La publicidad de los trapos sucios de un exzar de seguridad chino indican su caída del poder

15 de Febrero de 2018 3:43 PM Actualizado: 16 de Febrero de 2018 5:29 PM

Rumores de que el exzar de seguridad de China Luo Gan utiliza su influencia política para beneficiar a su familia han estado circulando desde hace tiempo en el Internet chino.

Pero con la publicación de una reciente exposición sobre las turbias negociaciones financieras de su sobrino, Luo Shaoyu, los secretos de la familia de Luo Gan están siendo revelados.

El hecho de que las autoridades chinas –observadoras y listas para censurar cualquier cosa que les desagrade, especialmente cuando se trata de miembros del Partido– no dieran de baja la noticia también indica que la posición de Luo dentro del Partido Comunista Chino en verdad está declinando, a pesar de su estatus como cuadro superior.

Dengshenxian, o Periódico en Profundidad, una publicación online china que se enfoca en reportajes de negocios, publicó una noticia el 27 de noviembre del año pasado detallando cómo la empresa Dongyin de Luo Shaoyu radicada en Chongqing y sus subsidiarias habían acumulado decenas de miles de millones de yuanes (mil millones de yuanes equivalen aproximadamente a USD 158 millones) en préstamos atrasados, distribuidos entre más de 30 bancos e instituciones financieras.

Se reúnen nubes sobre el paisaje urbano de Chongqing, el 23 de agosto de 2007. (China Photos/Getty Images)

Mientras tanto, Luo y su familia, incluidos su madre, padre y hermana menor, habían establecido docenas de empresas offshore mientras formaban parte de la junta directiva o eran accionistas de varias empresas de Hong Kong.

Los negocios de la familia de Luo Gan

Según la lista de Forbes de las personas más acaudaladas en China en 2017, la familia de Luo Shaoyu se ubicaba en el puesto número 223 con 9250 millones de yuanes (alrededor de USD 1460 millones) en activos.

El artículo no mencionaba los vínculos de Luo Shaoyu con Luo Gan, pero a través de examinar reportajes anteriores de la prensa, La Gran Época confirmó el vínculo familiar de Luo Shaoyu con el antes poderoso funcionario.

Reportes anteriores en China continental y el extranjero explicaron cómo Luo Shaoyu hizo uso de la posición poderosa de su tío para beneficiar a sus empresas. En 1997, Luo y su madre establecieron Zhongqi, una firma que fabrica coches blindados y coches de policía.

Poco después, Luo Gan se convirtió en líder del aparato de seguridad del país, como secretario de la Comisión de Asuntos Políticos y Legales. Él se aseguró que los coches de la empresa de su sobrino fueran comprados por el Estado.

En 1998, Luo Shaoyu elevó sus ambiciones. Pavimentó el camino para adquirir Jiangdong, una empresa estatal fabricante de partes de motores, primero asociándose con ella para establecer una empresa de holding de inversiones: Dongyin. Entonces dio a su empresa familiar, Zhongqi, toda las acciones de Dongyin.

Varios años después, en 2002, a través de los vínculos de su tío, Luo Shaoyu persuadió con éxito a la autoridades de la ciudad de Yancheng a cargo de administrar los activos estatales para que aprobaran la adquisición por parte de Dongyin de la empresa Jiangdong (Jiangdong está radicada en Yancheng). De esta forma, Luo compró una empresa que valía miles de millones de yuanes sin gastar ni un centavo.

Los crímenes más oscuros de Luo Gan

Luo Gan ascendió en los rangos políticos cuando Jiang Zemin estaba en el poder como máximo cabecilla del Partido. Cuando Jiang lanzó una campaña nacional en 1999 para perseguir a los adherentes de la práctica espiritual Falun Dafa, Luo fue una pieza clave para movilizar las fuerzas de seguridad del país para rastrear, arrestar, detener y torturar a los practicantes. Ayudó a Jiang a establecer una organización extralegal del Partido similar a la Gestapo, llamada la ‘Oficina 610’, que organizaría esas tareas. Luo demostró así su lealtad política y fue recompensado con una designación en el órgano decisor más poderoso del Partido, el Comité Permanente del Politburó.

