Joven estudiante va al doctor por un dolor de cabeza y le dicen que prácticamente no tiene cerebro

Por Mariana Buendia
22 de octubre de 2020 8:19 PM Actualizado: 27 de junio de 2022 4:20 PM

¿Creerías posible que una persona que prácticamente no tiene cerebro pudiera tener un alto coeficiente intelectual e incluso llegar a graduarse con honores? Aunque parece extraordinario, esto es posible. El caso de un estudiante con estas características dio lugar a que los neurólogos se hicieran la pregunta sobre la verdadera función y capacidad del cerebro.

La revista Science publicó un artículo titulado “¿Es realmente necesario el cerebro?”, el cual aborda el increíble caso de un joven universitario que llegó hace más de 30 años a consulta con el doctor John Lorber, un neurólogo británico, por un pequeño dolor de cabeza pero resultó que prácticamente no tenía cerebro.

El estudiante de la universidad asistió con el médico general quien notó que además del dolor de cabeza que refería, también la cabeza tenía ligeramente más grande de lo normal. Por este motivo decidió referirlo con Lorber.

Imagen ilustrativa (Pete Linforth en Pixabay)

El Dr. Lorber, que trabajaba en aquel entonces en el Hospital de Niños de Sheffield y fue profesor de pediatría en la Universidad de Sheffield, recibió al estudiante de Matemáticas poseedor de un coeficiente intelectual elevado, quien aparentemente no mostraba ningún síntoma mayor. Sin embargo, decidió hacerle estudios adicionales, reportó Infobae.

Lorber solicitó un escáner cerebral y encontró que el joven prácticamente no tenía cerebro. Solo se veía una capa de tejido cerebral de aproximadamente un milímetro.

Para su sorpresa, lo que realmente tenía el estudiante era hidrocefalia, que es la acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.

“Hay un joven estudiante en esta universidad que tiene un IQ de 126, ganó honores en su clase de matemáticas y es totalmente normal socialmente. Y aún así, el chico virtualmente no tiene cerebro”, dijo Lorber según el estudio publicado en la revista.

“Vimos que en lugar del grosor normal de 4.5 centímetros del tejido cerebral entre los ventrículos y la superficie cortical, solamente había una delgada capa que mide un milímetro más o menos. Su cráneo está lleno principalmente de líquido cerebroespinal”, dijo el neurólogo.

Lorber estaba asombrado de que alguien con un manto cerebral tan reducido no solamente pudiera desenvolverse con normalidad entre sus compañeros, si no tener un alto grado de aprovechamiento académico.

El caso del estudiante prácticamente sin cerebro era realmente único y creó mucha controversia y especulación entre los expertos en la rama médica.

Varios médicos, entre ellos el neurocirujano Kenneth Till, del Hospital Great Ormond Street para Niños Enfermos en Londres, señalaron que la interpretación de los escáneres cerebrales puede ser difícil, siendo probable que haya más tejido cerebral en el cráneo de lo que se aparenta.

Lorber, quien falleció en 1996, respondió a sus críticos diciendo: “Por supuesto que estos resultados son dramáticos, pero no son totalmente dramáticos”, agregando, “No puedo decir si el cerebro de este estudiante de matemáticas pesa 50 gramos o 150 gramos, pero es claro que no está para nada cerca del peso normal de 1.5 kilogramos”.

La realidad era que el estudiante de matemáticas, que había cursado hasta la universidad sin ningún inconveniente, no tenía gran parte de su cerebro. Por lo cuál, el caso de este alumno recordó a muchos la impresionante capacidad que puede tener el cuerpo humano, específicamente el cerebro, a adaptarse ante las circunstancias.

Entre otros casos insólitos se encuentra el de una mujer que aparentemente solo tenía estrés, pero una visita médica resulto en un diagnóstico devastador.

Fue al médico creyendo que tenía cansancio por estrés y le dijeron que moriría el fin de semana

Una mujer estadounidense después de sentirse muy cansada decidió visitar al médico para recibir la inesperada noticia de que iba a morir el fin de semana.

Christina Ferrara acudió al médico en 2017 por una serie de síntomas que para ella no estaban relacionados.

La mujer, residente en Tampa, Florida, creyó que todo se debía al estrés que sentía por su trabajo como asistente de gerencia o porque estaba a punto de cumplir 30 años.

“Pensé que era solo una cruel bienvenida a mis 30 años”, dijo Christina, según Fmradiospeed.

Pero su cansancio distaba bastante de lo que realmente le pasaba: su cuerpo se deterioró rápidamente.

También le sangraban las encías y su orina se volvió más oscura de lo habitual, sin embargo, ella pensaba que estas manifestaciones se debían a su cepillo de dientes ya que casi no tomaba agua.

“Sufría altos niveles de enzimas. Cuando mi médico me examinó, me dijo que tenía que ser ingresada en el hospital y que me iba a morir el fin de semana”, comentó Christina en diálogo con un medio local, según Estrending.

Los síntomas se intensificaron con el correr de las horas, a tal punto que empezó a perder el conocimiento.

“Todos los síntomas extremos de los que me dijeron que tuviera cuidado habían ocurrido en 16 horas, era el caso más rápido que los médicos habían visto”, dijo según Storytrender.

Imagen ilustrativa (Parentingupstream en Pixabay)

Luego la llevaron a la UCI, donde verificaron que sus niveles de amoníaco eran tan altos que su cerebro se estaba apagando.

Fue hospitalizada y horas después presentó ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel, ante el aumento de bilirrubina en su sangre.

Sus síntomas se siguieron intensificando. Por ello, los médicos decidieron inducirla a un coma y apuntarla en la lista de espera de trasplantes de hígado de Florida. Por lo adverso de su pronóstico, en doce horas su nombre fue colocado en el primer lugar de ese padrón.

Ferrara llegó a ser considerada como la mujer “más enferma de EE. UU.”

Finalmente, llegó un hígado compatible con el organismo de Christina y fue operada de urgencia.

Su recuperación fue tan rápida que desde entonces fue apodada como “la Barbie Biónica“.

“Me han llamado la ‘Mujer Biónica’ y ‘Barbie Biónica’ – No tengo partes metálicas, pero es debido a mi vida y a mi energía”, contó.

Agradece haber salvado su vida y estar en estado saludable.

“Mi vida ha sido increíble desde que regresé, me ha hecho reevaluar las cosas que son importantes para mí”, expresó Christina.

“Mi madre bromea diciendo que siempre quise ser la número uno y que durante una semana lo fui”.

Con información de Jesús de León. 


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