Los orígenes comunistas del grupo extremista Antifa
El grupo extremista anarco-comunista Antifa ha estado en los titulares debido a los violentos enfrentamientos en Charlottesville, Virginia en Estados Unidos. Pero aunque la organización ha sido aplaudida por algunos medios de izquierda por poner a los nacionalistas blancos y neo nazis en su lista de enemigos, la organización no siempre tuvo como blanco al «fascismo», como afirman.
La organización fue incialmente parte del frente de operaciones de la Unión Soviética para llevar la dictadura comunista a Alemania, y operaba tildando de «fascista» a toda forma rival de gobierno.
Los orígenes de la organización se pueden rastrear hasta el «frente unido» de la tercer Comunista Internacional de la Unión Soviética, realizada en el Congreso Mundial en Moscú en julio de 1921, según el folleto alemán «80 años de acción anti fascista» de Bernd Langer, publicado por la Asociación para la Promoción de la Cultura Anti-Fascista. Langer es un ex miembro de Antifa Autónoma, que solía ser la más grande de Alemania, cerrada en 2004.
La Unión Soviética estuvo entre las dictaduras más violentas, según «El libro negro del comunismo», publicado por Harvard University Press, se estima que asesinó a unos 20 millones de personas. Al régimen de la Unión Soviética sólo le gana el Partido Comunista Chino bajo Mao Zedong, que asesinó unos 65 millones de personas.
La idea del frente unido era agrupar organizaciones de izquierda para incitar la revolución comunista. Los soviéticos creían que al seguir la revolución de Rusia, el comunismo se iba a expandir a Alemania, ya que ésta tenía el segundo partido comunista más grande, el KPD (Partido Comunista de Alemania).
Fue en el cuarto Congreso Mundial de la Comunista Internacional en 1992 cuando el plan cobró forma. Moscú tomó la consigna «Para las masas» para su estrategia de frente unido, y buscó unir los varios partidos comunistas y de los trabajadores de Alemania bajo una única bandera ideológica a la cual controlar.
«El ‘frente unido’ por lo tanto, no significaba cooperación equitativa entre diferentes organizaciones, sino la dominación del movimiento de los trabajadores por los comunistas», escribe Langer.
Benito Mussolini, un marxista y socialista que había sido expulsado del Partido Socialista de Italia en 1914 por su apoyo a la Primera Guerra Mundial, fundó más tarde el movimiento fascista como su propio partido político. Él tomó el poder con su «marcha en Roma» en octubre de 1922.
En Alemania, Adolf Hitler formó el Partido Nazi en 1920 e intentó un golpe de estado en 1923. El KPD decidió usar la bandera del anti fascismo para formar un movimiento. Langer nota, sin embargo, que para el KPD, las ideas de «fascismo» y el «anti fascismo» no «tenían diferencia» y que el término «fascismo» servía simplemente como retórica para justificar su agresiva oposición.
Pero los sistemas fascistas y comunistas estaban basados en el colectivismo y en economías planificadas por el estado. Ambos también proponían sistemas donde el individuo era controlado fuertemente por un estado poderoso, y ambos son responsables de grandes atrocidades y genocidios.
El reporte anual de 2016 de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), el servicio de inteligencia nacional de Alemania, nota lo mismo: Desde el punto de vista del «extremismo de izquierda», la etiqueta de «fascismo» propulsada por Antifa a menudo no es fascismo real, sino meramente una etiqueta que asignan al «capitalismo».
Aunque los extremistas de izquierda lanzan ataques a otros grupos afirmando que luchan contra el «fascismo», el reporte indica que el término fascismo tiene un doble significado bajo su ideología de extrema izquierda. En realidad significa «lucha contra el sistema capitalista».
Según Langer, esto fue así desde el comienzo. Para los comunistas en Alemania, «anti fascismo» simplemente significaba «anti capitalismo». Él hace notar que las etiquetas servían simplemente como «conceptos de batalla» bajo un «vocabulario político».
