La Pax Americana se deshace a los pies de China

Beijing y sus aliados erosionan la paz en Europa del Este, Oriente Medio, África y Asia Oriental

Por Anders Corr
10 de diciembre de 2021 6:21 PM Actualizado: 10 de diciembre de 2021 6:21 PM

Análisis de noticias

Las noticias sobre la erosión de la paz y la estabilidad a nivel mundial están ocurriendo con mucha más frecuencia y benefician a los intentos de Beijing por desestabilizar el mundo y abrirse camino hacia su creciente control.

A medida que el Partido Comunista Chino (PCCh) busca romper el orden encabezado por Estados Unidos (incluido el establecido en las Naciones Unidas) hace que los países desestabilizados -antes libres, soberanos e independientes- sean más fácilmente manipulados para que se adhieran a un nuevo y emergente orden global liderado por China.

El PCCh reconvertirá, no destruirá, la burocracia de la ONU mientras se deshace de sus ideales de libertad, diversidad y democracia. Pero primero necesita desestabilizar y reorientar la geografía global de Estados soberanos que fueron liderados y protegidos por Estados Unidos desde la década de 1940 hasta el presente.

La desestabilización de la política internacional por parte de Beijing depende de la acción coordinada de sus aliados.

Rusia, aliada de China, está acumulando tropas frente a Ucrania para una invasión. Esas tropas parecen estar creciendo hacia un ejército masivo de 175,000 personas. Esta desestabilización de Europa del Este distrae parte de la atención de la opinión pública mundial hacía Beijing, que se está liberando para atacar más fácilmente a Taiwán. Los analistas predicen que Putin podría estar listo para una invasión a principios de 2022, pero Occidente ha sido sorprendido con tanta frecuencia por las potencias autoritarias, incluyendo la invasión de Putin a Crimea, que deberíamos prepararnos para un ataque sorpresa aún más temprano.

Irán y sus aliados, incluyendo sobre todo a China, son más fuertes en comparación con Estados Unidos y sus aliados de lo que eran en 2015, cuando se acordó el pacto de no proliferación nuclear con Irán. Desde entonces, Beijing ha aumentado su influencia en Teherán mediante la compra de 700,000 barriles de petróleo iraní en 2018, cuando Washington volvió a imponer sanciones. En la necesidad se conoce al amigo.

Es posible que los términos de las futuras negociaciones nucleares con Irán sean peores para Estados Unidos y sus aliados, lo que podría dar lugar a que no se lleven a cabo acuerdos, o a que Israel lleve a cabo una guerra preventiva contra Irán para evitar que fabrique bombas nucleares. Una guerra iraní-israelí probablemente arrastraría a Estados Unidos y a Arabia Saudí, lo que supondría una gran distracción no sólo para Estados Unidos sino también para nuestros aliados. Irán, uno de los mayores partidarios del terrorismo mundial, probablemente aumentaría esta estrategia asimétrica de terrorismo, en la que tiene ventaja, y el régimen chino podría entonces atacar más fácilmente a Taiwán sin graves repercusiones debido a la confusión geopolítica resultante.

El líder del régimen de Corea del Norte, Kim Jong Un, se resiste a los llamamientos de Estados Unidos y de Corea del Sur para poner fin formalmente a la guerra de las Coreas, ha cerrado las conversaciones nucleares con Estados Unidos y ha rechazado las conversaciones con Corea del Sur. El líder católico de este último país, Moon Jae-in, está tan desesperado por conseguir la paz que recurre al Papa Francisco en busca de ayuda. Las posibilidades de que el Papa influya en Pyongyang son nulas, ya que el régimen de Corea del Norte persigue implacablemente a los creyentes y está gobernado por una familia que se considera a sí misma casta de dioses. Una intervención papal podría empeorar las cosas, por ejemplo, si Kim utilizara una visita papal para limpiar la imagen de Corea del Norte.

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Soldados del Ejército Popular de Liberación chino contemplan desde un balcón del Museo Militar de Beijing un misil Dongfang-1, de fabricación china, expuesto en la planta principal, el 6 de diciembre de 2004. (FREDERIC J. BROWN/AFP vía Getty Images)

El PCCh está liderando este conjunto de naciones y amenazando directamente con la guerra a Taiwán. Xi Jinping está planeando abiertamente tomar el control de la democracia isleña durante su mandato como secretario general del PCCh. Mientras tanto, se están aplicando nuevas leyes chinas de seguridad nacional y de datos que tienen efecto extraterritorial, lo que significa que las leyes hechas en Beijing se aplican en la ciudad de Nueva York, por ejemplo.

Un ejemplo: El 5 de diciembre, el Wall Street Journal recibió una advertencia del gobierno de Hong Kong por un artículo relativo a la ruptura democrática en ese territorio tras la toma de posesión de Beijing. Dijeron que dicho artículo había transgredido la ley de seguridad nacional china.

El ejército chino ya está operando lejos de Asia Oriental, y busca nuevas bases militares en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), en Oriente Medio, y en Guinea Ecuatorial, en la costa atlántica de África. Éstos expandirán su base en Yibuti. EAU detuvo la construcción cuando Estados Unidos la descubrió y se enfrentó al gobierno de EAU, pero Guinea Ecuatorial se resiste a propuestas diplomáticas similares. Los planes del PCCh para una base naval atlántica en Guinea Ecuatorial continúan.

Una base militar china en la costa oriental de África la situará a una distancia asombrosa de la costa oriental estadounidense, lo que aumentará la presión sobre Washington para que se doblegue ante las amenazas militares de China en el futuro. Es de esperar que Beijing busque otras bases militares, abiertas y encubiertas, en los 100 puertos comerciales que ya ha construido alrededor de África. Éstas constituyen una amenaza para el transporte marítimo mundial a través del Mediterráneo y alrededor del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, y le otorgarán a Beijing un mayor control de los recursos petroleros y marítimos de Medio Oriente.

La magnitud, la cantidad y la velocidad del cambio geopolítico son tan enormes debido al aumento del poder económico, la asertividad diplomática y la agresión militar de Beijing, que la amenaza de guerra está aumentando sustancialmente. Estados Unidos y su antiguo orden mundial, erróneamente considerado unipolar tras la desintegración de la Unión Soviética en la década de 1990, se encuentran en el momento de la verdad.

Debemos trazar líneas rojas y aceptar el mayor riesgo de guerra no solo con China, sino también con sus aliados Rusia, Irán y Corea del Norte, o ceder ante una lenta erosión del poder democrático estadounidense y de sus aliados a nivel mundial. Sin la protección de Estados Unidos, la democracia, la libertad, la paz y la diversidad de civilizaciones pronto podrían ser cosa del pasado. Esta terrible verdad debe enfrentarse ahora. No hay tiempo que perder, porque el tiempo está del lado de Beijing y Beijing está del lado del totalitarismo.

Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.


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