Instan a miembros del PCCh a acabar la sustracción forzada órganos tras muerte de exlíder del régimen

Por Dorothy Li y Eva Fu
30 de noviembre de 2022 8:21 PM Actualizado: 30 de noviembre de 2022 8:21 PM

Tras la muerte del exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, instigador de la espeluznante práctica de sustracción forzada de órganos, se ha instado a los funcionarios chinos y a los profesionales de la medicina, que participan en la extracción de órganos a presos de conciencia, a que pongan fin a su complicidad en este delito.

Jiang, quien gobernó el país de 1993 a 2003, murió el miércoles de leucemia y falla multiorgánica. Tenía 96 años.

En 1999, el entonces líder dirigió la persecución a nivel nacional contra el grupo religioso Falun Gong, persecución que ha resultado en que millones de practicantes sean enviados a centros de detención durante las últimas dos décadas por nada más que negarse a renunciar a sus creencias.

Un número incalculable de practicantes detenidos han sido víctimas de la sustracción forzada de órganos respaldada por el régimen.

Poco después del anuncio de la muerte de Jiang, los grupos de derechos humanos emitieron declaraciones instando a poner fin a la inquietante práctica.

“Instamos a todos los miembros del Partido Comunista Chino y a los profesionales médicos que están involucrados en la sustracción forzada de órganos de los practicantes de Falun Gong a detener el crimen de inmediato”, dijo Theresa Chu, directora de la Comisión Jurídica de la Declaración Universal para Combatir y Prevenir la Sustracción Forzada de Órganos, una organización sin ánimo de lucro con sede en Taiwán.

Torsten Trey, director ejecutivo de Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos, un grupo de defensa con sede en Washington, predijo que habrá un “vacío de poder” tras la muerte del exjefe del PCCh debido a su persistente influencia dentro del Partido.

«Supongo que una parte de la industria de la sustracción forzada de órganos se derrumbará muy pronto, y es posible que veamos a los denunciantes o a otros testigos salir a la luz pública, mientras intentan buscar una orilla legalmente segura», le dijo Trey a The Epoch Times.

«Los esfuerzos por esconder y ocultar la sustracción forzada de órganos probablemente se desvanecerán y se abrirán las filtraciones», añadió.

Un modelo siniestro y genocida que surgió de Jiang Zemin

La evidencia de la sustracción forzada de órganos a manos del PCCh surgió por primera vez en 2006. Ese año, varios testigos se acercaron a The Epoch Times para atestiguar la existencia de la horrible práctica que, esencialmente, convirtió a la gran cantidad de prisioneros de conciencia chinos, la mayoría de los cuales eran practicantes de Falun Gong, en un banco de órganos vivo.

Annie (alias), exesposa de un neurocirujano que extrajo órganos de miles de prisioneros de conciencia de Falun Dafa en China, a principios de la década del 2000, habla en una conferencia de prensa, en Washington, D.C., el 20 de abril de 2006. (The Epoch Times)

Entre ellos estaba Annie (un alias), una exempleada de un hospital chino en el noreste de China que fue la primera en arrojar luz sobre el abuso. Annie dijo que su exmarido, un cirujano militar del mismo hospital, había extirpado a la fuerza las córneas de miles de practicantes de Falun Gong desde principios de la década del 2000.

Estas acusaciones fueron confirmadas “más allá de toda duda razonable” por un tribunal popular independiente en 2019, que después de considerar la evidencia de más de 50 testigos, determinó que tal atrocidad había tenido lugar durante un largo período de tiempo en una escala sustancial, siendo los practicantes de Falun Gong una fuente primaria de órganos.

Al llegar a su conclusión, el organismo, conocido como el Tribunal de China, rechazó las afirmaciones del régimen chino, afirmaciones que decían que, a partir de 2015, todos los órganos para trasplante procedían de un sistema oficial de donación de órganos.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, consiste en enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, junto con ejercicios de meditación. Desde su introducción en China en 1992, la práctica aumentó en popularidad, lo que llevó a un estimado de 70 a 100 millones de practicantes en el país para fines de la década.

Viendo la enorme popularidad de la práctica como una amenaza al control del Partido, Jiang inició personalmente una campaña violenta para “erradicar” al grupo espiritual en 1999.

