La agresión comunista china es la razón por la que la fuerza espacial de EE.UU. es urgente

Por Adrian Norman
24 de Diciembre de 2020 1:34 PM Actualizado: 24 de Diciembre de 2020 1:34 PM

Comentario

En 2018, el presidente Donald Trump ordenó al Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) que creara una sexta rama de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, ahora conocida como la Fuerza Espacial de EE. UU, que se estableció formalmente en diciembre de 2019.

Aunque algunos se han burlado de la nueva rama militar después de que recientemente revelara que sus tropas se llamarían “Guardianes”, las circunstancias por las que se necesita nuestra Fuerza Espacial no son motivo de risa: la directiva del presidente fue consecuencia de una creciente amenaza planteada por dos de los adversarios de Estados Unidos.

China y Rusia ya son formidables enemigos de Estados Unidos. Pero China, en particular, ha dado metódicamente pasos significativos en su aceleración para contrarrestar el dominio militar y económico de Estados Unidos en el escenario mundial.

Destronar a Estados Unidos de su posición como superpotencia mundial prevaleciente ha sido desde hace mucho tiempo una ambición de la China comunista. Y, durante la última década, han intensificado los esfuerzos para hacer realidad este sueño antes de 2049, año que marca el centenario de la fundación de la República Popular China.

La supremacía espacial significa hegemonía terrestre

“China quiere ser la potencia económica y militar dominante del mundo, difundiendo su visión autoritaria de la sociedad y sus prácticas corruptas en todo el mundo”, dijo el secretario de Estado de EE. UU. Mike Pompeo durante una conferencia de prensa en 2019 en Holanda.

Sin embargo, proyectar el poder global en el siglo XXI, y más allá, requerirá más que unas fuertes fuerzas armadas convencionales. En esta era, la preeminencia global estará indisolublemente ligada al comando, control y denegación del espacio.

En otras palabras, la primera nación que conquiste el dominio espacial será la beneficiaria de la hegemonía económica, tecnológica y militar de forma perpetua. En la actualidad, los chinos se están posicionando agresivamente para asegurarse este papel.

“Los escritos militares chinos afirman que el objetivo de la guerra espacial y las operaciones espaciales es lograr la superioridad espacial”, afirma un informe de 2019 llamado “Capacidades mundiales contraespaciales” (pdf) de Secure World Foundation.

“La superioridad espacial se define como ‘asegurar la capacidad de uno para utilizar plenamente el espacio y al mismo tiempo limitar, debilitar y destruir las fuerzas espaciales de un adversario’. No solo incluye operaciones ofensivas y defensivas en el espacio contra las fuerzas espaciales del adversario, sino también operaciones aéreas, terrestres y navales contra los recursos espaciales”.

Según el informe, los planificadores chinos reconocen que quien controle el espacio controlará la Tierra, y que “el espacio exterior es la nueva alta esfera de las operaciones militares. Afirman que el centro de gravedad de las operaciones militares ha pasado del mar al aire y ahora está pasando al espacio”.

El informe cita un libro de texto publicado por la Academia China de Ciencias Militares (AMS), que dice: “Quien sea el hombre fuerte del espacio militar será el líder del campo de batalla; quien tenga la ventaja del espacio tiene el poder de la iniciativa; tener el apoyo del ‘espacio’ permite la victoria, la falta del ‘espacio’ asegura la derrota”.

Otra publicación de la AMS, la Ciencia de la Estrategia Militar, concluye que “sin la superioridad del espacio uno está en desventaja en todos los demás dominios”, según el informe.

Seguridad nacional e implicaciones económicas

Comprender la necesidad de la Fuerza Espacial de Estados Unidos requiere entender que las tecnologías en desarrollo y las innovaciones revolucionarias alterarán permanentemente la forma en que viven los seres humanos, cómo viajamos, cómo nos defendemos, cómo producimos, recibimos y almacenamos energía, y que muchos de los cambios tectónicos que tienen lugar dentro de los sectores tecnológicos estarán relacionadas con el espacio ultraterrestre o involucrarán al espacio.

Actualmente, la mitad del mundo no está conectado a Internet. Pero, hay múltiples compañías cerca de alcanzar el hito de ser los primeros en ofrecer Internet emitido desde el espacio, lo que será un gran disruptor global.

“Hay pruebas de que la llegada del acceso a Internet de alta velocidad, si se extiende lo suficiente, puede mejorar la productividad y transformar las economías locales”, escribió el periodista científico Chris Baraniuk para la BBC. “En India, por ejemplo, los agricultores y pescadores que utilizan los teléfonos móviles para comprobar los precios y las condiciones meteorológicas aumentaron sus beneficios en un 8%”.

Una conectividad más amplia significa una mayor oportunidad económica y la posibilidad de una vida mejor para millones de personas. Pero, una nación hostil con control del dominio espacial podría ser capaz de interceptar tecnologías como el acceso a Internet desde el espacio y evitar que cualquiera que ellos elijan acceda a esos servicios.

Nuestro propio Departamento de Energía de EE. UU ha señalado la posibilidad de un futuro en el que las necesidades energéticas de la Tierra sean provistas por la energía solar proveniente del espacio. Este concepto implica grupos de satélites que aprovechan la energía del sol y que transportan la energía de vuelta a la Tierra, tecnología que ya está siendo desarrollada por la Fuerza Aérea y la Marina de Estados Unidos.

