Mientras el gobierno de Biden pone en marcha las vacunas para los niños más pequeños de la nación (de 6 meses a 5 años), el Dr. Jeffrey Barke, jefe médico de Convention of States, dijo que no hay absolutamente ninguna evidencia que apoye que estos niños más pequeños corran algún riesgo serio de muerte por COVID-19 y que deban ser vacunados ampliamente.
«Creo que es importante que primero digamos la verdad, y luego dejemos que los padres y los adultos tomen decisiones informadas sobre si se vacunan o no», dijo Barke durante una reciente entrevista con NTD’s Capitol Report. «Y recomendar este producto a niños de 6 meses no tiene absolutamente ningún sentido. Así que, para empezar, no hay ninguna emergencia de COVID, especialmente en lo que se refiere a los más jóvenes. Simplemente no existe».
Barke se refirió a la propia página web de los CDC, diciendo que según los datos de los CDC, poco más de 1000 niños han muerto desde el comienzo de la pandemia hasta la fecha de la entrevista. «Aunque cada muerte es, por supuesto, trágica, la realidad es que cada una de esas muertes se produjo en un niño que tenía importantes comorbilidades subyacentes. Los niños sanos simplemente no mueren de esta enfermedad», dijo Barke.
Por su parte, el Dr. Ashish Jha, coordinador de la respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca, hizo una declaración contraria, afirmando que las vacunas infantiles «han sido probadas exhaustivamente». Millones de niños mayores de 5 años han recibido estas vacunas. Son extremadamente seguras», dijo Jha a CBS News en una entrevista del 20 de junio.
El sábado pasado, los CDC autorizaron la administración de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Moderna y Pfizer a bebés y niños de entre 6 meses y 5 años. Esto se produjo después de que el panel asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) votara unánimemente para autorizar el uso de las vacunas.
Jha también dijo que, aunque la mayoría de los niños probablemente tengan inmunidad natural, la aplicación de las vacunas ayudará a mantener a los niños fuera del hospital si se contagian de nuevo.
La Casa Blanca ha repetido el mensaje de la FDA y los CDC de vacunar a los niños pequeños.
«El COVID ha sido bastante común en los niños en realidad. Creemos que tal vez casi el 70% de los niños han terminado infectándose con COVID, [pero] aún así vale la pena vacunarse. Realmente ofrece un nivel extra de protección, una capa extra de protección», dijo Jha.
Barke no estuvo de acuerdo con Jha y dijo que las vacunas en sí mismas suponen un riesgo para los niños pequeños porque no tienen perfiles de seguridad a largo plazo.
«Es ridículo lo que está pasando aquí. Y lo que más me entristece es que la FDA y los CDC ya tienen problemas con la confianza del público estadounidense, y que ahora autoricen y recomienden que un niño de 6 meses reciba una vacuna COVID-19 cuando no está en riesgo, y no ha habido estudios de seguridad a largo plazo con estos productos, va a erosionar la poca confianza que queda en estas organizaciones», dijo Barke.
Añadió que si un niño tiene una reacción adversa a la vacuna, sus padres no podrían demandar por daños y perjuicios porque la autorización impide que las empresas sean responsables.
«[La vacuna] es experimental por definición. Un producto que se utiliza bajo la autorización de uso de emergencia [de la UE] es, por definición, experimental, y no tiene ningún sentido. La autorización de la UE da a estas empresas de vacunas una protección general contra la responsabilidad», dijo Barke.
Además, el virus ha mutado desde que se desarrollaron las vacunas, por lo que no sabemos si estas vacunas protegen contra variantes como ómicron, dijo Barke.
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