Practicantes de Falun Gong en Viena, Austria, hacen una demostración sobre la sustracción de órganos a practicantes encarcelados en China durante una protesta contra la importación de órganos humanos de China a Austria, el 1 de octubre de 2018. (JOE KLAMAR/AFP vía Getty Images)

Con millones de practicantes detenidos en campos de trabajos forzados, prisiones y otras instalaciones de China, el PCCh, a través de la sustracción forzada de órganos, encontró una forma macabra de monetizar a la población cautiva, algo que antes se consideraba inimaginable.

“Esta es una transgresión escandalosa de la disciplina médica que duró más de 20 años y ha costado la vida de innumerables practicantes inocentes de Falun Gong”, dijo Trey.

Un alto oficial militar chino, en una llamada telefónica de 2015 realizada por un grupo que investigaba la persecución a Falun Gong, reconoció que los asesinatos con fines de lucro del régimen eran una instrucción del propio Jiang.

“En ese momento, Jiang era el presidente. Hubo una instrucción para comenzar esto, el trasplante de órganos”, dijo Bai Shuzhong, exministro de salud del Departamento de Logística General del Ejército Popular de Liberación.

Con el fallecimiento de Jiang, Trey pidió el fin inmediato del crimen.

“Xi Jinping no inició la sustracción forzada de órganos, pero permite que continúe. Sin Jiang, sería mejor poner fin de inmediato a la práctica de la sustracción forzada de órganos, lo que podría resultar en una caída sustancial en el número de trasplantes”, dijo, refiriéndose al actual líder del PCCh.

En la declaración del miércoles, Chu, abogada internacional de derechos humanos, también instó a los funcionarios, médicos y enfermeras del PCCh, que han sido cómplices de esta práctica, a que «guarden todas las pruebas y documentos relativos a la orden, el plan y la ejecución de la sustracción forzada de órganos por parte del PCCh a [los practicantes de] Falun Gong».

Con esto, Chu dijo que podrían “hacer las paces como responsables de la sustracción de órganos en el futuro”.

Para aquellos decididos a implementar la orden de Jiang, Chu prometió continuar haciéndolos responsables.

Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)

Llamado a la acción internacional

Mientras la sustracción forzada de órganos continúa en China, más funcionarios y organismos médicos de Occidente están empezando a romper su silencio sobre el tema.

El 30 de noviembre, los legisladores británicos se comprometieron a impulsar el «Proyecto de Ley de Adquisiciones», una enmienda diseñada para impedir que cualquier servicio o producto que esté involucrado en la sustracción forzada de órganos ingrese al Reino Unido. El proyecto de ley, si se aprueba, también prohibiría a los profesionales británicos capacitar a los servicios chinos de trasplante de órganos.

“El exlíder del PCCh, Jiang Zemin, quien dio las órdenes de “erradicar” a Falun Gong “usando cualquier medio necesario” y estableció la oficina 6-10, un departamento de policía específicamente para ese propósito, murió. @LordPhilofBrum presentará hoy [una] enmienda sobre la sustracción forzada de órganos”, escribió Lord David Alton en Twitter, refiriéndose a Lord Philip Hunt, miembro del Parlamento del Reino Unido y exministro de salud británico que propuso el proyecto de ley.

Algunos legisladores estadounidenses introdujeron en 2021 la primera legislación en el país para combatir el tráfico mundial de órganos.

En el sector médico, los médicos y defensores han instado a las comunidades de trasplantes a que dejen de colaborar con China y prohíban los trabajos de investigación chinos sobre el trasplante de órganos.

A principios de este año, la Sociedad Internacional de Trasplante de Corazón y Pulmón, una asociación de trasplante sin fines de lucro, emitió una restricción única en su tipo. El grupo anunció que dejaría de aceptar trabajos de investigación sobre trasplantes de China, en un esfuerzo por poner fin a los abusos que se cometen actualmente bajo el régimen comunista.

«La sociedad internacional debería haber tomado medidas significativas para acabar con la sustracción forzada de órganos en China. Ahora es el momento de ayudar al pueblo chino a acabar con esta práctica espantosa”, dijo Trey.

“Si no se pueden imponer cambios al gobierno chino, al menos los parlamentos occidentales son completamente libres para celebrar audiencias, aprobar resoluciones o adoptar leyes”.

“Tenemos esa libertad aquí en Occidente, ¿Qué estamos esperando?”


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