La estación en la que nació afecta su salud y bienestar, expone un estudio científico

Por Louise Bevan
05 de diciembre de 2019 7:00 PM Actualizado: 05 de diciembre de 2019 7:00 PM

A través de los años, la ciencia ha respondido a la astrología construyendo una serie de estudios que ayudan a explicar la relación entre el mes de nacimiento de una persona y su susceptibilidad a diferentes condiciones de salud.

Naturalmente, el desarrollo del bebé comienza en el útero, y las condiciones a las que está expuesto juegan un papel importante en su desarrollo. La nutrición materna, en particular las deficiencias nutricionales, pueden afectar en gran medida la salud y la inmunidad de los niños.

Los virus estacionales también pueden afectar el desarrollo fetal, por lo que un bebé que se desarrolla durante el invierno puede ser vulnerable a contratiempos más tempranos en el desarrollo que un bebé que se desarrolla durante el verano.

Un estudio de 2015 de la Universidad de Columbia, el más grande de su tipo hasta la fecha, presentó una enorme cantidad de estadísticas para reforzar la especulación de que el mes de nacimiento realmente impacta la salud.

El estudio comparó las fechas de nacimiento y las historias clínicas de 1.7 millones de pacientes con un total general de 1.688 enfermedades. Los registros de los pacientes se obtuvieron del Hospital Presbiteriano de Nueva York y del Centro Médico de la Universidad de Columbia (CUMC) y fueron fechados entre 1985 y 2013.

Los investigadores del CUMC descubrieron que 55 de las 1.688 enfermedades se correlacionaban, de hecho, con la temporada de nacimiento. ¿La razón? La época del año en que nace un bebé dicta muchos de los factores ambientales a los que está expuesto durante la gestación, el nacimiento y el desarrollo temprano.

Es posible determinar la relevancia de estos hallazgos, y de otros estudios, para nuestras estaciones individuales de nacimiento desglosando los hallazgos.

Bebés de primavera

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Imagen ilustrativa. (JillWellington/Pixabay)

Un estudio de la Universidad de California de 2001 utilizó registros de pacientes austriacos y daneses. Descubrieron que los pacientes nacidos en marzo, abril, mayo y junio tenían un mayor riesgo de enfermedad cardiaca. También tenían una vida útil más corta.

Esto se reflejó en las conclusiones del estudio del CUMC. Investigadores de Columbia encontraron que las personas nacidas en los Estados Unidos en marzo enfrentaban el riesgo más alto de nueve variantes diferentes de enfermedad cardiaca, incluyendo fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca congestiva y trastorno de la válvula mitral.

Los vínculos con las deficiencias vitamínicas como resultado del desarrollo en el útero durante los meses de invierno son un paso hacia una explicación causal.

Bebés de verano

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Imagen ilustrativa. (PublicDomainPictures/Pixabay)

Ken Ong de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, publicó un estudio en la revista Heliyon. Ong y sus colegas examinaron 450.000 registros de nacimiento del Reino Unido del Biobanco del Reino Unido fechados entre 1946 y 1975 de personas de entre 40 y 69 años de edad.

«Los niños que nacieron en verano eran ligeramente más pesados al nacer, más altos cuando eran adultos, y pasaron por la pubertad un poco más tarde, en relación con los nacidos en los meses de invierno», explicó Ong.

Los investigadores hallaron que los bebés que pesan más al nacer experimentan retrasos en la pubertad. Esto a su vez condujo a mejores resultados de salud para esas personas en la vida adulta.

El Instituto de Estudios Fiscales del Reino Unido agregó a la conversación que los niños nacidos en agosto son 30 por ciento más propensos que los niños nacidos en septiembre a ser etiquetados como estudiantes «problemáticos» por sus profesores. Como los niños más pequeños de su clase, tienen problemas para mantenerse al día con sus compañeros.

Bebés de otoño

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Imagen ilustrativa. (PixelwunderByRebecca/Pixabay)

El estudio del CUMC descubrió que los individuos nacidos en el otoño estaban mejor protegidos contra las enfermedades cardiovasculares.

Por el contrario, sus niveles de vitamina D eran más bajos y los de la hormona paratiroidea más altos durante el invierno, sin suplementos. Los altos niveles de hormona paratiroidea se correlacionan con un aumento de la insuficiencia cardiaca en los hombres mayores, advirtió el estudio.

Los bebés que nacen aproximadamente cuatro meses antes del «pico del virus de invierno», según el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, tienen un alto riesgo de desarrollar asma. Sin embargo, el mismo estudio explicó que la prevención de la infección viral durante el invierno, en la primera infancia, podría prevenir que el asma ocurriera por completo.

Bebés de invierno

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Imagen ilustrativa. (TanteTati /Pixabay)

Los datos del CUMC sugieren que alrededor de 1 de cada 675 casos de TDAH podría estar relacionado con el hecho de haber nacido en Nueva York en noviembre. Este resultado se correlaciona con un estudio sueco, al que se hace referencia en el Journal of the American Medical Informatics Association, que también muestra tasas máximas de TDAH en los bebés de noviembre.

Los bebés de invierno también tenían un riesgo más alto que sus pares de desarrollar problemas neurológicos, según los resultados del estudio del CUMC.

Debido a que los bebés de diciembre nacen durante la temporada alta de resfríos y gripe, el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine también informa que podrían ser más susceptibles al asma y a las alergias. Contraer una infección en invierno durante los primeros cuatro meses de vida podría ser particularmente peligroso para los bebés que nacen en este mes.

¿Necesitamos medidas preventivas?

«El riesgo de enfermedad de por vida se ve influenciado por el mes de nacimiento», concluyeron los investigadores del CUMC. «Los mecanismos de desarrollo temprano dependientes de la estación pueden jugar un papel en el aumento del riesgo de enfermedades a lo largo de la vida».

Sin embargo, los autores del estudio agregaron que es importante no preocuparse demasiado por las correlaciones entre el mes de nacimiento y el riesgo de enfermedad. Hay asociaciones significativas, pero el «riesgo general de enfermedad», sostuvieron, «no es tan grande».

«El riesgo relacionado con el mes de nacimiento es relativamente menor en comparación con variables más influyentes como la dieta y el ejercicio», señaló el Dr. Nicholas Tatonetti, autor líder del estudio del CUMC, en declaraciones al diario The Huffington Post.

«El aspecto más emocionante de nuestra investigación es que puede abrir nuevas oportunidades de investigación sobre cuáles son las exposiciones ambientales exactas que llevan a un mayor riesgo de ciertas enfermedades», agregó Tatonetti. «Una vez que tengamos esos mecanismos, entonces podremos hacer recomendaciones de estilo de vida y dieta».

El siguiente paso para los investigadores es expandir sus estudios a otros lugares con otros factores ambientales alrededor del mundo, permitiéndoles extrapolar datos y hacer que los fascinantes hallazgos sean relevantes para todos.

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