Constelación de Orión habría guiado las construcciones mayas y teotihuacanas: estas son las evidencias

Por Blanca Téllez - La Gran Época
17 de Septiembre de 2019 3:33 PM Actualizado: 13 de Junio de 2022 7:01 PM

Vestigios de edificios mayas y teotihuacanos, así como de otras antiguas civilizaciones en diferentes partes del mundo, estarían asociados con la constelación de Orión y con otros astros celestes, según especialistas en vestigios arqueológicos y astronomía en medio de debates entre creyentes y escépticos de estas correlaciones.

En la antigüedad astros celestes como el Sol, la Luna y las estrellas fueron venerados como deidades celestiales con ceremonias religiosas, cultos y ofrendas sagradas en diferentes culturas.

Y los más importantes edificios que perviven como vestigios y ruinas del pasado, fueron construidos para honrarlos, siguiendo la disposición de estos cuerpos celestes, como plantean algunos especialistas.

La constelación de Orión, una de las más bellas y espectaculares, sería una de ellas. Esta constelación es una de las más fáciles de identificar en la obscuridad de la noche, menciona el sitio web Observatorio.

Las brillantes estrellas y nebulosas que la forman representan a un guerrero o cazador con cinturón que eleva su arco, espada o garrote y se protege con un escudo; su cuerpo tiene la forma de un reloj de arena.

El cinturón de Orión se forma con las estrellas Alnitak, Alnilam y Mitaka. Es un sistema estelar triple que incluye a Alnitak Aa, una estrella muy caliente 10.000 veces más luminosa que el Sol, dice el sitio Astro Física y Física.

“La constelación de Orión fue tomada como referencia para edificar importantes construcciones de civilizaciones antiguas en diferentes continentes, como presenta un video de Yucatán en Facebook.

Orión puede observarse en la bóveda celeste durante el invierno en Egipto y en México y en sus antiguas culturas habría sido referencia para templos y otros importantes edificios que actualmente son reconocidos vestigios arqueológicos.

 Imagen de la Pirámide de la Luna en el sitio arqueológico de Teotihuacan, en el municipio de Teotihuacan, al noreste de la Ciudad de México, tomada en el equinoccio de primavera del 21 de marzo de 2018. (Foto PEDRO PARDO/AFP vía Getty Images)

En su cosmogonía, los antiguos mayas, como otras culturas ancestrales, “concibieron al universo como un orden decidido por los dioses”, dice un artículo de Arqueología Mexicana.

Agrega que los mayas consideraban al “tiempo como el dinamismo de la realidad espacial, como el cambio cósmico producido, en esencia, por el movimiento de un ser sagrado que fue el eje de su cosmovisión y de su concepción sobre el sitio del hombre en el universo: el Sol”.

El Sol y también la Luna, así como las estrellas observables en el firmamento, guiaron la orientación y disposición de templos y otros edificios importantes en Teotihuacán y en ciudades mayas antiguas.

La tortuga, uno de los animales míticos de la creación en la cultura maya, presente en un mural en Bonampak y en inscripciones, representa las estrellas a una parte de Orión y al dios Hun Nal Ye, “el primer padre, la deidad del maíz que brota del caparazón de la tortuga primigenia cuyo cuerpo lo forman las estrellas del cinturón de Orión”, dice el especialista Alfonso Torres.

“La importancia cosmológica de Orión, la tortuga celeste de los mayas, se aprecia también en Utatlán, la capital de los maya quiché” de Guatemala y en el Templo de Toril, orientado “hacia Alnilam, la estrella central del cinturón de Orión“, que “imita la forma cuadrangular y tripartita de la tortuga estelar primigenia, centro a su vez del universo maya”, agrega Torres.

Los antiguos mayas, que vivieron en la región que incluye a la península de Yucatán en el sureste de México, siguieron la orientación de los puntos cardinales y la trayectoria de los astros celestes y a Orión en sus más importantes edificios, indica el video de Yucatán en Facebook.

En el templo Kukulkán de Chichén Itzá, podemos observar en la sombra del perfil del basamento durante cada equinoccio, el descenso de Quetzalcóatl (o serpiente emplumada) del cielo, la deidad principal de las antiguas culturas de México.

Los más grandes basamentos piramidales de los templos de la ciudad de Teotihuacán, habrían estado dedicados a venerar a los dioses del Sol y la Luna, y la pirámide del Sol está orientada siguiendo el orden astronómico del cinturón de Orión, cuya constelación esta asociada al dios Tláloc, como en Chichén Itzá, Tikal y en Xochicalco.

Pirámide del Sol Teotihuacán (Jordi Mayoral en Pixabay)

A una gran distancia de los templos piramidales de las ciudades mayas y de Teotihuacán, las pirámides de Egipto también habrían seguido la constelación de Orión. Además, su forma y disposición se asemejan a los basamentos piramidales de los templos del Sol y la Luna de Teotihuacán.

Las antiguas culturas egipcias también compartían la creencia en la bajada de dioses celestiales a la Tierra.

Las estrellas del cinturón de Orión y la estrella Sirios representarían a los dioses Isis y a Osiris, creadores de su civilización y de la humanidad.

Betelgeuse, la segunda estrella más brillante de Orión y la novena más brillante del cielo, estaba asociada al dios Osiris en la mitología egipcia, en la mitología griega a la diosa Artemisa y al dios Kwányip en la mitología selknam de la Tierra del Fuego.

Para los antiguos griegos, Orión era un gigante cazador con capacidades humanas y sobrenaturales que, después de su muerte, fue inmortalizado en el cielo.

En muchas civilizaciones ancestrales de diferentes lugares del mundo se consideró que el hombre fue creado por deidades celestiales y que estos dioses hicieron a los seres humanos a su semejanza, dirigiendo su vida y su destino, así como su propósito de vida.

Inclusive se ha planteado que “si el universo está dentro de nosotros”, como así lo creían las civilizaciones del México prehispánico, la observación de los cuerpos celestes a través de la ciencia podría ser equivalente a observar el interior etérico del propio ser”, como se dice en un articulo de +DEMX.

Sin embargo, en medio de las diferentes representaciones de estas deidades y su relación con la constelación de Orión, en culturas distantes en el tiempo y en el espacio, otra parte de los especialistas en arqueología y astronomía discuten las correlaciones astronómicas y sus vínculos con deidades celestiales y sus pirámides, edificios y ciudades de antiguas civilizaciones, según El Universal.

Parecen simples coincidencias en diferentes épocas y lugares, mitos, leyendas, o ¿realmente tendrán orígenes similares las civilizaciones más importantes del planeta, en su creación por dioses celestiales quienes les proveyeran su cultura y su sentido de vida?

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