La promesa de inversiones chinas está condicionando a la justicia argentina

11 de Junio de 2014 7:12 AM Actualizado: 24 de Abril de 2015 4:08 PM

BUENOS AIRES – El 2 de junio de 2014, el Juez Luis Rodríguez -a cargo del Juzgado Federal N° 9- decidió archivar la causa que juzga el genocidio contra miles de practicantes de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) en China, llevado a cabo por el régimen del Partido Comunista chino desde hace más de 15 años, alegando que existe otro caso igual y más avanzado en España.

El fallo se emite luego de más de un año de que la Cámara de Casación Penal Argentina reabriera la causa en abril de 2013, corrigiendo la decisión de la sala anterior, que intentó archivar el caso aplicando el Principio de Ne bis in ídem, según el cual está prohibido juzgar dos veces un mismo hecho. En su sentencia, la Cámara ordenó verificar si realmente los dos procesos eran iguales, cuestión que no había sido confirmada.

Para cumplir su encargo, el juez Rodríguez solicitó a los tribunales españoles el expediente del caso español, a fin de cotejar sus similitudes con el caso argentino y decidir si era válido o no continuar con la causa argentina.

El expediente español fue recibido en abril de 2014. Solo dos meses después, el juez Rodríguez emitió su sentencia: según él, los casos de España y Argentina versan sobre lo mismo y, además, el caso de Argentina debe cerrarse.

Trasfondo 1: las presiones detrás de las inversiones y préstamos que vienen de China

Desde 2010, Argentina ha recibido más de 14 mil millones de dólares en préstamos de parte de China. Así, el régimen chino, una dictadura comunista y atea de más de 60 años, con más de 80 millones de muertes de sus propios ciudadanos en su haber, es uno de los principales inversores de la Argentina de hoy. Pero el modus operandi del Partido Comunista chino es el mismo de siempre: da, y a cambio “te tiene” para siempre. O lo intenta, al menos.

“el modus operandi del Partido Comunista chino es el mismo de siempre: da, y a cambio “te tiene” para siempre”

En España, por citar solo un ejemplo, también esperan con ansias las crecientes inversiones chinas. En 2013, la justicia española ordenó la captura de cinco líderes chinos por el genocidio tibetano. La respuesta no se hizo esperar: el portavoz del régimen chino manifestó su “profundo malestar” e instó a las autoridades españolas a que no hagan nada que afecten las relaciones bilaterales entre sus países.

La presión dio sus frutos: el gobierno español promovió este año una reforma que restringe severamente la Justicia Universal, lo cual no puede hacerse en Argentina porque la fuerza de los Derechos Humanos y la Justicia Universal en el país se sustenta en los juicios contra los militares. En España, las presiones para modificar la ley han hecho que los casos del genocidio tibetano y el genocidio contra los practicantes de Falun Dafa en China, en el fuero español, tengan los días contados.

“el gobierno español promovió este año una reforma que restringe severamente la Justicia Universal”

Trasfondo 2: presiones políticas a lo largo de toda la causa argentina

En su sentencia, Rodríguez no menciona la investigación de 4 años del Dr. Aráoz de Lamadrid ni tampoco la histórica orden de captura que emitió dicho juez contra el ex dictador chino Jiang Zemin y el ex funcionario Luo Gan, con el objeto de traerlos a la Argentina para ser juzgados. Era la primera vez, desde que comenzara la persecución contra los practicantes de Falun Dafa en 1999, que un magistrado reconocía la existencia de indicios suficientes como para pedir la captura de los acusados y proceder con su juzgamiento. Pero para Rodríguez esto no fue lo suficientemente importante para incluirlo en su fallo de 14 hojas.

En su sentencia, Rodríguez no menciona la histórica orden de captura contra el ex dictador chino Jiang Zemin con el objeto de traerlos a la Argentina para ser juzgados. 

No menciona tampoco que la orden de captura al ex líder chino fue cancelada por un juez suplente (Canicoba Corral), a pocas horas de asumir una breve suplencia durante la feria judicial. Canicoba Corral pidió el expediente y canceló la orden de captura, considerándola “prematura”, sin dar mayores explicaciones ni considerar el vasto expediente de 4 años de investigación.

No menciona tampoco la carta que la Embajada China envió a la Cancillería argentina, exigiendo el “cierre de todas las causas” relacionadas con Falun Gong, carta que incluso el entonces juez interino Julián Ercolini cita en su fallo de 2010, permitiendo con ello que presiones políticas intervengan en el caso. En dicha carta, la cual está incluida en el expediente, la embajada amenazaba con que un caso así perjudicaría las “relaciones bilaterales”. Nada de esto es mencionado en las 14 hojas que componen la sentencia de Rodríguez.

¿Por qué tanta presión para archivar esta causa? ¿Qué se está juzgando?

Más de 100 millones de practicantes de la disciplina china Falun Dafa son perseguidos actualmente en China. Sus practicantes son torturados y asesinados desde hace 15 años. Lo peor salió a la luz en 2006: miles de practicantes de dicha práctica eran asesinados mientras les eran sustraídos sus órganos vitales estando ellos aún vivos, a fin de ser vendidos por miles de dólares.

Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch ya han denunciado este crimen. El Parlamento Europeo, el Senado Italiano, el de EEUU, el canadiense o el israelí –por citar algunos- ya se han pronunciado en contra de la sustracción forzada de órganos a personas vivas. Incluso, el parlamento israelí emitió recientemente una ley que prohíbe viajar a China para recibir trasplantes de órganos.

La persecución a los practicantes de Falun Dafa cobró dimensiones nunca antes vistas cuando salió a la luz en 2006 que los practicantes de dicha práctica eran asesinados mientras les eran sustraídos sus órganos vitales, a fin de ser vendidos por miles de dólares. Investigaciones posteriores hablan de un “boom” del negocio de  trasplantes de órganos en China, que aumentó en un 386%, coincidiendo con el cronograma de la persecución a Falun Dafa.

Este crimen no puede ser juzgado actualmente en China, pues es el mismo régimen chino quien lo lleva a cabo. Por ese motivo, y al constituir un crimen de lesa humanidad, este crimen puede y debe ser juzgado fuera de China.

La causa en Argentina no debe cerrarse justamente porque el país sudamericano se ha convertido en un baluarte en la defensa de los derechos humanos y un actor principal en los juzgamientos de crímenes de lesa humanidad. Proclama al mundo el respeto por los derechos humanos y no duda en llevar a los culpables a la corte y, de ser el caso, a prisión. Al juzgar este crimen que ocurre en China, eleva su reputación, actúa en coherencia con su actual accionar y se constituirá como el mayor referente de los Derechos Humanos en el mundo entero.

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