El empresario londinense Tim Cooper, que dirigía varios negocios de marketing corporativo y era un poco adicto al golf, se desplomó por una convulsión una tarde de 2018 mientras caminaba hacia su casa después de un partido, perdiendo su transporte en Uber.
El hombre de 57 años de Sutton fue trasladado de urgencia al Hospital de Kingston, donde él y su esposa, Kashmir, recibieron su devastador diagnóstico: tenía dos grandes tumores cerebrales que se habían fusionado dentro de su lóbulo frontal.
Más tarde, Tim contó que a finales de octubre de 2018 había estado teniendo dolores de cabeza de forma crónica, que había estado controlando con sueño y medicamentos. Pero el dolor persistía.
Los médicos le dijeron que los tumores probablemente habían estado creciendo durante 5 a 10 años sin que él lo supiera. Estos crecimientos eran la causa de los dolores de cabeza.
“Cuando me diagnosticaron los tumores, no tenía ningún conocimiento previo sobre ellos”, dijo a The Epoch Times. “Hay varios síntomas que ahora entiendo que están relacionados con los tumores, que sí sufría, pero no los relacionaba con que estuvieran ahí, que fueran un problema”.
No hubo más remedio que operar, compartió, ya que “el tamaño de los dos tumores juntos era de aproximadamente siete por siete centímetros y medio”.
Él y Kashmir se enfrentaban a una perspectiva temida: la cirugía cerebral. La noche del 19 de noviembre de 2018, ingresó en el hospital St. George para la operación.
“Mi esposa me dijo esa noche: ‘[Lo que] quiero que hagas es recordar quién soy'”, relató Tim. “‘En primer lugar, supera la operación, recuerda quién soy y dime que todavía me quieres’. Porque el reto de los tumores del lóbulo frontal es que te cambia, puede cambiar tu carácter”.
“Me sentí realmente asustada y atemorizada”, dijo Kashmir al periódico. “Mi sentido interno me decía que las cosas eran más graves de lo que podíamos prever o imaginar. Rezaba en silencio”.
Ninguno de los dos estaba seguro de que la recordaría o sería la misma persona.
Tim compartió sus preocupaciones: “¿Sobreviviré a la operación? ¿Habrá complicaciones? Se oyen muchas historias en las que la gente muere en el quirófano porque la operación se complicó demasiado”.
Afortunadamente, sobrevivió. Le contó a su mujer las cosas que ella quería que hiciera.
También le preguntó a su cirujano qué cantidad de cerebro le habían quitado. “Es una pregunta muy interesante; creo que nunca me la habían hecho antes”, respondió el médico. “En realidad no medimos cuánto se quita”.
Milagrosamente, Tim salió de St. Georges sin ayuda después de nueve días, libre de tumores, pero sus pruebas estaban lejos de terminar.
Al entrar en la primavera de 2019, su comportamiento comenzó a cambiar. Tim compartió que es Libra, lo que lo hace “equilibrado”, pero se volvió “agresivo” y desarrolló “un gran temperamento”.
“No me enfado, particularmente, muy a menudo en absoluto, pero tenía un temperamento”, dijo. “Decía muchas palabrotas. Mi mujer pensó que de alguna manera había contraído el síndrome de Tourette”.
Tim sufría una psicosis inducida por sus incisiones cerebrales, que se vio amplificada por la medicación destinada a ayudar a sanar su cerebro. Sus acciones agravaron su relación con Kashmir, lo que le resultó aún más horrible que el dolor físico.
“El dolor emocional de la psicosis es simplemente el hecho de que [no] controlo realmente mis acciones y el daño que estaba haciendo a los demás”, explicó, “por lo que, en última instancia, me disculpo, pero tiene que haber una forma de entender que, cuando estás en ese estado, no estás operando de forma normal – nada de eso fue deliberado”.
Acabó en un hospital psiquiátrico, pero regresó a St. George y finalmente se le administró una nueva medicación que ralentizó su actividad cerebral. Empezó a recuperarse. Kashmir aprendió un significado más profundo de la bondad.
“Como alguien que ha pasado la mayor parte de su vida con el corazón cerrado, en un lugar seguro, el incidente me abrió el corazón”, dijo. “Fue una de las mayores bendiciones de toda la situación.
“Tim es mi alma gemela y creí que saldríamos adelante y seguiríamos juntos, incluso en los momentos más oscuros de desesperación”.
Se estaba recuperando físicamente y se encontraba en un buen momento emocional. El dolor de cabeza persistía, pero su cirujano dijo que se trataba de sus nervios “tejiendo” de nuevo.
“Así que, en realidad, el dolor está bien”, dijo Tim. “Las vías neuronales tienen que volver a conectarse, así que el dolor, entonces, lo vería más como un dolor positivo”.
Mientras tanto, el año 2020 fue “un año positivo” para Tim. Sus cuidadores le dieron el alta y le retiraron la medicación, y le fue bien.
Hoy lleva un estilo de vida intencionadamente más saludable y evita el estrés de su vida anterior.
“Tomo muchas más decisiones conscientes sobre cómo llevar mi vida”, dijo. “Y eso es importante para mí. Que mis amigos lo entiendan o no, no es mi problema; tengo que hacer lo que es correcto para mí”.
“Sigo disfrutando del golf, no juego tanto como antes, ya que solía ser un poco adicto”.
Atribuye su recuperación a una actitud positiva, y también a la fe.
Tim no se identifica como “religioso”, pero dijo que es “espiritual”.
“Creo en el espiritualismo del universo”, dijo. “Y mi sentido del espíritu a lo largo de mi vida siempre me ha empujado hacia adelante”.
Ahora, ofreciendo esperanza a otros que se enfrentan a obstáculos similares, colaborando con StoryTerrace, Tim escribió su biografía, relatando sus luchas —del cáncer cerebral, la cirugía, los dolores que sufrieron él y su esposa— y su inesperado y extraordinario regreso.
“Una de las cosas de las que hablo en el libro es cómo Kashmir tuvo que soportar el peso de todo esto”, dijo.
“Mi cirujano me llamó un milagro andante”, añadió. “No me dijo que iba a ser tan duro como al principio, porque no creo que nadie te diga lo difícil que va a ser; simplemente sobrevives a medida que avanzas”.
“Pero ciertamente fue un viaje muy duro para salir. Y para mí estar tan bien como estoy hoy, física y mentalmente, es un milagro en sí mismo, porque hay mucha gente que no sobrevive y luego no recupera su plena capacidad”.
Como dice en su libro, su lema en todo momento ha sido para “adelante y arriba”, lo que lo ha mantenido y con el que continúa hacia su futuro.
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