Incendio del Museo Nacional de Brasil: «se perdió el trabajo de una vida entera»»
El incendio del Museo de Brasil en el norte de Río de Janeiro, además de destruir casi la totalidad de 20 millones de piezas de todo el mundo, elementos únicos e insustituibles, destruyó el trabajo de una vida entera de muchos investigadores. Una pérdida de 200 años de colecciones.
«Está todo el mundo desesperado, hay gente que ya se jubiló y perdió el trabajo de una vida entera«, dijo la profesora Virginia María, que participó en la reforma de las salas de exposición de Paleontología y del acervo indígena.
«Aquí no era sólo un museo, acervos del Brasil entero llegaban aquí por ser más seguro», agregó.
El profesor Antonio Carlos de Souza Lima lamentó profundamente la pérdida de las colecciones de pueblos indígenas, africanos y de múltiples partes del mundo con cintas de registros de lenguas que ya no se hablan.
«Está todo quemado y diezmado«, dijo De Souza. «Era un centro que guardaba material de exposición, de producción… de conocimiento”.
“Es una pérdida estratosférica. Todos los esqueletos que se perdieron, toda la parte de invertebrados. Los insectos, las colecciones de Egipto… todo irrecuperable, no se podrá sustituir. Arrasó con todo”, destacó a su vez el paleontólogo Cástor Cartelle, según el medio Otempo.
Virginia Maria contó que al conocer la noticia del incendio algunos investigadores corrieron al Museo para salvar lo imposible. «Así que comenzó el incendio, ellos apagaron la luz, pero incluso sin luz, la gente entró e intentó salvar lo que podía”.
Sergio Azevedo, profesor del museo y exdirector por ocho años hasta 2010, dijo al medio Folha que logró entrar y sacar alguna cosa.
“Yo estaba en casa, recibí la noticia por internet, venía a saber si podría ayudar en algo, conseguimos entrar y sacar poca cosa. Creo que la pérdida es prácticamente total, nadie puede escalar lo que se ha perdido«, dijo Azevedo, según Globo.
Un bombero que trabajó en el control de las llamas contó a Globo que intentó rescatar el craneo de Luzía, el esqueleto más antiguo de América, por sus 11.400 años de edad, pero resultó herido.
«Hicimos un esfuerzo gigantesco y conseguimos acercarnos y abrir el armario. Al buscar a Luzia, encontré vacío y un hierro incandescente que derritió mi guante y quemó mis dedos, me dolió mucho, salí de la sala y lloré de dolor, no de frustración», destacó el soldado Rafael Luz.
Mas tarde trascendió que otro bombero encontró un cráneo que podría ser el que se buscaba, pero es muy pronto para confirmarlo, dijo la arqueóloga del museo Claudia Rodríguez a Globo.
Una conservadora del Museo, María Elizabeth Zucolo. declaró a Reuters que cuando ya solo habían cenizas fue en busca de los meteoritos, para que luego no se confundieran con los restos calcinados del edificio.
«Tenía prisa por llegar allí porque sabía cómo reconocerlos (meteoritos), sabía dónde estaban, para intentar recuperar algunos. Fueron sacados de las cenizas, un verdadero fénix».
A professora foi falar sobre o incêndio no museu e eu até tentei mas não deu pra manter a classe
Hoje eu choro as lágrimas de tantos cientistas e historiadores tão negligenciados no Brasil, senhor será que pedir justiça pros brasileiros é demais? pic.twitter.com/IFLMQVgQ3P
— Isis Aquino (@narizis) 3 settembre 2018
De Souza concluyó reclamando que la pérdida por falta de manutención del Museo “es el retrato de la elite política que cree que cultura y educación no tiene sentido».
En mayo pasado el director museo Alexander Kellner reclamó públicamente que el Museo no estaba recibiendo la mayor parte de los R $ 500.000 necesarios para el mantenimiento anual, y durante la extinción de las llamas, el Comandante de bomberos Roberto Robaday reclamó la falta de agua de los hidrantes, informó Folh el 3 de septiembre.
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