Esto podría proporcionar al mundo entero una energía con cero emisiones, lo que permitiría al planeta ser mucho más sostenible con una mínima huella de carbono. Vehículos, aviones, barcos, hogares y negocios podrían ser impulsados por esta energía limpia.

No habría necesidad de tratar de minimizar nuestra huella en el planeta con programas que destruyen la riqueza como el Green New Deal, que impone impuestos extremadamente altos y aplastantes cargas regulatorias.

Esta es una innovación que cambia los paradigmas y que alteraría radicalmente nuestro planeta. Sin embargo, un país dictatorial empeñado en la dominación global podría explotar tales tecnologías para su propio beneficio, en detrimento de todas las demás naciones de la Tierra.

Pero, aunque pudieran, ¿qué probabilidad hay de que una nación malvada utilice malignamente los recursos del espacio?

Un informe de 2018 (pdf) del Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó que “China está desarrollando múltiples capacidades contraespaciales para degradar y negar al adversario el uso de los recursos relacionadas con el espacio exterior”.

El informe también señalaba que los académicos chinos “subrayan la necesidad de ‘destruir, dañar e interferir con los satélites de reconocimiento (…) y de comunicaciones del enemigo’, sugiriendo que tales sistemas, así como los satélites de navegación y de alerta temprana, podrían estar entre los objetivos de ataques diseñados para ‘cegar y ensordecer al enemigo'”.

En la versión de 2019 del informe (pdf), los funcionarios de defensa dijeron que China “continúa desarrollando capacidades contraespaciales y tecnologías relacionadas, incluyendo misiles de destrucción cinética, láseres terrestres y robots espaciales en órbita, así como expandiendo las capacidades de vigilancia espacial, que pueden monitorear objetos en todo el mundo y en el espacio y permitir acciones contraespaciales”.

Si se deja sin control, China podría detener a Estados Unidos. Todo ello. Incluyendo nuestro ejército.

Lo que está en juego

Steven Kwast, un teniente general retirado de la Fuerza Aérea, habló en Hillsdale College en noviembre de 2019 y dio una poderosa conferencia sobre lo que está en juego en la carrera por el dominio del espacio.

“El poder sobre espacio cambiará el poder mundial para siempre”, dijo Kwast.

“Es como si Estados Unidos fuera un coche de carreras que ha estado ganando carreras durante 70 años desde la Segunda Guerra Mundial. Vamos a 90 millas por hora, y lo hemos hecho así desde la Segunda Guerra Mundial. Es toda nuestra mentalidad, nuestra vida entera [ha sido] de la misma manera. China está en un coche justo detrás de nosotros. El coche no es tan bueno, pero va a 120 millas por hora”.

Kwast tiene títulos en ingeniería astronáutica y política pública, es un expiloto de caza, y fue comandante del Comando de Educación y Entrenamiento Aéreo en la Base Conjunta San-Antonio Randolph.

También presenta la realidad de pesadilla de que China está “construyendo todo un método para poder tener un manto de poder sobre Estados Unidos en el espacio que puede traer energía dirigida para paralizar nuestras redes eléctricas, paralizar nuestros autos, paralizar nuestro ejército, interrumpir nuestros mercados”.

“Podemos decir hoy, que somos dominantes en el espacio. Pero las líneas de tendencia es lo que hay que mirar. Y ellas [China] nos pasarán en los próximos años si no hacemos algo. Y ganarán esta carrera, y luego pondrán obstáculos en el espacio”, dijo. “Porque una vez que consigues el terreno alto definitivo, ese terreno alto estratégico, es el fin para cualquiera que intente llegar a ese terreno alto detrás de ellos”.

China bajo el Partido Comunista es una nación que tiene graves violaciones de los derechos humanos, lleva a cabo la sustracción forzada de órganos y llegó a encerrar a las personas en sus propios hogares cuando el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) (comúnmente conocido como el nuevo coronavirus) estalló a principios de 2020. Estas no son las acciones de una nación amiga que ejerce su autoridad de manera moral.

Kwast cree que la ética y la integridad de la nación que primero despliegue y gestione estas tecnologías espaciales emergentes es fundamental.

“Así que los próximos cien años, los valores que regirán los próximos cien años serán definidos por estos próximos 10 años y quién domina el espacio”, dijo.

“Durante 30 años, [China] ha cumplido cada una de las metas de su programa espacial. Y en los próximos 10 años, tendrán en órbita estaciones espaciales para la generación de energía solar y nuclear. Transmiten que serán utilizadas con fines pacíficos, que esas ondas de radio llevarán energía a cualquier persona en el planeta Tierra sin necesidad de líneas de energía o plantas de energía”, explicó.

“Pero en un milisegundo, ese dominio del espectro electromagnético puede ser energía dirigida que podría paralizar de inmediato cualquier parte de nuestra red eléctrica y congelar cualquier poderío militar que Estados Unidos construya. Cada flota de combate de portaaviones es un corcho en el agua. Cada flota de cazas está muerta en la rampa, no puede ni siquiera girar el volante, debido a nuestra vulnerabilidad. China ha declarado abiertamente que están convirtiendo en un arma todo”.

Adrian Norman es un escritor, comentarista político y autor del libro: “The Art of the Steal: Exposing Fraud & Vulnerabilities in America’s Elections”.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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