Hombre cree que su esposa desaparecida hace años fue asesinada por sus órganos

Por Joan Delaney
09 de Septiembre de 2019 2:17 PM Actualizado: 09 de Septiembre de 2019 2:17 PM

El día en que Liu Qingzhi fue arrestada, su hijo y nuera –recién casados– también fueron llevados por la policía. Luego de una brutal golpiza, el hijo y la nuera fueron liberados, pero Liu no.

Esa noche, el hijo de Liu fue al centro de lavado de cerebro en la provincia de Hebei en China, donde su madre estaba siendo retenida y vio que no le habían provisto de sábanas, entonces volvió a casa para buscar un edredón.

Cuando regresó al día siguiente, su madre ya no estaba. Solo quedaban sus zapatos.

Esto fue en agosto de 2002, y ya no se supo más nada de Liu, una practicante a Falun Dafa.

El esposo de Liu, You Shuchen, cuestionó al director del centro de lavado de cerebro sobre lo que había ocurrido, pero él dijo que no sabía. Las autoridades locales también le dijeron que no tenían idea del paradero de Liu. Cuando You intentó con todas las agencias relevantes del gobierno, lo hacían ir de un lado a otro, según Minghui.org.

Liu Qingzhi (Munghui.org)

Durante los siguientes 15 años, la familia de Liu gastó mucho tiempo y dinero buscándola, pero nunca le hallaron el rastro.

Cuando You se enteró en 2017 de que muchos practicantes a Falun Dafa encarcelados en China son sometidos a la sustracción forzada de órganos, sintió estar seguro de por qué desapareció su esposa: había sido asesinada por sus órganos hace años.

Sustracción forzada de órganos en China

Falun Gong, o Falun Dafa, es una práctica ancestral basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, cuyos adherentes han estado sufriendo una implacable campaña de persecución lanzada por el régimen chino en julio de 1999.

Por eso Liu fue arrestada, como decenas de miles de otros practicantes que han sido maltratados y torturados en centros de detención, campos de trabajo, centros de lavado de cerebro y prisiones desde que comenzó la persecución, con un número indecible de muertes, según Minghui, un sitio web que documenta la persecución a Falun Gong.

Peor aún, investigadores independientes publicaron un informe de investigación en 2006 que muestra que a los prisioneros de conciencia de Falun Dafa se les remueven sus órganos por la fuerza cuando están aún con vida, para alimentar el lucrativo negocio de la industria de trasplantes de China.

Una continuación del informe de 2016, titulado “Cosecha Sangrienta/El Matadero: Una Actualización” reveló que se realizaron de 60.000 a 100.000 trasplantes por año en China entre 2000 y 2016. Las víctimas incluyen practicantes de Falun Dafa, uigures, tibetanos y cristianos de casas —la mayoría, por lejos, la constituyen los prisioneros de conciencia de Falun Dafa.

El coautor de “Cosecha Sangrienta”, Ethan Gutmann, habla en una audiencia del Congreso sobre la sustracción forzada de órganos en Washington, D.C., el 23 de junio de 2016. (La Gran Época)

Los perpetradores son funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), que actúan en colaboración con cirujanos, autoridades de la prisión y oficiales militares, encontró el informe.

“La demonización y brutalidad a Falun Gong por parte del Partido Comunista y la insaciable demanda de órganos del sistema de salud formaron una simbiosis. Uno se alimenta del otro, la combinación se convirtió en una catástrofe humana sin precedentes, apenas imaginable”, dice el informe.

Los investigadores encontraron que los 700 hospitales de trasplante por todo el país tuvieron la capacidad de realizar más de un millón de trasplantes desde 2000.

Según el Centro de Investigación de la Sustracción de Órganos en China, China comenzó a hacer investigación y experimentos clínicos en trasplante de órganos humanos en los 60, pero no fue sino hasta el 2000 que la industria entró en un periodo de crecimiento exponencial—el cual coincidió con el comienzo de la campaña del PCCh contra Falun Dafa.

Un informe de 2009 del centro encontró que la industria de trasplante de China “había crecido exponencialmente y se había vuelto la más prolífica en el mundo en unos cuantos años a pesar de carecer de un sistema de donación voluntaria de órganos hasta 2010, y a pesar del insignificante número de donaciones desde entonces”.

“El dramático crecimiento en volumen de trasplante fue facilitado, en gran parte, por la campaña del PCCh para erradicar a Falun Gong”, dice el informe.

En cuanto a Liu, su familia la buscó por todo el país, en vano. Si su esposo está en lo correcto, ella se convirtió en una víctima de la macabra práctica del régimen chino de matar inocentes para sustraerles los órganos cuando están aún frescos y venderlos por ganancias—algo que ha sido descrito por el abogado de derechos humanos canadiense David Matas, uno de los autores del informe “Cosecha Sangrienta”, como “una nueva forma de maldad en el planeta”.

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