La reincorporación de Evo Morales a la presidencia del Movimiento al Socialismo (MAS), tomó por sorpresa a algunos observadores, quienes dijeron que el exmandatario «hará todo lo posible» por buscar la presidencia nuevamente.
A poco de cumplirse un año de su abrupta salida de Bolivia entre denuncias de fraude electoral a su favor, Evo Morales viajó la semana pasada desde Argentina para reinstalarse nuevamente en el país. El exmandatario volvió a su país un día después de que el partido Movimiento al Socialismo (MAS) recuperara el poder con Luis Arce como nuevo presidente de Bolivia. Días después, Morales anunció su reincorporación a la presidencia del MAS.
Si bien el regreso del exmandatario “era algo que se veía venir”, el anuncio de la toma de la presidencia del partido socialista fue «sorprendente», dijo Esteban Hernández, coordinador juvenil de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (VEPPEX) y miembro de la Coalición Anti-izquierda.
“Con el regreso de su partido al poder, y la corrupción que caracteriza a los miembros del Foro de Sao Paulo, todos esperábamos que [a Morales] se le permitiera volver al país sin ningún problema”, dijo Hernández. “Personalmente, no esperé que se le diera ninguna posición de poder bajo el gobierno de Arce, y si bien esto no es un cargo político público, sí es un cargo que lo va a mantener en la vida política de Bolivia”, agregó.
Morales hizo el anuncio en una declaración a los medios en la ciudad central de Cochabamba, tras una reunión con la cúpula “masista” y varios dirigentes sindicales afines a su partido. El comentarista político dijo que el presidente Arce «se está arriesgando a que Morales agarre fuerzas de nuevo» y eventualmente sea el mismo Morales quien saque a Arce del poder para retomar la presidencia.
Arce marcó su distancia con Evo Morales, luego de que los primeros recuentos de las votaciones de Bolivia lo mostraran como ganador de las elecciones. “Si [Morales] quiere ayudarnos, será muy bienvenido, pero no significa que estará en el gobierno. Será mi gobierno», dijo Arce.
Por su lado, el expresidente dijo en una entrevista con BBC Mundo a fines de octubre que no pensaba ocupar un cargo en el gobierno de Arce, de que a su regreso se dedicaría a tener una piscina de un pez de río llamado tambaquí y que no tenía planes para ser candidato en algún cargo.
«Mi tarea será desde los movimientos sociales, de cómo cuidar los principios ideológicos del partido. Cuidar a [Luis Arce] y al proceso de cambio», dijo Morales al medio.
Sin embargo, otros analistas discrepan esas afirmaciones y dicen que Morales “tiene muchísimo poder” en el gobierno de Bolivia. Hace unos días, el exabogado personal de Morales, Wilfredo Chavez, fue nombrado procurador general, y los presidentes de las cámaras legislativas son cercanos al expresidente.
Las próximas acciones de Morales aún son inciertas, de acuerdo con Hernández, pero señala que el expresidente evitará que le suceda lo mismo que a Rafael Correa con Lenin Moreno. “La mejor manera de evitar [eso] es que Morales retome él mismo el poder. Creo que Morales hará todo lo posible para regresar a la presidencia directamente, no a través de alguien”, dijo.
Asimismo, dijo que los resultados de las últimas elecciones de Bolivia son por la «mala gestión y comportamiento» de la derecha del país.
«Desde Jeanine Áñez que tuvo la oportunidad de liberar Bolivia y no lo hizo, hasta el resto de los líderes que dejaron que privaran sus egos antes que el país. La izquierda vuelve a Bolivia por culpa de la derecha, y cada vez que ellos vuelven, siempre se radicalizan. [Ellos] ya empezaron la persecución a las cabecillas, luego irán por los de abajo», agregó.
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