Un hombre demostró que la fidelidad de las mascotas podría trascender este plano terrenal. Su perro, quien le salvó la vida 11 años atrás, falleció después de su gato, quien murió un mes después de su dueño. Su esposa, quien los recuerda a todos con cariño, señala que «cuando sea su tiempo, se reunirá con ellos de nuevo”.
Jerry Douthett se volvió conocido en Michigan, en el 2010, después de que su perro Kiko le salvará la vida de una manera particularmente extraña. Tras una noche de fiesta, su mascota le mordió un dedo del pie, en el cuál tenía una fuerte infección. Gracias a la mordida de su perro, Douthett acudió al médico para extirpar lo que quedaba del dedo, descubriendo su alto nivel de azúcar, que sin tratar podría haber sido fatal, informó WoodTV.
«(Estando en urgencias) también descubrieron que era diabético. Su nivel de azúcar estaba en 800, así que si no se trataba, podría ser fatal para él, entrando en un choque séptico», relató su esposa, Rosee Douthett. «(Los médicos) señalaron a Kiko como un héroe porque si no hubiera hecho eso, nunca habría ido al hospital ni habría descubierto que era diabético».
Más de 10 años después de aquella increíble experiencia, Jerry, quien tenía 58 años de edad, fue diagnosticado con cáncer de boca y garganta. Tras una dura batalla de 10 meses contra la enfermedad, viviendo cuatro rondas de quimioterapia y 35 tratamientos de radiación, desafortunadamente falleció en junio de este año.
Pero el 2021 fue un año en el que su esposa, no solo tuvo que vivir el duelo de su marido; sino también la pérdida de sus dos mascotas: Lucky, su gato y Kiko, su perro, ambos de 12 años de edad.
Las dos mascotas, quienes no se separaron en ningún momento de Jerry durante su duro periodo de enfermedad, fallecieron pocos meses después de su dueño.
Lucky, murió en julio y Kiko, en octubre, tras una fuerte enfermedad renal que le ocasionó una insuficiencia cardíaca, explicó Rosee en una recaudación de fondos de GoFundMe.
“No he trabajado en los últimos 8 meses después de la muerte prematura de mi marido de la etapa 4 del cáncer, pero tengo algunas provisiones para mí, pero no suficiente margen de maniobra para un evento como este”, se lee en la página.
Desafortunadamente, el 11 de octubre su perro Kiko murió, dejándole una fuerte enseñanza sobre la vida, la enfermedad y la muerte.
“Mi dulce chico, Kiko, fue llamado al cielo esta noche por dos ángeles llamados Jerry y Lucky. Fue injusto, ahora me dejaron sola. Pero entendí mejor la muerte después de perder a tres de mis seres queridos en cuatro meses”, escribió Rosee en una publicación de FB.
Añadió que “el sufrimiento corporal no es ninguna broma” y que “cuidar a los enfermos es desear que todos sus dolores desaparezcan y desear con todas tus fuerzas que se liberen de la miseria”. A pesar de ser enfermera, explicó que no le desea esta situación a nadie, y que aún continúa luchando contra la negación de que su esposo y sus dos mascotas ya no están con ella.
«Estoy luchando con la sensación de pérdida y también en la negación de si realmente se han ido», dijo Rosee a WoodTV.
Aunque también agregó que sabe que ahora están todos juntos en el cielo y que, como dicen sus familiares, probablemente se fueron porque Jerry los necesitaba más que ella.
«Los miembros de la familia dicen ‘creo que tal vez Jerry se llevó a las mascotas porque tal vez las necesita más allí en el cielo que tú'», dijo la fuerte mujer. «Los quiero mucho y cuando sea mi tiempo, me reuniré con ellos de nuevo allí y volveremos a ser una familia».
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