Líder de Hong Kong dice que no cooperará con EE.UU. en escalas portuarias por iniciativa de China tras ley de DD.HH.

Por Frank Fang
03 de diciembre de 2019 12:36 PM Actualizado: 03 de diciembre de 2019 12:36 PM

La líder de Hong Kong, Carrie Lam, se alineó con el régimen chino en su conferencia de prensa semanal del 3 de diciembre sobre las suspensiones de las escalas portuarias de la flota de EE.UU. en la ciudad.

En represalia contra el gobierno de Estados Unidos por promulgar la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, anunció el 2 de diciembre que Beijing había decidido «suspender la revisión de las solicitudes para hacer parada en Hong Kong de los buques y aviones militares estadounidenses».

Lam apoyó los comentarios de Hua, diciendo que las paradas en los puertos de los navíos de Estados Unidos son un tema de asuntos exteriores que necesita la aprobación del ministerio. Como el Ministerio de Relaciones Exteriores ya no lo permitía, Lam dijo que su gobierno tampoco cooperaría con Estados Unidos en este asunto.

Ha habido incidentes en el pasado cuando Beijing ha negado a los EE.UU. las escalas a Hong Kong debido a disputas diplomáticas. En abril de 2016, se le negó la entrada a un grupo de portaaviones estadounidenses liderado por el USS John C. Stennis, después de que los buques estadounidenses realizaran operaciones en aguas internacionales en el disputado Mar del Sur de China.

China reclama la soberanía sobre el 90 por ciento del Mar del Sur de China, a pesar de que una sentencia de las Naciones Unidas en 2016 refutó las afirmaciones de Beijing.

Un funcionario anónimo de la Armada de los EE.UU. le dijo al Washington Examiner que la suspensión no afectará a las operaciones de la Armada, ya que hay otros puertos en la región.

La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong de Estados Unidos, firmada por el presidente Donald Trump el 27 de noviembre, exige que el secretario de Estado revise anualmente si la antigua colonia británica es «suficientemente autónoma» de la China continental como para justificar sus privilegios económicos especiales concedidos en virtud de la Ley de Política de Estados Unidos y Hong Kong de 1992.

En cuanto a la nueva ley estadounidense, Lam dijo: «Nos oponemos firmemente a ella. No hay necesidad de ello, ni ninguna razón para ello».

Agregó que la gente en Hong Kong disfruta de un «alto grado de libertad», como la «libertad de prensa y de reunión». Se preguntó qué es lo que «no está siendo protegido ahora».

«Que un gobierno extranjero interfiera en los asuntos de Hong Kong me parece lamentable», añadió Lam.

Libertad en Hong Kong

Sin embargo, después de que Lam implementara una controvertida ley contra el uso de máscaras en octubre, prohibiendo a la gente usar máscaras faciales en reuniones públicas, la organización sin fines de lucro Human Rights Watch, con sede en Nueva York, emitió una declaración en la que expresaba su preocupación por las libertades de los hongkoneses. Decía que la prohibición de las máscaras era una «restricción desproporcionada de los derechos de reunión pacífica».

En los últimos meses, las autoridades de Hong Kong han decidido en varias ocasiones denegar la aprobación de solicitudes para concentraciones públicas.

El grupo activista pro-democracia Civil Human Rights Front (CHRF), que ha cancelado múltiples marchas planeadas después de no conseguir la aprobación de la policía, anunció en su página de Facebook que actualmente está esperando la aprobación de la policía para su marcha prevista para el 8 de diciembre.

Lam agregó durante la conferencia de prensa que, en su opinión, las nuevas leyes de Estados Unidos afectarán a la confianza empresarial y crearán inestabilidad para las más de 1,300 empresas estadounidenses que se encuentran en la ciudad.

Los hongkoneses que apoyan las nuevas leyes de Estados Unidos celebraron dos manifestaciones públicas diferentes la semana pasada para mostrar su agradecimiento al gobierno de Estados Unidos, en particular a Trump, por firmar el proyecto de ley.

Cuando se le preguntó sobre las protestas del fin de semana pasado, Lam dijo que era lamentable que hubiera habido violencia de nuevo, con bloqueos de carreteras y bombas de gasolina lanzadas en Kowloon. Añadió que se había dirigido a las cinco demandas de los manifestantes muchas veces y que no tenía más comentarios.

El 1 de diciembre, unos 380,000 hongkoneses salieron a las calles en una marcha pacífica, renovando así la petición de sus cinco demandas, que incluyen el sufragio universal y una investigación independiente sobre los casos de violencia policial que se han visto en los últimos meses.

En respuesta a la conferencia de prensa de Lam, el legislador pro-democracia Lam Cheuk-ting criticó a Lam por descuidar los casos de violaciones a los derechos humanos, según la prensa de Hong Kong RTHK.

El legislador citó ejemplos de reporteros que habían sido dispersados irrazonablemente por la policía mientras cubrían protestas. Añadió que la negativa del gobierno de la ciudad a conceder algunas asambleas públicas también constituye una violación de los derechos humanos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, mientras hablaba en la Universidad de Louisville el 2 de diciembre, instó a Beijiing a cumplir su promesa hecha en 1997, según una transcripción del Departamento de Estado.

Hong Kong, la antigua colonia británica, fue entregada a Beijing en 1997, después de que ambas partes ratificaran la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984. El tratado bilateral debía garantizar que Hong Kong conservara su autonomía del Partido Comunista Chino y sus libertades durante 50 años.

«Nuestros esfuerzos son para asegurarnos de que no se trata de promesas vacías que se hicieron al pueblo de Hong Kong», declaró Pompeo.

La colaboradora del Epoch Times, Annie Wu, colaboró en la redacción de este artículo.

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