Una descripción de Antifa en el reporte de BfV nota que la organización aún sostiene la misma definición básica de capitalismo igualándolo al «fascismo».
«Ellos argumentan que el estado capitalista produce fascismo o que al menos lo tolera. Por lo tanto, el anti fascismo está dirigido no solo contra extremistas de derecha reales o supuestos, sino también siempre contra el estado y sus representantes, en particular contra miembros de las autoridades de seguridad», declara.
Langer hace notar que históricamente, al etiquetar los intereses anticapitalistas del movimiento comunista como «antifascismo», el KPD fue capaz de usar esta retórica para tildar a otros partidos políticos de fascistas. Langer dice que «Según esto, los otros partidos que se oponían al KPD eran fascistas, especialmente el SPD [el Partido Social Democrático de Alemania]».
Por lo tanto, en lo que hoy sería considerado una ironía, el grupo que los comunistas «antifascistas» atacan más fuertemente bajo su nueva etiqueta de «fascismo» son los socialdemócratas.
El 23 de agosto de 1923, el Politburó del Partido Comunista de Rusia se reunió en secreto y según Langer «Todos los funcionarios importantes hablaron de una insurrección armada en Alemania».
El KPD se puso al frente de este llamado, lanzando el movimiento «Acción Frente Unido» y nombrando a su rama «anti fascista» Antifaschistische Aktion (Acción Antifascista). Ésta aún existe en Alemania y es la raíz de las organizaciones Antifa en otros países.
Para ese entonces, Hitler y su Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (el partido Nazi) había comenzado a emerger en el escenario mundial. A fines de 1923, Hitler lanzó su golpe de estado fallido en Munich, emulando a Mussolini.
El partido Nazi empleó un grupo similar para la violencia e intimidación política llamado los «camisas pardas».
Mientras tanto, la Antifaschistische Aktion, comenzó a atraer a algunos miembros que se oponían al arribo del fascismo real en Alemania, y que no suscribían, o al menos desconocían, los lazos de la organización con la Unión Soviética.
Sin embargo, la violencia instigada por la Antifaschistische Aktion tuvo en gran parte un efecto opuesto. Las tácticas de violencia e intimidación de todos los sistemas rivales bajo el movimiento Antifa de KPD, junto con su ideología violenta, empujó a mucha gente hacia el fascismo.
«La retórica revolucionaria violenta de los comunistas, que prometía la destrucción del capitalismo y la creación de una Alemania soviética, aterrorizó la clase media del país, que sabía muy bien lo que le había pasado a sus contraparte en Rusia luego de 1918», escribe Richard J. Evans en «El tercer Reich en poder».
«Atemorizados de que el gobierno no pudiera resolver la crisis, y asustados hasta la desesperación por el levantamiento de los comunistas», él dice «comenzaron a abandonar las pequeñas facciones en conflicto de la derecha política convencional y a gravitar en cambio hacia los nazis».
Langer nota que desde el comienzo, el KPD era miembro de la Internacional Comunista y «en el lapso de unos años, se convirtió en un partido estalinista», tanto en ideología como en logística. Él dice que incluso se hizo «dependiente financieramente de los cuarteles generales en Moscú».
Los líderes del KPD, con Antifa como su movimiento de choque para la violencia e intimidación de los partidos políticos rivales, cayó bajo el comando del aparato soviético. Muchos líderes del KPD se convirtieron luego en líderes de la comunista República Democrática Alemana, incluido el infame Ministerio de Seguridad del Estado, la Stasi.
Como declara Langer, el «anti fascismo es una estrategia más que una ideología».
«Fue puesto en juego en Alemania en la década del 1920 por el KPD», no como un movimiento legítimo contra el fascismo que luego aparecería en Alemania, escribe, sino como un «concepto anti capitalista de lucha».
Con la colaboración de Christian Watjen.
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