Jiang y Luo veían a la popularidad de Falun Dafa –que se estima tenía entre 70 y 100 millones de adherentes en 1999– como una amenaza al control del Partido Comunista sobre la sociedad. Luo organizó investigaciones secretas, que comenzaron en 1996, infiltrando parques y espacios públicos a lo largo del país para recoger las identidades y los domicilios de los practicantes que hacían los ejercicios allí. Falun Dafa en sí mismo es conocido por no llevar listas de las personas que practican.

Cuando los adherentes de Falun Dafa planearon peticionar colectivamente a las autoridades centrales el 25 de abril de 1999 para que varios practicantes que recientemente habían sido arrestados fueran liberados, fue Luo el que dijo a la policía que guiara a los practicantes reunidos a hacer fila al costado de Zhongnanhai, el recinto del liderazgo del Partido en Beijing, de acuerdo con Ethan Gutmann, autor de “El Matadero: asesinatos masivos, sustracción de órganos y la solución secreta de China a su problema con los disidentes”.

Practicantes de Falun Dafa reunidos alrededor de Zhongnanhai el 25 de abril de 1999. (Cortesía de Clearwisdom.net)

Las imágenes resultantes de los adherentes haciendo fila en la vereda opuesta a Zhongnanhai se volvieron parte de la estrategia del Partido para divulgar propaganda falsa de que los practicantes de Falun Dafa deseaban derrocar al régimen del Partido.

El 23 de enero de 2001, Luo montó otro incidente para difamar a los practicantes. Muchos hombres y mujeres que la prensa estatal china sostenía que eran practicantes de Falun Dafa parecieron haberse inmolado a sí mismos en la Plaza de Tiananmen. Reportajes de The Washington Post luego revelaron que una de las mujeres de hecho no era practicante. Un galardonado documental llamado “Fuego falso” analizó la grabación de la prensa estatal y demostró discrepancias que revelaron que todo fue orquestado para poner la opinión pública en contra de los practicantes.

Gutmann estima que en todo momento hay entre 450.000 y un millón de practicantes detenidos en campos de trabajo forzado, campos penitenciarios y otros establecimientos de detención a largo plazo en China. Se estima que miles murieron por torturas, así lo afirma el Centro de Información de Falun Dafa, la oficina de prensa oficial de la práctica espiritual.

El informe investigativo de 2016, “Cosecha Sangrienta/El Matadero: una actualización”, estima que desde el año 2000, los hospitales en China hicieron entre 60.000 y 100.000 trasplantes de órganos por año y que la mayoría de estos órganos provinieron de practicantes de Falun Dafa detenidos a quienes les extirparon los órganos a la fuerza cuando aún estaban vivos.

Los tribunales en España y Argentina desde entonces acusaron a Jiang y a Luo de genocidio. En este último país se emitió una orden de arresto internacional para ambos hombres.

Incluso después de que Jiang formalmente dejó su puesto como cabecilla del PCCh en 2002, él y su facción continuaron rigiendo tras bambalinas. No obstante, en 2012, luego del cambio de liderazgo a Xi Jinping como jefe del Partido Comunista, Xi se volvió cauteloso respecto de los miembros del Partido leales a Jiang, que constituían una poderosa oposición. Xi lanzó una campaña anticorrupción para purgarlos.

Cuando Zhou Yongkang, miembro de la facción de Jiang y sucesor de Luo Gan en el puesto de zar de seguridad, fue puesto bajo investigación por sobornos, los reportajes de la prensa china contaron cómo las familias de Zhou y Luo lucraron enormemente con negocios de minería. Una vez intentaron tomar por completo una mina de molibdenita en la ciudad de Luoyang, provincia de Henan, que valía 470 mil millones de yuanes.

Antes de su condena a prisión perpetua por corrupción, Zhou Yongkang asiste a la sesión de apertura del Congreso Nacional del Pueblo, el 5 de marzo de 2012. (Liu Jin/AFP/Getty Images)

En el 19° Congreso Nacional en octubre de 2017, una gran reunión política en la que Xi consolidó aún más su poder dentro del Partido, Luo no se presentó a la ceremonia de apertura junto con otros cuadros superiores. Pronto circularon rumores de que se había enfermado o que estaba siendo castigado por sus delitos.

Cualquiera sea la razón, esta última avalancha de malas noticias sobre la familia de Luo muestra que él –y la facción política a la que pertenece– verdaderamente cayeron en desgracia.

Fang Xiao contribuyó a este reportaje.

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