayuda
La población china ha recibido vacunas de fabricación china, que muchos expertos estiman menos eficaces que las occidentales.
Blinken renovó su oferta de ayudar a China con vacunas estadounidenses. «Estamos totalmente dispuestos a proporcionar ayuda a quien la solicite si cree que es útil», dijo el secretario, añadiendo que China aún no ha pedido ayuda.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, indicó a principios de esta semana en una rueda de prensa que «Estados Unidos es el mayor donante de vacunas COVID-19 en todo el mundo. Nosotros estamos preparados para seguir apoyando a las personas de todo el mundo, incluida China, con esta y otras ayudas sanitarias relacionadas con COVID».
El régimen chino no ha respondido a la oferta de Washington. Entretanto, rechazó la oferta del gobierno alemán para suministrar al país vacunas BioNTech a nivel masivo. Solo permitió su envío para los 20,000 expatriados alemanes que viven en China.
Blinken también reiteró la preocupación del gobierno estadounidense por una posible mutación del virus y el impacto que tendría un aumento de COVID en China sobre la economía mundial.
«Cada vez que el virus se propaga o se desplaza, existe la posibilidad de que se desarrolle una nueva variante, que esa variante se propague aún más y que llegue y nos afecte a nosotros o afecte a otros países», afirmó Blinken.
«A continuación, como hemos visto, hay claras implicaciones para la economía mundial con un cierre de China a causa de COVID», añadió el secretario de Estado, refiriéndose a las graves interrupciones de la cadena de suministro causadas por los cierres por pandemia.
Proyecciones de infecciones masivas
La empresa británica de investigación sanitaria Airfinity calculó que en China mueren por COVID cada día más de 5000 personas. El informe de la empresa, publicado a finales de noviembre y basado en modelos a partir de datos regionales chinos, también predijo un número de muertos de entre 1.3 millones y 2.1 millones por el nuevo brote de COVID.
A la vez estimó que en China el brote tendría dos picos: uno a mediados de enero, que alcanzaría los 3.7 millones de infecciones al día en las regiones donde actualmente están aumentando los casos, y otro en marzo, que alcanzaría los 4.2 millones de infecciones al día en otras provincias.
El 6 de diciembre, Feng Zijian, exsubdirector de los Centros de Control de Enfermedades de China, declaró durante un debate en línea organizado por la Universidad Tsinghua que, independientemente de cómo se ajusten las políticas de prevención y control de epidemias, la mayoría de la población china se infectará inevitablemente alguna vez.
«Según los cálculos de los modelos matemáticos, cuando el primer brote de infección a gran escala alcance su punto álgido, la tasa de infección en la población puede llegar a cerca del 60 por ciento, para luego descender gradualmente hasta una meseta, y finalmente entre el 80 y el 90 por ciento de nuestra población estará infectada», indicó Feng.
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