NUEVA YORK — Cuando Monty Mou comenzó a bailar no era precisamente una prioridad para él.
Fue idea de su madre enviar a Mou, que se crió en Sydney, a Taiwán para que recibiera una formación básica en danza clásica china. Allí se le impuso un agotador cronograma de largos días llenos de elongación, práctica de técnicas de volteretas y el nivel básico de la danza china.
«Era aburrido, tedioso y realmente arduo», dijo Mou.
Después de años de este frenético régimen, Mou regresó a Australia y decidió no volver a bailar nunca más.
Una década después, Mou ahora es primer bailarín de Shen Yun Performing Arts, la principal compañía de danza clásica china, con sede en Nueva York. Durante casi seis meses cada año, recorre el mundo realizando saltos que desafían la gravedad, representando a eruditos y soldados de antiguas dinastías y contando historias de la civilización china de 5000 años mediante la danza.
En 2018, ganó el primer lugar en el Concurso Internacional de Danza Clásica China de New Tang Dynasty (NTD) TV; había ganado el segundo lugar solo dos años antes.
Expresión interior
Pero volviendo a cuando Mou decidió dejar de bailar, su madre otra vez tenía una idea diferente. Esta vez, lo envió a la escuela de danza que forma a bailarines de danza clásica china profesionales, la Academia de Artes Fei Tian de Nueva York, para que siguiera desarrollando sus habilidades.
Fue allí donde finalmente se comprometió con la forma de arte.
«Cuando empiezas a bailar (…) parece algo que no es para hombres», dijo. «Especialmente cuando tienes que usar mallas (…) es muy incómodo».
Pero con el tiempo, se dio cuenta del poder expresivo de la danza clásica china, y desde entonces quedó enganchado.
«Puedes conmover al público», de manera similar a cuando mirar una película o leer un libro puede conmover a una persona hasta el punto de llorar o reír.
«Y para mí eso fue muy interesante».
La fuerza expresiva de la danza clásica china, sin embargo, no proviene de un mero acento en los movimientos externos, según Mou. La expresión interior de un bailarín es igual de importante.
Conocido como «yun» o porte, este concepto es parte integral de la danza clásica china, que busca transmitir el mundo interior de una persona a través de la forma exterior. Es por eso que los valores morales de un bailarín y su esfera de pensamiento son tan importantes, dijo Mou.
«Si tu mundo interior está lleno de cosas que son negativas, entonces lo que expresas es obviamente negativo», dijo.
«Así que, cuanto mejor sea una persona, más limpio y puro eres por dentro. Entonces tu arte, lo que expresas, es limpio y puro, y le dará a la gente una buena sensación».
Mou recuerda con orgullo su actuación en el Concurso Internacional de Danza Clásica China de NTD de 2018, en la que representó al destacado poeta chino Li Bai en una danza basada en su poema «Bebiendo solo bajo la luna».
El poema captura los sentimientos de Li Bai mientras disfruta de una jarra de vino solo bajo la luna. Hay una sensación de alegría, teñida de profundo anhelo y soledad, dijo Mou. El reto, por tanto, consistía en cómo transmitir este complicado sentimiento a través del movimiento físico.
Mou se sumergió en la poesía de Li Bai, leyó su biografía y vio las interpretaciones de otros bailarines del mismo poema para poder captar el «reino del pensamiento» que hay detrás de las palabras.
«Intenté acercarme lo más posible al significado original [del poema]», dijo.
La meticulosa preparación de Mou dio sus frutos: ganó el primer premio por esa interpretación.
Apoyo de los compañeros
Mou atribuye su éxito al apoyo de sus compañeros y a las lecciones que ha aprendido a lo largo de los años en Nueva York y Taiwán. Una de ellas fue enfrentarse a sus miedos al aprender nuevas técnicas de volteretas.
«Cada vez que alguien intenta una nueva técnica, da miedo», dijo. «Hay un factor de miedo involucrado cuando se da un salto hacia atrás. Y es bastante normal lesionarse en las cosas más pequeñas».
En la Academia Fei Tian, siempre instaban a Mou a ser la primera persona de su clase en probar una nueva técnica de salto o voltereta. Por suerte, siempre tenía amigos que lo ayudaban a hacer frente a estas tareas difíciles.
«No sería capaz de hacerlo si no fuera por mucha de la gente que me ayudó durante mi tiempo aquí», dijo.
A pesar de que no lo disfrutó en su momento, Mou también está agradecido por su formación en Taiwán, que forjó su capacidad para soportar las dificultades y tratarlas como oportunidades de mejora.
«Fue una prueba de resistencia mental y física», dijo.
Como primer bailarín, Mou disfruta de las oportunidades que eso le brinda para aprender y experimentar cosas nuevas. Y por supuesto, está la responsabilidad involucrada.
«Si no lo haces bien, entonces no puedes esconderte, no puedes realmente ser mediocre».
Pero Mou no se amedrenta ante esta presión, en parte porque tiene claro por qué está trabajando tan duro para lograr la perfección en el escenario: para exponer la persecución de la práctica espiritual de Falun Dafa en China.
Además de mostrar historias de los 5000 años de civilización de China, Shen Yun Performing Arts también describe la supresión del régimen comunista chino a los practicantes de Falun Dafa. Desde 1999, el régimen ha buscado erradicar la práctica sometiendo a los practicantes a la detención, el lavado de cerebro, los trabajos forzados, tortura, e incluso la muerte.
Mou mismo es un practicante de Falun Dafa y se guía por las enseñanzas morales de la práctica –basadas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia– en su vida diaria. Con estos valores como su brújula, las metas de Mou como bailarín encajan con sus aspiraciones generales en la vida.
«Quiero elevar mi reino de pensamiento, y para decirlo de forma muy simple, solo quiero ser una mejor persona».
Siga a Cathy en Twitter: @CathyHe_ET
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