¿La propaganda de Beijing es una señal de que se avecina una guerra con EE.UU.?

La campaña propagandística de China culpando a EE.UU. lleva a alguna parte, ¿pero a dónde?

Por James Gorrie
08 de abril de 2020 12:08 PM Actualizado: 08 de abril de 2020 12:08 PM

Comentario

El 13 de marzo de 2020, en respuesta a la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh) que culpaba al ejército estadounidense de la pandemia del virus del PCCh, expresé mi profunda preocupación en un artículo que escribí para The Epoch Times sobre el propósito y los riesgos de esa propaganda malintencionada. Me pareció bastante alarmante que Beijing se aventurara por ese camino cuando dio a entender que una guerra con Estados Unidos sería la única respuesta adecuada.

En «China pasa a la ofensiva en la propaganda» el último párrafo dice:

«Los mensajes incendiarios, esto es, decir una mentira tan grande que no puede ser retirada, puede conducir a los regímenes a participar en actos de venganza artificiales para justificar sus mentiras y preservar sus posiciones de poder. A menudo se produce una intensidad, que puede llevarnos rápidamente por un camino que sería mejor para todos si se evitara».

¿Arrínconsose a sí mismos en una esquina?

Con esto simplemente quise decir que si Beijing (y Teherán, para el caso) continúa promoviendo la mentira a su gente y al mundo de que el ejército de EE.UU. es responsable de la pandemia que comenzó en Wuhan, el PCCh se arriesga a arrinconarse a sí mismo en una esquina política muy estrecha.

Parecería que hay muy pocas opciones en esa esquina.

Por una parte, si China es realmente víctima de un ataque con armas biológicas en su propio suelo por parte del ejército de Estados Unidos, como ha venido insistiendo en su propaganda, entonces Estados Unidos es culpable de matar a miles —quizás decenas de miles—de chinos.

Un ataque de ese tipo, si ocurriera, exigiría una reacción, una respuesta militar del PCCh y del Ejército de Liberación Popular (ELP), ¿no es así?

¿Por qué la propaganda?

¿Eso es lo que se pretende con la campaña de propaganda? ¿Justificar una respuesta militar? ¿La campaña está preparando de alguna manera al pueblo chino—y al resto del mundo—para un ataque a Estados Unidos?

Eso puede parecer inverosímil, pero ¿con qué otro propósito continuaría el Partido su campaña de propaganda? Cuanto más tiempo continúe, más probable parece que se produzca ese resultado.

Por otra parte, si el PCCh continúa impulsando la propaganda y aún no hace nada como respuesta, ¿cómo queda el Partido ante los ojos de la población?

Si no responde a un ataque de bajas masivas contra la patria, la dirección del PCCh correría el riesgo de aparecer como incapaz —o renuente— a enfrentarse a un atacante extranjero. La propia autoridad del Partido como defensor del pueblo quedaría en gran medida anulada.


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¿Sus fracasos conducen al PCCh a la guerra?

Dados los fracasos y crisis que se han producido en China en los últimos años —desde la escasez de alimentos, la inflación, el aumento del desempleo, la desastrosa Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), un sistema financiero dominado por la deuda y en peligro de colapso, la ulcerada crisis de Hong Kong, la muy perjudicial guerra comercial con Estados Unidos y su mal manejo de la pandemia— el Partido apenas puede permitirse el riesgo de perder más credibilidad.

De hecho, es muy probable que sea a causa de esos fracasos pasados —y los actuales— que el PCCh se sienta obligado a actuar contra Estados Unidos.

Hay otros aspectos muy poderosos en esta lógica. Como he escrito recientemente en varias ocasiones, la guerra comercial con Estados Unidos ha infligido un enorme daño a la economía china. Mucho más, de hecho, de lo que China está dispuesta a admitir.

Apuesto incluso que antes de que el presidente Trump pusiera aranceles por más de 500,000 millones de dólares a los productos chinos, las cadenas de suministro mundiales ya estaban abandonando China para trasladarse a países de Asia menos intrusivos, donde también hay menos riesgo político. La guerra comercial sencillamente aceleró ese proceso.

Pero además de los aranceles, Estados Unidos ejerció una tremenda presión sobre otros grandes socios comerciales de China para que evitaran a Huawei por sus instalaciones de red 5G. Estados Unidos acusó al proveedor chino de redes y telecomunicaciones del mundo de añadir software espía a su hardware. Eso permitiría a China espiar a los usuarios y, por ende, a la industria y a los gobiernos a voluntad.

La presión de Estados Unidos le ha costado a Huawei miles de millones en negocios y ha dañado severamente la reputación de China en el extranjero.

Internamente, China se enfrenta a más que una bomba de tiempo demográfica. El envejecimiento de su población pronto se convertirá en una carga financiera insoportable para la economía china. Debido al impacto combinado de la pandemia del virus del PCCh (nuevo coronavirus) y los aranceles, se espera que el GSP (Sistema Generalizado de Preferencias) de China se contraiga en un 10% o más solo en 2020.

Pero hay más malas noticias en el frente demográfico. Debido a la política de «un solo hijo», hay cientos de millones más de hombres jóvenes que de mujeres en China. Una generación de hombres solteros y desempleados puede ser un barril de pólvora a menos que se les dé una forma de desahogar sus frustraciones personales y profesionales.

Una aventura militar en el extranjero puede ayudar a aliviar esa presión. El aumento de la actividad militar en el Mar del Sur de China puede indicar que es la zona objetivo de un posible ataque contra las fuerzas de Estados Unidos. Tal ataque puede socavar los acuerdos de defensa entre Estados Unidos y Taiwán, así como poner en duda el compromiso de Estados Unidos con la región.

Tal vez más al punto, una potencial guerra con China puede dañar seriamente las posibilidades de reelección de Donald Trump. La presidencia de Trump ha frustrado los objetivos de política exterior de China y ha paralizado su economía. Es eminentemente plausible que el PCCh vea el ataque a Estados Unidos como una forma segura de sacar a Trump de su cargo y eliminar los aranceles.

En medio de la mayor crisis económica y sanitaria que el mundo ha visto en casi un siglo, ¿está China realmente preparándose para un ataque contra Estados Unidos?

Ciertamente no es una conclusión previsible, pero tampoco es inconcebible. China no solo parece estar a favor de hacerlo, sino que está en una carrera contra el tiempo y contra sí misma, tanto económica como demográficamente.

Y, con Estados Unidos todavía en la agonía de la pandemia, el poder relativo de China frente a Estados Unidos es probable que esté en su apogeo. Puede que no haya un mejor momento que ahora.

James Gorrie es un escritor y conferencista con base en el sur de California. Es el autor de «The China Crisis».


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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