Un adolescente que encontró una bolsa con valiosas joyas metida en el bolsillo de una chamarra donada la devolvió a su legítimo dueño, gracias a la labor detectivesca de su tía, que le animó a «hacer lo correcto».
Luke Coelho, de 17 años, nacido de padres brasileños, vive desde julio con su tía y tutora legal, Taryn Souza, en Massachusetts, con la esperanza de terminar el instituto y entrar en los Marines de EE.UU.
Ante la proximidad del invierno, Luke necesitaba ropa más abrigada, así que presentó una solicitud a Andy’s Attic, una organización sin ánimo de lucro gestionada por su escuela, South High Community School de Worcester.
El día de Halloween llegó una bolsa de donaciones. Al rebuscar en su botín, Luke encontró una chamarra de trabajo en desuso y halló algo inesperado dentro de uno de los bolsillos.
Souza dijo a The Epoch Times: «Metió la mano en el bolsillo y había una bolsa de joyas, una bolsa bordada, con ‘Florida’ en la que faltaba una ‘F'».
Entre el contenido de la bolsa, había un par de pendientes de brillantes, una pulsera de oro con lo que parecía ser esmeralda, níquel de búfalo que estaba realmente desgastado, un anillo de boda y compromiso de dos piezas con un total de cinco diamantes, y dos relojes Gucci.
«[Luke], por supuesto, se sorprendió», dijo Souza, que es propietario de la agencia de marketing Fortissimo Ad Strategy en Worcester. El adolescente llevó inmediatamente la bolsa a su tía, que estaba bañando a su hijo en la otra habitación.
«Instantáneamente sentí una responsabilidad muy grande; me sentí responsable de tomar la decisión correcta para la persona a la que pertenecen estas cosas… y sentí la responsabilidad de hacer lo correcto para que estos dos niños, en el futuro, puedan aprender a tomar las decisiones correctas».
Esa noche, Souza le dijo a su sobrino «que este es un momento en el que podemos decidir el tipo de personas que somos».
«Yo establecí esa expectativa, tomé las riendas», dijo. «Él estuvo de acuerdo al instante en que [encontrar al dueño] era lo correcto».
La madre de Luke en Brasil, Livia Coelho, respaldó la decisión y Souza entró entonces en el papel de detective.
Souza empezó a buscar en los obituarios, pensando inicialmente que el «Lorida» bordado en el joyero sería un nombre. Luego llevó las joyas a un experto, que estimó el valor de la colección en unos 5000 dólares. Un reloj llevaba incluso las iniciales «MK».
Pero pronto quedó claro que el mejor vínculo con el propietario original era la propia chaqueta.
«Tenía el logotipo de la empresa, AmeriPride, y un parche con el nombre ‘Dave'», dijo Souza. «De hecho, volví al instituto y pregunté en la oficina si podía hablar con la persona encargada de Andy’s Attic. Le pregunté si había alguna forma de rastrear al donante».
La respuesta que recibió de ellos fue que «no había manera». Souza recurrió entonces a Internet. Descubrió que AmeriPride había cambiado su nombre de empresa por el de Aramark Uniform Services. Sin embargo, no pudo conseguir un número de recursos humanos, pero sí encontró la dirección de una sucursal a poca distancia de su casa.
Souza dijo: «Si la chaqueta fue donada en una escuela de Worcester, el propietario original era probablemente de la comunidad y trabajaba en esta sucursal local… Simplemente entré por la puerta principal, me encontré con una amable recepcionista, y dije: «Vale, ¡esta es una historia extraña!».
Melissa Kubasiak, empleada de la empresa durante dos años, se enteró de la conversación y le dijo a Souza que había habido dos empleados llamados Dave: uno que llevaba una chaqueta 5XL, y el otro, un camionero jubilado, Dave Kenney, que llevaba una talla media.
A continuación, entraron en Facebook y descubrieron que Kenney había publicado sobre la South High Community School y que tenía alguna relación con la escuela a la que asistía Luke. Entonces quedó claro que Kenney era su hombre.
Kubasiak y su colega llamaron a Dave para preguntarle si había donado ropa a la South High Community School.
Souza recuerda su conversación: «Me dijo: ‘Sí, de hecho he donado un montón de bolsas… mi suegra falleció hace poco y estamos limpiando la casa'».
En ese momento, Souza supo que era él.
Kenney no solo había perdido a su suegra, sino también a su mujer. Cree que su mujer debió de recoger algunas de las joyas de su madre en una bolsa antes de fallecer, y que había olvidado que las llevaba en el bolsillo de la chaqueta.
Después de que Kenney confirmara las iniciales «MK» en las joyas desaparecidas, Souza insistió en que devolvieran la bolsa ese mismo día.
«Recogí a mi hijo y a Luke del colegio y fuimos directamente a su casa», dijo Souza. [Kenney] nos estaba esperando en la terraza delantera, y fue un momento muy agradable».
«Nos estrechó la mano a todos… y se aseguró de hacernos entender que habíamos hecho lo correcto. Ha tenido un par de años muy duros», dijo. «Este acto de amabilidad y honestidad realmente significó el mundo para él».
Kenney regaló los anillos de diamantes a sus afligidas hijas, un acto que conmovió a Luke. El adolescente dijo al Worcester Telegram & Gazette: «Cuando me contó su historia… me conmovió mucho devolvérsela».
Luke admitió que no le gusta llamar la atención, pero se alegra de que la experiencia se haya convertido en un tema de conversación. Incluso se ha hecho amigo de Kenney, y el camionero jubilado le ha ayudado a conseguir un trabajo a tiempo parcial como ayudante de camarero.
Kenney compartió la historia en Facebook para mostrar su gratitud. «[Ellos] hicieron un esfuerzo adicional para devolverme estas cosas», escribió. «Gracias Luke y su tía Taryn Souza, el mundo necesita más gente como ustedes».
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